sábado, 20 de marzo de 2010


LOS ESBIRROS EN ACCION
Por: Orestes Rodríguez

Resulta penoso y triste haber visto en los noticieros de Miami y en la prensa de 18 de marzo (El Nuevo Herald, primera plana), las imágenes de los esbirros castristas golpeando a las Damas de Blanco, quienes portaban, como única arma, sendos gladiolos y pacíficamente se encontraban en su ministerio abogando por la libertad de los presos políticos, en cuya misión también se encontraba la madre del asesinado preso político Orlando Zapata Tamayo.

El escenario de la golpiza ejecutada por policías y agentes de la Seguridad del Estado fue la Iglesia de Santa Bárbara, del municipio de Arroyo Naranjo, Ciudad de La Habana, adonde acudieron las Damas de Blanco para implorarle al Todopoderoso que se detenga la barbarie que ha caído como una pesadilla draconiana sobre el cubano de a pie.

Las Damas de Blanco actuaron amparadas en el Artículo 20.1 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, según el cual “Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas”. La furia desatada por los mencionados esbirros viola hasta la propia Constitución socialista, la que en el artículo 54 establece “Los derechos de reunión, manifestación y asociación son ejercidos, entre otros, por las mujeres…” Y en su artículo 66 proclama “El cumplimiento estricto de la Constitución y de las leyes es un deber inexcusable de todos”.

De agentes de la autoridad los golpeadores de las Damas de Blanco se han convertido en violadores de la ley, suscitando con ello que el pueblo cubano no pase por alto semejante atropello y cada día adquiera mayor resonancia su rechazo y repudio a un régimen implacable que lleva medio siglo de injusticias.

Mientras tanto, el exilio cubano disperso por todo el mundo, se siente indignado por tan irracional y vulgar atropello contra indefensas mujeres que sufren la prisión injusta, ilegal y arbitraria de sus esposos desde la llamada Primavera Negra.

Miami, FL., USA
03/21/2010

LA COMICIDAD DENTRO DE ESTE PUEBLO.
Por: José L. Martel.

Es cómico como algunas personas que todos los días te hablan de la Cuba y que dejaron hace algunos unos 50 años atrás no parecen personas detenidas en el tiempo, un pasado 1959 imborrable y ni un paso más adelante. Es lógico que recordemos todo lo vivido durante nuestros años de infancia y juventud con toda esa satisfacción bebida, yo lo hago y disfruto, pero meditemos que ya tenemos muchos más de 60, 65 y 70 sumados en años de edad y que tenemos hijos, nietos y algunos hasta bisnietos viendo a nuestra Cuba cada día peor. Y que quiere decir eso, sencillamente que todo cambia, se mueve y nada sería igual a lo que dejamos atrás. La misma Cuba ya liberada y caminando hacia la democracia nunca podrá la de antes, sino la nueva y la mejor.

Los cubanos que salen de Cuba son distintos en criterios y costumbres a los que salimos en 1957 y la gran mayoría que abandonaron la patria desde 1959 a la fecha. Unas cuantas generaciones con matices distintos de genéticas de edades que dictan puntos de vistas distintos y diferentes. Muchas veces observo a un comediante capaz de deleitar a su público con sus monólogos, actuaciones y capacidad intelectual indiscutible, me refiero a Alexis Valdés, un joven artista que primero fue ingeniero civil graduado en la Universidad de la Habana antes de convertirse en artista e interpretar su primer papel en la televisión cubana con el nombre de "Bandurria". No odia pero no perdona ya que no es sacerdote, pero si expresa el sentimiento del nuevo cubano que añora libertad y salir de ese gobierno dictatorial envilecido y cruel. Son jóvenes que ha sido formado dentro del un sistema comunista y aun así no han sido domados ni convertidos en ese "nuevo hombre emanado del Che".

Muchos de nuestros compatriotas de aquí critican ¿del por qué? dentro de Cuba no se forma una revuelta, con un pueblo lanzado a las calles pidiendo libertad y que se caíga el gobierno, pero claro ellos no saben la represión tan criminal instaurada y mientras otros piensan que "si todos nos hubiésemos quedado allá el régimen no estuviese en el poder”. Estas serían teóricas soluciones a negociar y analizar. Son algunas de las utopías de nuestra historia actual.

Miami es un laberinto de buenos, pesados y oportunas personalidades, unas compareciendo ante micrófonos o las cámaras de la televisión, escribiendo en la prensa para condenar a los Castro y con sendos programas ser más patriotas que Oscar Elías Biscét, Guillermo Fariñas Hernández y el mártir del momento, el valiente inmortal Orlando Zapata Tamayo.

Ojalá esta euforia de apoyar y denunciar a Las Damas de Blanco no decaiga, que sigamos de cerca el martirio de Fariñas exigiéndole al mundo el reconocimiento de solidaridad y apoyo para una victoria final hasta derrocar al castrismo y que no pase como el desastre de Haití que ya casi nadie se acuerda de ese pueblo sin casas, comidas y casi desnudos en las calles después del terremoto que los dejo peor que antes.

Cuba está destruida físicamente y moralmente. La gente que está dentro subsistiendo para vivir y los que salen dejando atrás a sus seres queridos vienen con el único consuelo de mantenerlos desde aquí mientras las cosas no cambien, mejoren y se terminen los Castro. ¿Cuántas cosas decir de nosotros los cubanos? Somos buenos, malos y regulares pero ante todo somos cubanos y tenemos que ayudarnos y unirnos. No debemos criticarnos ni juzgarnos como si algunos quisiéramos ser fiscales y jueces de la mayoría.

Actualmente tenemos una autoridad de las comunicaciones desaparecido del micrófono. Su centro de trabajo no dice nada de él, pero escribe en un periódico local diciendo que está descansando en su hogar y por otra parte un reportero de un periódico nacional escribió diciendo que estaba ingresado en el quinto piso de un conocido hospital de la ciudad; y que al llegar al lugar resultó despachado con insultos por uno de sus familiares más allegados. Creemos que estamos en Miami y no en La Habana. O es que la vida de esa persona se ha convertido en un "secreto de estado" como el que tienen montado con Fidel Castro. Créanme que como periodista y ser humano estoy confundido. "O se es, o no se es".

La comicidad dentro de este pueblo que llamamos Miami es única en su clase y con el tiempo será exclusiva de su historia.

Miami, Florida, USA.
joselmartel2010@hotmail.com