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POR COSTUMBRE
Por Elsa M. Rodríguez
Según estudios recientemente realizados en Estados Unidos, tal parece que aquellos quienes mejor debían conocer la religión que practican, son los que menos enterados están. Esto es noticia, pero en realidad no enseña nada nuevo porque en cierta forma lo que demuestra es que los seres humanos hacemos muchas cosas por inercia o por costumbre.
Somos fanáticos de un equipo deportivo porque crecimos en un hogar donde nuestros parientes, especialmente nuestro padre, eran fanáticos de ese equipo. También tenemos nuestras preferencias políticas por la misma razón, no es de esperar que en la casa de un comunista crezca un hijo con ideas democráticas, como tampoco lo es que un demócrata les inculque a sus hijos ideas izquierdistas.
En cuanto a la religión sucede algo parecido. Por ejemplo, en el pasado la mayoría de los cubanos, igual que en la mayor parte del mundo, decían que eran católicos porque es lo que oían en casa. Algunos eran protestantes o judíos por la misma razón.
Hay que entender que aquellos que se consideran ateos o agnósticos es porque conocen las distintas religiones y de acuerdo a sus puntos de vista, consideran que las mismas son erróneas o mentirosas.
La mayor parte de la gente practica una religión por costumbre, pero también hay quienes se han aferrado a una creencia para poder subsistir en un mundo que les es hostil, para ninguno de estos dos casos, se hace necesario el conocimiento profundo de la religión practicada, ya que estas personas simplemente hacen un acto de fe, es decir creer aun sin poder comprobar o analizar.
En el fondo ser creyente (dentro de la religión que sea) no es más que una muestra de amor porque el amor es así, no necesita razones para ser sentido, basta con sentirlo.
Hialeah, FL., USA
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