domingo, 26 de diciembre de 2010

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GROTESCO, DECADENTE, ELEMENTO DEL SHOW COMO NEGOCIO DEL BLANCO AMERICANO LIBERAL E ICONO DE LA REACCION ANTIAMERICANA MAS RANCIA, ESO ES ALI


LAS PAYASADAS DE ALI Y LA DECADENCIA DEL BOXEO
Por Andrés Pascual

Hace algunos años, con motivo de celebrarse el homenaje a Ángelo Dundee en Miami, tuve la oportunidad de conversar con Ali y hacerle dos preguntas: ¿Conoces a Stevenson? Es mi gran amigo… ¿Sabes lo que hizo en el Aeropuerto de Miami? Intervine por él…Suficiente para saber a que atenerme y, jamás, simpatizar ni personal ni humanamente con este payaso manipulado por cuanto blanco pícaro pudo y por cuanto negro radical extremista quiso y aún quiera, comenzando con Malcolm X, que lo “convirtió” a musulmán.

La decadencia del boxeo la inauguró Cassius Clay con la exageración de las ofensas en sus campañas promocionales, hechas por blancos, contra cualquier contrario; pero, especialmente, contra los oponentes negros de posibilidades que encontró en su camino, desde Sonny Liston hasta Frasier y Foreman.

En condición pésima contra Leon Spinks, deplorable contra Larry Holmes y enferma contra Trebor Berbick, no osó utilizar su desagradable vocabulario de insultos ni sus gestos casi obscenos con el fin de ridiculizarlos ante un público que, con la imagen y el mensaje tergiversado de Clay, se equivocó y todavía no lo entiende…sabía donde decía peligro; porque, como abeja, ya no podía picar y la mariposa se había quedado sin alas.

El principal promotor de la figura de Ali fue el comentarista judío de Nueva York Howard Coussell, que sabía muy poco de cualquier deporte y al que la ABC no le tuvo en cuenta para reportar el secuestro y el asesinato terrorista de Septiembre Negro contra un grupo de deportistas hebreos de la delegación israelí en Munich-1972, asignación que le dieron a Jim McKay, por lo que se sintió ofendido y subvalorado y lo demostró con ataques a la cadena.

Coussell, antipático y egocéntrico, no lo pensó dos veces para convertirse durante la primera mitad de los 60’s en vocero de la carrera de Alí. Fue, nadie lo dude, parte de importancia en la imposición del pugilista en niveles de relevancia nacional.

Cuando Cassius Clay fue puesto en las manos de Ángelo Dundee era un prometedor peso completo de buena velocidad y boxeo desorganizado, solo eso, que había ganado la medalla de oro entre aficionados en Roma-60; también comenzó a ser atendido por el Dr. Ferdie Pachecho, médico de origen español nacido en Tampa.

En el gimnasio de la calle 5ta. Clay cayó en brazos de la más grande personalidad que el boxeo haya conocido junto a Nat Fleischer y Dan Daniel, recientemente fallecido en Miami a los 89 años, Hank Kaplan, valorado también entre los grandes admiradores del boxeo profesional cubano. Kaplan se encargó de proyectarlo promocionalmente con la ayuda decisiva de Coussell.

Pero en ese gimnasio también estaba el profesor Luis Manuel Rodríguez, considerado por la opinión autorizada e imponente de Kaplan como “la menos valorada de todas las luminarias que el boxeo ha tenido; porque fue una maravilla…” Entonces, por observación de Dundee, se decidió que, acorde con la velocidad de Clay y con el handicap de que no era un pegador con nocao punch, debía hacer las cosas como las hacía el camagüeyano radicado en Mantilla. Por lo que era obligación de la naciente estrella observar las sesiones de sparrings diarias del pupilo de Ernesto Corral y su mayor cantidad de peleas posibles; entonces el jab y el side-step entraron en carácter de importancia capital en el caudal de golpes y defensas del kentuquiano.

Allí, junto a Clay y a Luis Manuel, se despedía de los gimnasios el decente, cortés, patriota y gran amigo de Las Villas, José Manuel Sarduy, Johnny, brigadista de la 2506 y del que todos conocían su trayectoria como luchador anticastrista y la consideraban digna de admiración…Clay no, por lo que fue bajo y taimado, lo que demostró cuando, con objeto de la visita de Sarduy junto a Luis Manuel y Vaillant a una de sus peleas, en su camerino en el Garden, El Más Enano, luego de darle la mano a Douglas y a Luis Manuel, sin mirar para Sarduy, le dijo: “yo no saludo blancos…” Eso dijo el perfecto payaso del blanco americano; que rechazó representar a su patria en el combate contra el comunismo y la opresión al revés de los Robinson, Armstrong o Joe Louis antes que él. ¿A qué blanco no quería saludar sino al blanco que luchaba contra Castro, ícono ayer y hoy del negro revanchista, aprovechado y resentido?

Para la batalla en África llegó tan lejos la campaña promocional anti-Foreman montada a favor de Alí por Don King, Coussell y compañía que, en un lugar como Zaire, lograron confundir al publico al presentar a Alí, claro y de facciones finas, que siempre ha reclamado ascendientes en la nobleza blanca británica, como a un negro y a George Foreman como “un enemigo blanco racista”. Entonces, bajo el lema de “Alí Bumayé”, se realizó la pelea racial entre el negro Alí y el “Tío Tom George Foreman”.

La decadencia del boxeo posterior, su caída casi estrepitosa, es responsabilidad de Alí en por lo menos un 40 %: las faltas de respeto dentro y fuera del ring hacia sus contrarios son parte importante de la promoción ante la prensa; las manos abajo fracturando el clasicismo boxístico con notable influencia posterior; combates tediosos, muchas veces basados en la promoción de un hombre bailando sin tirar y sacando la lengua, contra otro que lo persigue frustrado; la concertación de un pleito con un campeón de artes marciales en Japón que consistió en un nipón en el suelo gritando y girando y un boxeador de pie haciendo lo mismo a su alrededor…

Todo lo que hizo contra el boxeo incluye al Mal de Parkinson al dejar un legado negativo contra el deporte, para el que representa el clásico ejemplo de a lo que conduce la irresponsabilidad exagerada sin control cuando permitió que le pegaran a mansalva para satisfacer a la clientela de turno.

El peso completo más grande de todos los tiempos es Joe Louis, el Bombardero Carmelita, Héroe de su Patria sepultado en Arlington con honores militares; pero, para el boxeo, como ciencia y arte de la destrucción de un contrario, es Ray Robinson, otro veterano de la 2da. Guerra Mundial y pare de contar.

Miami, FL., USA
12/26/2010