martes, 20 de septiembre de 2011

"PARA COMER PESCADO HAY QUE MOJARSE..."


ENSEÑALOS A PESCAR; NO A COMER PESCADO
Autor: Juan Carlos León

Alrededor de 50 millones de personas en los Estados Unidos viven del Welfare, y otras 50 millones reciben food-stamps (sellos de alimentos). Es cierto que muchos han perdido sus empleos debido a la crisis actual, pero siempre hay quienes se aprovechan de la amabilidad y hospitalidad de este país. Tenemos que arrancar de raíz este mal que tanto daño nos está haciendo.

Dios alimentó al pueblo de Israel en el desierto con maná y codornices durante 40 años. Al parecer todavía hay gente en este mundo que cree que los gobiernos son Dios y que ellos también viven en un desierto. Tenemos que entender que las ayudas a los necesitados son temporales y no podemos convertirnos en parásitos de la sociedad. El pan nuestro de cada día se gana con el sudor de la frente; no a costa de los demás.

Este país ha sido siempre muy generoso y caritativo. Miles de donaciones son enviadas cada año a muchos pueblos necesitados, especialmente de África. Inmigrantes de diferentes nacionalidades llegan a EE.UU. constantemente y muchos de ellos reciben beneficios del Seguro Social, aún sin haber contribuido nunca con el mismo. Así y todo, son muchos los que nos odian en diferentes partes del mundo.

Los contribuyentes estadounidenses pagamos altos impuestos de nuestros cheques para ayudar a los ancianos, niños y enfermos crónicos (deshabilitados, incapacitados, veteranos de guerra mutilados, etc.). También contribuimos durante toda nuestra vida laboral con nuestros retiros y pensiones. Por lo tanto, no podemos seguir permitiendo que otros –que nunca trabajaron ni contribuyeron jamás con estos fondos- se beneficien de un cheque, seguro médico y alimentos por el resto de sus días. Simple y llanamente, no es justo.

Muchos de nosotros corremos el riesgo de no contar con un retiro cuando nos fallen las fuerzas debido al mal manejo de estos fondos federales. No es correcto que otros se beneficien de algo que nos pertenece por completo. Estamos dispuestos a ayudar a los demás pero, “para comer pescado hay que mojarse…”, como dice un viejo refrán.
Las ayudas gubernamentales son buenas hasta cierto punto, pero en muchas ocasiones llegan a convertirse en vitalicias, frenando el intelecto humano. ¿Por qué mejor no enseñamos a la gente a pescar; en vez de seguirles dando el pescado en la boca? Estoy completamente seguro que al final nos beneficiaremos todos, y haremos del mundo un mejor lugar para vivir.

Miami, FL., USA
09/20/2011