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lunes, 28 de junio de 2010
JULIO CESAR CHAVEZ JR. VS JOHN DUDDY
UN SOLO PALO NO HACE MONTE
Por Andrés Pascual
Julio Cesar Chávez Jr. Tenia “escondidos” una legión de seguidores más amplia de lo que se creía: gente que por el propio muchacho o por la historia de su padre sufrían interiormente cada vez que el boxeador mediocre que realmente es; o perdía y le adjudicaban una victoria robada, como sucedió; o no podía imponerse decisivamente dictando cátedra ante bultos del oficio.
Entonces llega John Duddy y le recrean, como diversión, la capacidad técnica y física que nunca tuvo. Duddy fue el contrario “hueso duro”, hecho a la medida del “lanzamiento” de Chávez jr. a la manera como se hace con un artista; pero en las oficinas de Arum y en las computadoras de la prensa americana comprometida, en las que entra un muerto y sale Superman…La fiesta fue en San Antonio y con esa pelea, como si toda la humanidad fuera estúpida, bastaba.
Algunos cronistas arriesgan tanto que ponen su prestigio en 3y 2: según un analista de The Ring, en el colmo de la insensatez, el peleador “silencio a sus críticos”.
Otros se han referido al joven como “el prometedor novato” con record extrañamente abultado de 41-0-1 que si no es una barbaridad esta afirmación, entonces yo no conozco de calificativos exagerados.
Hubo quien apelo a la figura de John Duddy como quien subía al ring a poner en orden “algo mas que una pelea”, tonificando políticamente el pleito alrededor del lamentable incidente ocurrido en Irlanda hace 38 años, cuando el ejercito inglés ignoró que una protesta ciudadana se hacía sin armas y ametralló a casi dos docenas con varios muertos; si no inocentes, por lo menos desarmados. El acontecimiento, material de la película del nombre de la masacre, “Bloody Sunday”, se lo prestaron como parte del guión del sainete de San Antonio a John Duddy; el único problema fue que Julio Cesar Chávez Jr. es mejicano y, posiblemente, jamás haya oído hablar del domingo trágico, ni del IRA ni, tal vez, de Irlanda.
“Golpeó incesantemente durante doce rounds a su oponente para callarle la boca a sus inquisidores”; pero, para aliviar el papelazo periodístico, Duddy también “lo castigo con fuerza” en oportunidades.
Yo era un gran fanático de Chávez Sr. de hecho no tengo nada contra el joven y quisiera que pudiera convertirse en un peleador de la dimensión de los grandes de su país; pero por eso mismo, porque es hijo de quien es y porque procede de donde procede, se que es imposible; aunque lo entrene Roach, en quien han depositado todo la confianza equivocada al pretender construir en laboratorios un nuevo Harry Greb. No, técnicamente hablando Freddy Roach no es nadie como entrenador y solo pudiera hacer por el joven veterano lo que ya se sabe que suele hacer; pero, aun para eso, hay que tener por lo menos la clase que tuvo Manny Pacquiao en los plumas. La que no ha tenido el azteca en ninguna división que ha pernoctado…
Miami, FL., USA
06/28/2010
JUAN MANUEL SANTOS, NUEVO PRESIDENTE ELECTO DE COLOMBIA
ENVIDIANDO A COLOMBIA
Por Moisés Naím
(Cortesía de nuestro amigo y colega José L. Martel)
20/06/2010 - El Pais – España
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Envidiando/Colombia/elpepuint/20100620elpepiint_12/Tes
Hoy, mientras los colombianos eligen democráticamente a su próximo presidente, millones de sus vecinos los estarán envidiando. Y con razón.
Envidiarán, por ejemplo, a un país donde un presidente con enorme apoyo popular y obvias ganas de seguir gobernando acepta abandonar el poder e irse a su casa al final del periodo porque así lo decidió un tribunal. Esto es inimaginable en varios países de América Latina, donde los jueces son propiedad del presidente. También envidiarán una contienda electoral en la cual todos los candidatos tienen credenciales serias, larga experiencia, propuestas válidas y la voluntad de no imitar el populismo tan de moda en la región.
Colombia no sólo suscita envidia por su democracia. Los milagros también dan envidia. Y en estos últimos años Colombia ha vivido varios milagros.
Quizás el menos reconocido internacionalmente es su progreso económico. En 2002, cuando Álvaro Uribe comenzó su presidencia, Colombia solo exportaba 5.330 millones de euros en productos que no son tradicionales como el petróleo o el café. El año pasado, las exportaciones de estos otros productos alcanzaron 12.100 millones de euros, a pesar de la recesión mundial y del bloqueo comercial que le impuso Venezuela. Durante la presidencia de Uribe, la economía colombiana se expandió todos los años, creando así casi tres millones de nuevos puestos de trabajo. La inversión privada, tanto nacional como extranjera, aumentó sustancialmente y la inflación cayó del 7% en 2002 a un insignificante 2% en 2009.
Para poner estas cifras en contexto, la comparación con lo que le sucedió a Venezuela en ese mismo lapso es tan odiosa como reveladora: el desabastecimiento y la carestía son habituales, la destrucción de empleos en el sector privado ha sido masiva, su inflación es la más alta del mundo, la economía se contrajo en un 3,3% en 2009 y un 5,8% en lo que va de año, y es la de peor desempeño de toda América. Todo esto a pesar de que, durante la década en que ha gobernado Hugo Chávez, Venezuela ha disfrutado de los mayores ingresos petroleros de su historia; ingresos que además se vieron acrecentados con préstamos internacionales que ahora le imponen al país una deuda externa cuatro veces más grande de lo que era en 1999.
Aunque fuese solo por esto, la envidia de los venezolanos por Colombia estaría más que justificada. Pero no es solo la economía. Colombia también ha experimentado milagrosas transformaciones en cuanto a la seguridad de sus ciudadanos. Bogotá, Medellín o Cali solían ser sinónimo de asesinatos, secuestros y crimen generalizado. Hoy día ese trágico reconocimiento le toca a Caracas y a algunas ciudades de México y Centroamérica.
Y luego están las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), esos sanguinarios mercenarios que, disfrazados de luchadores sociales, han sobrevivido gracias al narcotráfico y el secuestro. Esta cruel guerrilla ha aterrorizado durante décadas a los colombianos, sobre todo a los más pobres y vulnerables. Durante mucho tiempo, profesores, políticos y periodistas nos explicaron que el dinero de la droga, la inhóspita selva colombiana, la debilidad del Ejército y de la policía, la venalidad de los políticos y la pobreza del país hacían de las FARC una maldición con la cual los colombianos tendrían que vivir para siempre. Se equivocaron.
En la prensa internacional hoy leemos titulares como este: "La guerrilla ya no es el gran problema de Colombia". Más aún, los medios informan de que las FARC están disminuidas, desmoralizadas, aisladas y sin la influencia que solían tener. Las FARC ya no aterrorizan a los colombianos, y si esto no es un milagro, se le parece mucho.
Obviamente, Colombia no es un paraíso. Casi la mitad de los colombianos siguen siendo inmensamente pobres, y la desigualdad económica, las injusticias sociales, la violencia, la corrupción y el narcotráfico siguen siendo realidades cotidianas. Pero menos que antes. Este no es un dato menor en un continente donde el progreso es tan infrecuente que, cuando ocurre, parece un milagro.
Los avances experimentados por Colombia durante la presidencia de Álvaro Uribe son innegables. Y sus éxitos no solo provocan envidia, sino que también sirven de ejemplo y de esperanza para otros países que siguen empantanados en el autoritarismo y el mal gobierno. Los colombianos le han demostrado al mundo que los pueblos pueden revertir tendencias y evitar destinos inaceptables. Por eso, un día como hoy se pueden sentir orgullosos y admirados. Y envidiados.
mnaim@elpais.es
AFICHE DE LA MISA POR LA LIBERTAD, LA PAZ Y LA JUSTICIA DE LOS PUEBLOS
Estimados amigos:
La Organizacion Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (VEPPEX) conjuntamente con la Organizaciones Fundaperefcf y Venezuela Awarenes tienen el honor de invitarlos a la misa por la libertad, justicia y paz de los pueblos, específicamente los pueblos de Cuba, Colombia y Venezuela. Es por ello que capto su atención para que por favor se conviertan en portavoces de este evento y nos acompañen ya que la presencia de la heroica comunidad cubana es de vital importancia para nosotros. Le agradezco por favor acusen recibo de esta comunicación y contamos con su participación.
Saludos y espero su respuesta,
José A. Colina
Director General de VEPPEX.
UN AGRICULTOR CUBANO
CUBA NECESITA LIBERTAD Y RIQUEZAS
Por Alberto Muller
La solución de la crisis cubana pasa por un proceso de liberalización y de estímulos a la iniciativa privada sin precedentes en todos los niveles de la vida nacional.
El gobierno cubano se ha encerrado en su ‘bunker’ y ha perdido la iniciativa estratégica en realizar las reformas de fondo que necesita el régimen comunista para sobrevirir a su crisis interna, según el pensador marxista Heinz Dieterich.
Los elementos desencadenantes de esa crisis cubana se precisan en la paralización productiva en la isla y la errática política de precios, que se unen a la falta de una sucesión política generacional y a la demora en la realización de las reformas del sistema que requiere la situación caótica en Cuba.
Ante este escenario con características desintegrantes, el gobierno de Raúl Castro sólo reacciona a las presiones externas.
Y esto impulsa y estimula, de acuerdo a la lectura analítica del marxista Dieterich, la estrategia agresiva de Estados Unidos, Europa y el Vaticano, que apoyados en la disidencia interna en la isla, configuran el ataque final al proceso revolucionario de 1959 con el objetivo de lograr una transición hacia la democracia en Cuba y el respeto de los derechos humanos a todos los sectores de la sociedad cubana.
Concluye Dieterich su análisis sobre la ofensiva imperialista contra las circunstancias caóticas de la revolución cubana, con la inclusión de la ‘Carta de los 74’, que con el apoyo de una parte de la disidencia cubana y de los cubanos del exterior, solicitan que los norteamericanos puedan viajar a la isla.
Y esto, dice el teórico marxista, es la prueba concluyente de todo este engranaje político de grandes alianzas que se forman actualmente para destruir a la Revolución cubana.
Debemos añadir que lo que sugiere este pensador marxista, en cuanto a reformas para la isla, es sumamente limitado precisamente por su prisma clasista, pues sólo prioriza liberalizar el agro, con entrega de tierras improductivas en usufructo a los campesinos, reformar el sistema centralista actual de precios, que resulta caótico, dando participación a las leyes de la oferta y la demanda, y permitir dentro del ‘sistema socialista unipartidista’ que emerjan las generaciones jóvenes para que reemplacen al gobierno de viejos encabezado por Raúl Castro.
La equivocación de Dieterich es muy fácil de precisar, pues realmente a lo que aspira el agricultor cubano, no es a un pedazo de tierra improductiva en usufructo, cuyo dueño seguiría siendo el Estado protector y explotador, que no produce y que sepultó la iniciativa privada en el país del engranaje social en la isla.
Esta ausencia de iniciativas privadas en el país fue la que derrumbó los niveles de productividad a niveles insospechados y desencadenó que la creación de empleos sean tan bajos.
Los agricultores cubanos aspiran a adquirir o mantener las tierras en propiedad, porque saben que la economía cubana no es sostenible sin la producción doméstica, que es la que crea riquezas fluidas.
En esta misma dirección, también los agricultores y las cooperativas aspiran a obtener créditos de organizaciones no gubernamentales, para poder comprar sus insumos y sus maquinarias en el mercado libre.
Y los más importante de todo, esta fuerza productiva del agro cubano exige que sus productos se vendan en mercados agrícolas abiertos, no controlados por el Estado, que se rijan por las leyes de la oferta y la demanda.
En su sectarismo ideológico marxista, a Dieterich le resulta muy complicado comprender, que la juventud y todos los sectores pujantes de la vida nacional cubana, están hartos de consignas y autoritarismos centralistas, que al final de cuentas son los responsables del sello estalinista de la represión, la tortura y la censura que han imperado en Cuba durante más de medio siglo.
Tampoco Dieterich estaría de acuerdo, para seguir debilitando con justicia el control del Estado sobre todos los resortes de la sociedad, que se entreguen títulos de propiedad a los individuos que están viviendo legalmente las viviendas.
Esto implicaría la facilidad de compra y venta de propiedades, con bancos hipotecarios que ofrezcan créditos a los propietarios de las viviendas, siempre manteniendo un registro adecuado ante cualquier reclamación judicial de los dueños originales del inmueble.
La solución de la crisis cubana pasa por un proceso de liberalización y de estímulos a la iniciativa privada sin precedentes en todos los niveles de la vida nacional, que impulsarían el ansiado proceso de reconciliación nacional, de creación de riquezas y de transición ordenada y pacífica hacia la democracia, que ni los paños tibios del reformismo marxista de Heinz Dieterich ni la dureza represiva del estalinismo castrista son capaces de entender.
Miami, FL., USA
06/28/2010
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