martes, 9 de noviembre de 2010

EL DESIERTO DEL SAHARA


EL SAHARA, UNA VISIÓN EXTERNA
Lic. Amelia M. Doval.

Cuando los pueblos claman porque el mundo opine es porque a gritos necesitan el respaldo por una causa que consideran justa y necesaria. Nuevamente el Sahara promueve titulares. Muertes, abusos y dolor trascienden las fronteras, con la inmediatez de lo ocurrido. Preguntas sin respuestas llevan a daños irreparables en las naciones que luchan entre la autoproclamación de sus derechos y las negaciones rotundas.

En 1884 durante la Conferencia de Berlín, España comienza a establecer en la franja costera una línea de fábricas que luego se extenderían hacía el interior del continente Africano. Hacia 1949 un geólogo español descubre el yacimiento de fosfato más grande del mundo, mientras otro español ya había realizado un mapa del desierto.

Las pretensiones de Francia, Marruecos y Mauritania eran evidentes. En contraposición, en 1975 España decide abandonar el territorio y entregarlo a los saharuis bajo un referéndum. Esta idea no fructificó y se acudió a un juicio en la Haya(Tribunal Internacional), nada quedó establecido por lo que en 1976 bajo la Operación Gaviota, España abandona el territorio de Saguia el Hamra y Rio de Oro que conforman el Sahara Español, junto a su personal se llevan hasta los cadáveres del cementerio. Se abrió el camino para que Marruecos y Mauritania ocuparan el terreno.

Los Saharuis se retiran y van al desierto formando campos de refugiados en Argelia. El Frente Polisario proclama la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática. Con las presiones ejercidas sobre Mauritania, el frente Polisario logra que en 1979 se firme un acuerdo de paz pero, pasa a ser ocupado totalmente por Marruecos quienes en 1982 con el reconocimiento internacional de la República Saharaui, deciden construir un muro que proteja los yacimientos, de tal manera que los alrededores son campos minados.

Aunque desde 1988 se ha establecido la intención de llegar a un acuerdo negociado entre Marruecos y la República Saharaui, el punto álgido de la conversación está en el referéndum. En estos tiempos merece la humanidad una respuesta clara ¿la ambición de riquezas justifica las guerras?, ¿justifica la avaricia la intromisión en tierras extranjeras? ¿Es necesario acumular sufrimiento en las familias cuando las ansias de poder prevalecen en algunos? Si la llegada del camello provocó un cambio en el concepto del Sahara asumiendo su valor como ruta de comercio, confiemos en el desarrollo de las comunicaciones para que las presiones internacionales coadyuguen a dar soluciones nuevas a viejos conflictos. Negociar por el bienestar en provecho de una vida pacífica, significa tomar partido en las causas justas.

Miami, FL., USA

Columnista de Ciudadanos- Cuba

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