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El sur de la Florida acaba de perder a uno de sus más ilustres residentes, nuestro querido amigo José Lagos, quien fuera en vida un gran activista comunitario y gran defensor, no sólo de los hondureños, sino también de todos los inmigrantes hispanos que llegamos a este país con tantos sueños en nuestras mentes.
Lagos a través de su fundación Unidad Hondureña ayudó a que muchas personas no fueran deportadas de Los Estados Unidos. Muchas de ellas se acogieron a la solicitud para el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), y de esta manera ganar tiempo en sus trámites con Inmigración.
Después de una larga batalla contra el cáncer Lagos falleció a la edad de 45 años. Esta terrible enfermedad le ha quitado la vida a tantos de nuestros seres queridos y amigos, que cabe preguntarse, ¿por qué no invertir más dinero en la búsqueda de medicamentos que ayuden a combatir este terrible mal que está acabando con la humanidad?
En vez de gastar millones de dólares en una guerra que nadie sabe cuándo va a terminar, y que está costando la vida de muchos de los nuestros, ¿por qué no usar ese dinero en investigaciones que finalmente nos llevarán a encontrar la cura del cáncer? Hoy perdimos a José, y mañana perderemos a otros más. Recapacitemos en todo esto para no seguir perdiendo vidas que pueden salvarse si actuamos ya. ¡Descansa en paz querido amigo!