CAMPAÑA EQUIVOCADA
Por Fernando J. Milanés MD
Después de leer la carta de mi querido amigo, Marino López Blanco, “Una promesa imposible” en El Nuevo Herald del Jueves 30 de septiembre, y oír a los voceros oficiales, es obvio que los Demócratas quieren hacer esta campaña política como un referéndum al gobierno anterior. Me luce una idea equivocada. Estamos frente a unas elecciones del poder legislativo y la legislatura anterior estaba controlada por su mismo partido. Durante los últimos cuatro años el presupuesto, las regulaciones a las finanzas, las distribuciones de dinero, y en consecuencia el déficit, han sido responsabilidad de los mismos que quieren culpar al “gobierno anterior”.
Según las estadísticas oficiales, tomadas de las cifras ofrecidas por la oficina del presupuesto del congreso (CBO), los Demócratas tomaron control del congreso en el 2007 con un déficit de $161 billones y después de 4 años de gobierno este déficit se ha convertido en $1.5 trillones. Es imposible defender la tesis de que una reducción de impuestos que se estableció en los años 2001 y 2003 a un costo de $1.7 trillones, no se haya reflejado hasta después de 7 años y no evaluar la responsabilidad de los gastos asumidos después de ese tiempo.
El CBO explica la diferencia en su proyección de un superávit presupuestal de $5.6 trillones en el 2011, con un déficit real de $6.1 trillón de la siguiente manera; un 33% por tecnicismos (errores en el cálculo), un 32% en nuevos gastos, un 12% en aumento del interés en la deuda y un 10% si se continúan las reducciones de impuestos a los que ganan menos de $200,000/$250,000, cifra que aumentaría un 4% adicional si se mantuvieran estos recortes a todos los contribuyentes.
La realidad de estos datos oficiales acaba con los mitos políticos de culpar el déficit presupuestario a la reducción de los impuestos y mucho menos hacerlo al 2% que ganan más de $200,000. Está claro que la solución de nuestra insostenible deuda está en eliminar los gastos innecesarios y como bien dice Marino, apretarse el pantalón.
No debemos tampoco eximir de culpa a la minoría republicana del congreso que se unió a la “orgía” de estos derroches, ni al Presidente Bush, que careció del coraje necesario para “vetar” las leyes presentadas. Es hora de que los que nos piden nuestro apoyo y voto, lo hagan basado en su historial anterior y no en acusaciones sobre la actuación de sus opositores.
Miami, FL., USA
09/30/2010
