domingo, 15 de noviembre de 2009

El FUTURO DE LA PRENSA


El futuro de la prensa es incierto, a pesar de todos los esfuerzos que se hacen hoy en día tratando de motivar al lector. El internet le ha dado un nuevo matiz al periodismo moderno, lo que ha obligado a directores y editores de periódicos a buscar alternativas más renovadoras y llamativas a la hora de informar al público.

Según José Manuel Nobre-Correia, autor del trabajo “La crisis del periodismo”, el mismo atraviesa una profunda mutación y ejercitarlo resulta cada vez más problemático. El ejercicio de esta profesión nunca ha sido una tarea fácil, y su éxito o fracaso ha dependido siempre de sus relaciones con el poder y la política, sus lazos con los medios económicos y financieros y con la competencia.

Desde un principio los hombres han tenido la necesidad de comunicarse los unos con los otros. Desde entonces han sido muchas las formas de comunicación que han existido desde los primeros relatos orales y mensajeros, hasta el nacimiento de la escritura, y el descubrimiento de la imprenta tipográfica (por Gutenberg, Coster o Walfoghel), a la creación de la prensa periódica (siglos XVI – XVII) y más tarde la industrialización de la prensa (siglo XIX).

El periodismo poco a poco se fue convirtiendo en una actividad creadora de empleo y rentabilidad. Su vinculación con la política y los intereses creados ha sido lo que ha complicado su práctica y provocado el escepticismo en la audiencia. Ahora los medios están tratando de recuperar el terreno perdido a través de formas diferentes de periodismo que logren motivar nuevamente a los espectadores, pero no está siendo una tarea fácil por la aparición de internet.

La competencia desenfrenada por tratar de llegar a un público cada vez mayor hizo que los periódicos adoptaran una estrategia editorial que enfatizaba demasiado el acontecimiento, en detrimento del curso de las cosas (Alban Bensa y Erik Fassin, 2002). Se le daba demasiada importancia a la emoción que la noticia provocaba, en vez de dársela a lo que realmente lo merecía, el acontecimiento como tal.

Todas estas cosas contribuyeron al nacimiento de la radio (años 1920 y 1930) y más delante de la televisión (años 1940 y 1950), los cuales adquirieron la autonomía con respecto al poder público (años 1950 y 1970). Ahora el pueblo no solo podía escuchar a sus actores y políticos preferidos, sino que también los podía ver. Esto provocó un gran impacto en la sociedad y en el periodismo mundial.

A modo de conclusión, según Nobre-Correia, “el periodismo como profesión de información destinada a las masas está en vías de desaparición”. Esta vieja profesión más bien quedará para informar a ciertos grupos sociales y elites de la sociedad, como pasaba al principio. Vamos a retroceder, de acuerdo a su punto de vista, unos cuantos siglos en el tiempo.