viernes, 11 de diciembre de 2009

NUESTRO PASO POR LA VIDA


Si la vida fuera tan simple como ponerse los zapatos y salir adelante muchos estarían disfrutando sin más complicación que escoger el color y el diseño, o simplemente dejarse guiar por la moda, lo demás seguir el curso de la vida. Claro que con algo tan simple ya podemos darnos cuenta la complejidad que nos imponen, y de que los hay los hay, aquellos que no saben aprovechar las enseñanzas y jamás aprendieron a abrocharse los zapatos ¿qué harían?, se podrían mocasines aunque estuvieran de traje formal y corbata winsdor, o no intentarían superarse y dirían que se les discrima por sus defectos, tratarían que todos calzaran igual.

Así de simples y complejos, como cóncavos y convexos somos los humanos, por muy pequeña que se nos plantea el camino a tomar nosotros lo convertimos en algo desastrosamente grande, dudoso, acaparador. Imagino que el motivo sea buscar la perfección, quizás es que no entendemos bien por qué estamos sobre la tierra, ni qué objetivos debemos cumplir. Todas las religiones o estilos de vida nos refieren que decubramos cuál es nuestro fin en este mundo, para qué nos crearon, pues una vez descubierto esto ya la vida se simplifica, ahí justamente está lo complejo, como simplificarnos a través de algo que no sabemos ni siguiera como descubrirlo.

Tengo un método que nos podría ayudar, al menos dejemos claro para lo que no nos crearon porque con esas acciones nos sentimos mal, así podremos abaratar la búsqueda y como en física ir decantando las razones. La vida actua por osmosis, porque cada acción es un vaso comunicante, y las sumas de los factores puede afectar el producto, pero si aún con todo este derroche de conocimiento no entendemos que la complejidad del experimento de la tabla de Mendeleivev no está en lo que describe en su interior sino en lo que muestra externamente porque entre tantos símbolos se nos trasloca la cabeza, entonces se nos facilita la búsqueda del destino, pues debemos dejar claro que el experimento de Pavlov, no nos identifica sino que nos cualifica como seres pensantes así que mejor aprendamos a abrocharnos los zapatos para no tener que vestir siempre mocasines, ni tratar de crear en nosotros una identidad guerrera contra el universo. Hágamos amigos del diario vivir y sigamos pensando que por muy compleja que sea la vida al final no es mucho más dificil que abrocharse los zapatos, pues está en nosotros consentirnos y arroparnos como seres inservibles o traslocar nuestra frustación en deseos y seguir adelante porque independientemente del objetivo final para el que estamos aquí como individuos tenemos un compromiso social, ayudar al universo.

Amelia M.Doval