lunes, 14 de junio de 2010

ARIEL SIGLER AMAYA


SIGNOS EN LA LIBERACION DE SIGLER AMAYA
Por Alberto Muller

La libertad condicional del preso político Ariel Sigler Amaya, gravemente enfermo en la prisión, se enmarca como un poderoso signo dentro de una ‘Nueva Realidad’ cubana, que se consolida a partir de la muerte lamentable del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, los cobardes actos de repudio contra las Damas de Blanco, la huelga de hambre de más de 110 días del licenciado Guillermo Fariñas y la mediación de la Iglesia Católica.

El régimen cubano podrá seguir acosando y maltratando a ciudadanos cubano de a pie, y de seguro lo seguirá haciendo, como todavía hace con Reina Tamayo Dánger, la humilde madre de Zapata Tamayo, con los blogueros de las provincias orientales y con cualquier oposicionista que ose reunirse o manifestarse críticamente, a los cuales detienen y acosan injustamente, pero en esta ‘Nueva Realidad’, hay un factor distintivo y novedoso con características de irreversibilidad, que es el fin de la impunidad del comunismo castrista en la isla.

A partir de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, que dejó perplejo al mundo civilizado, por la crueldad del asesinato, unido a la barbarie contra las Damas de Blanco, con actos represivos de siete horas consecutivas, la faz estaliniana y criminal del castrismo, magistralmente ocultada en el escenario de la Guerra Fría, ha quedado definitivamente al descubierto para todos, izquierdas, derechas, verdes, liberales, democristianos y ciudadanos de toda estirpe social del mundo civilizado.

Sigler Amaya se convierte en el primer preso político excarcelado por la mediación de la Iglesia Católica cubana ante el gobierno de Raúl Castro. Con la liberación de Sigler, otros seis presos políticos en prisión han sido traslados a sus provincias de origen.

Al llegar a su residencia familiar en la ciudad de Pedro Betancourt, en la provincia de Matanzas, el disidente de 47 años, gravemente enfermo, pero mostrando su indestructible autoridad moral, afirmó que seguirá luchando por la libertad y la democracia en Cuba y por la liberación de todos los prisioneros de conciencia.

En el interior de su casa, a la que accedió en silla de ruedas, Sigler ofreció unas declaraciones, en las que agradeció a sus compañeros de disidencia, a la presión internacional y a la Iglesia Católica, su liberación.

Pero no pasemos por alto los signos más relevantes que consolidan esta ‘Nueva Realidad’ del derrumbe de la impunidad del gobierno castrista, en el escenario dramático de la isla cubana:

1ero.- Hasta ahora el gobierno castrista había negado con terquedad mentirosa, la existencia de presos políticos en Cuba, pero la liberación de Sigler Amaya, la muerte de Zapata Tamayo, el acoso de las Damas de Blanco y la huelga de hambre de Fariñas, los desmiente con fuerza demoledora ante la opinión pública nacional e internacional. En Cuba sí hay presos políticos y ya lo sabe todo el mundo.

2ndo.- También y por muchos años, el gobierno castrista había negado que torturaba a los presos políticos, a pesar de que lo viene haciendo desde los primeros años de la revolución, pero los detalles ya conocidos de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, por las golpeaduras salvajes propinadas, los 18 días que lo dejaron sin tomar agua y una prolongada huelga de hambre sin asistencia humanitaria, pone también la tortura castrista a la vista de todos.

3ero.- En otro aspecto inexplicable, que además es otra violación flagrante de los derechos humanos, tanto contra el preso político, como contra sus familiares, el gobierno castrista mantenía y mantiene a los presos políticos lejos de sus provincias de origen, hecho que se acaba de corroborar con la mediación de la Iglesia Católica.

4to.- Pero hay algo más sobre este particular, ahora que ya es evidente que existen presos políticos en Cuba, y nos referimos a como el régimen castrista, violando todos los códigos vigentes de derechos humanos, mantiene a estos presos políticos junto a los presos comunes.

5to.- Podemos especular mucho sobre la mediación de la Iglesia Católica en el tema de la liberación de los presos políticos y de un trato más humano a las Damas de Blanco, pero nadie puede dudar que es un hecho sin precedentes en más de medio siglo de revolución castrista, que la Iglesia sea mediadora e interlocutora de estos eventos de la liberación de presos políticos.

La Iglesia Católica hace bien en no matizar políticamente su acción mediadora, aunque algunos se lo piden con airada franqueza, porque la política definitivamente no es el escenario de su naturaleza espiritual y salvífica.

Ante esta ‘Nueva Realidad’, la responsabilidad de la Iglesia Católica no debe ir más allá que la de servir de puente con su presencia y palabra misericordiosa, para que mejoren los comportamientos de rigidez del régimen imperante, y eso sí, aliviar apostólicamente el dolor de todo el pueblo cubano.

La responsabilidad soberana de lograr una transición hacia la democracia en Cuba, le corresponde a la sociedad civil y a la sociedad política. Y ante este marco, a la Iglesia sólo corresponde orar para que Dios bendiga a todas las partes y se alcance el ansiado proceso de reconciliación nacional.

La liberación de Ariel Sigler Amaya ha puesto en evidencia muchas contradicciones y debilidades del castrismo. Los signos apuntan a una ‘Nueva Realidad’ que parece ser el preámbulo de una transición hacia la democracia y hacia la libertad en Cuba.

Miami, FL., USA
06/14/2010

1 comentario:

  1. Esta "liberacion" del senor Sigler Amaya se podria comparar con la anmistia que en 1955 le dio la liberacion,a quien usando la violencia explicita y no las palabras,fuera encarcelado en el infame Presidio Modelo...siempre recuerdo aquella famosa foto,con la que tanto nos bombardearon ideologicamente en Cuba,de Fidel,Raul,Almeida y otros bajando las escalinatas de dicha prision en traje y corbata,con una sonrisa que reflejaba el aspecto saludable y privilegiado que habian vivido durante aquellos meses que duro el castigo.Cuanta diferencia,visiblemente distante,de aquel acontecimiento pre-moncadista,la que pudimos observar cuando recientemente fue escarcelado el senor Ariel,me vino a la mente la liberacion por parte de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial de los presos de los campos de concentracion...tal parecia que este destacado preso de consciencia recien traspasaba la imnomiosa puerta principal de aquellas prisiones Nazis donde se podia leer la maxima "Arbeit Macht Frei",sin sonrisa en su rostro,sin saludable porte,sin traje,sin corbata...

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