VACACIONES EN EUROPA EN TIEMPOS DE RECESION
Autor: Juan Carlos León
No hay nada más relajante que tomarse un descanso, especialmente después de un largo y arduo año de trabajo, pero 8 vacaciones en año y medio es un lujo que sólo los ricos pueden darse. Esto es precisamente lo que ha hecho nuestra “Primera Dama”, quien viajó a Marbella, España, en un viaje privado de cuatro días con su hija Sasha y 120 personas más (parientes, miembros de su staff personal y del cuerpo del Servicio Secreto).
Michelle Obama no trabaja, sin embargo, cuenta con un total de 24 empleados a su disposición, desde el que le arregla el pelo hasta el que le escoge la ropa que la “Marie Antoinette moderna” (Reina de Francia hace más de 200 años quien fuera decapitada por derrochar el dinero de los contribuyentes dándose la buena vida) ha de vestir cuando viaja a París. Estos trabajadores perciben salarios que oscilan entre 40 y casi 200 mil dólares anuales. Sus excentricidades y viajecitos por el Viejo Continente le están costando a los ciudadanos estadounidenses mucho, pero mucho billete.
No tiene nada de malo desconectar ni viajar de vez en cuando, aunque no todos podemos hospedarnos en uno de los 10 hoteles más lujosos del mundo, como el Hotel Villa Padierna, propiedad de la cadena hotelera Ritz-Carlton, ni rentar 62 habitaciones pagando por cada una de ellas entre $500 y $2,500 la noche. Al parecer la señora Obama se ha enamorado del glamur europeo y quiere imitar el modo de vivir de estas familias que han tenido una dinastía por muchos años.
Para nadie es un secreto el dinero que cuesta poder desplazar el Air Force 2 y su tripulación completa desde Estados Unidos hasta Europa y, aunque los Obama hayan corrido con los gastos de hotel, comida y ropa, ¿quién paga los salarios, dieta, estancia y demás utilidades del Servicio Secreto y el resto de la comitiva que acompañó a Michelle? Nosotros los contribuyentes norteamericanos. Más respeto, por favor.
Es una falta de consideración a las familias honradas y trabajadoras de nuestro país que la esposa del mandatario se esté tomando unas vacaciones por todo lo alto en Europa en tiempos de recesión. Muchos de nosotros lo más que podemos hacer es llevar a nuestros hijos a un crucero o a ver a Mickey Mouse. Otros ni siquiera esto pueden hacer, especialmente aquellos que han perdido sus empleos y casas. Señor presidente, usted pagará los platos rotos por culpa de su querida y glamurosa esposa. La cuenta final se la haremos llegar en las próximas elecciones…
Miami, FL., USA
08/09/2010
