CON SEMEJANTE ABERRACION PRETENDEN ROMPER CORAZONES

LOS NINOS, EL ESTANDARTE EQUIVOCADO
Por Andrés Pascual

Hay cosas contradictorias en Miami; de una parte, el cierre de escuelas y el retiro de fondos obligatorios que les impedirá marchar como se supone que deba ser a las que quedan funcionando, ya hasta por ahí hay emigrantes económicos cubanos hablando de “la superioridad del sistema de educación castrocomuinista” hasta en esenciales de vida y uso relacionados con la enseñanza y, al paso que esto va, no que el de Castro, si no que el de Haití, que no tiene una pobre aula en pie luego del terremoto.

Un vecindario de Coral Gables se queja porque pretenden abrir una escuela “charter’ en sus predios, lo que les robaría la tranquilidad de que gozan. No sé el porciento en la composición racial de los que se quejan; esos son datos que nunca se dan para que no se pueda criticar la acción sobre la base de qué tipo de ciudadano tenemos que le molestan los niños; aunque se sabe que un número alto de ‘anglos” prefiere un perro o un gato a un ser humano y yo no tengo fobia contra los animales; pero ante individuos que tengan la opción y decidan por un animal, casi siempre estoy alerta y a la defensiva. Ahora, en medio de la crisis presupuestaria del organismo, ¿De dónde sale el dinero aún para un local charter? ¿Cómo lo van a mantener y en qué condiciones?

Pero lo interesante es que los padres de los niños pretendían asistir a la instancia política, alcaldía, para un encuentro con oficiales, acompañados de sus hijos, el posible educando… ¿Por qué? ¿Qué presión extra puede poner el niño inquieto e incómodo, obligado a estar sentado oyendo algo que no entiende; aunque a los más avispados les ensenen un discursito repetitivo en voz infantil de lo que dirá su padre, madre o tutor?

Los niños están convertidos en un “gancho’ de atracción equivocado, como un jugador franquicia de béisbol, pero a nadie que esté preparado para tomar una medida le parte el corazón ver a uno, a dos o a 2000 niños en actitud llorosa e implorante, más que angelical, de pequeño diablito cuando el hambre, la sed y el deseo por las necesidades se haga presente; además del lugar coincidente con adultos que, muchas veces, no se entienden por qué no se oyen.

El niño nunca debe ser utilizado como apoyo a lo que pretendan lograr los adultos: hace un tiempo una familia nicaragüense a la que le habían deportado a una de las partes mayores y la otra estaba escondida, permitió que dos hermanitos se pusieran en huelga de hambre. Este tipo de huelga es un suicidio y se utiliza contra posiciones que se pretende derrotar; pero a riesgo de su propia vida. Si la huelga no se ejecuta como es, pues se convierte en una farsa y la moraleja estaría relacionada con el uso de la moral como cobertura de la mentira. Sin embargo, esto que ocurrió en Miami y tuvo cobertura radio-televisiva amplia, pasó sin que la intervención gubernamental a través de los organismos federales pertinentes tomaran partido; o por lo menos nunca se supo y, en buen español, “una huelga de hambre es un intento contra la vida del individuo”; así que…

El movimiento ilegal tiene como bandera preferida la explotación de la imagen infantil lamentándose y reclamando a padres que fueron deportados no por indocumentados; sino porque entraron al país de forma subrepticia y delincuente, que un país es igual que una vivienda, solo que más grande y con más gente.

Si esos niños nacieron aquí de padres ilegales, la culpa es solo de la irresponsabilidad con su descendencia de quienes los procrearon en condiciones anormales para tenerlos, tal vez manejando el concepto errado de que “tener un hijo americano me garantiza la legalidad”, lo que nunca estuvo en ningún manual jurídico de Estados Unidos; claro, también se sabe que ocurre por el vicio ancestral de parir a pesar de la televisión; o por la abyecta amenaza como la del antipático mejicano Paul Rodríguez, que en una entrevista por televisión declaró que “la guerra contra los yanquis la estamos ganando en la cama”.

Estados Unidos debería legislar una ley que castigue el uso de menores como instrumentos de adultos en la persecución de sus intereses inmediatos, aunque el futuro determine que la posición sea beneficiosa para los menores como en el primer caso; en el segundo, enviar los niños a los países de los padres y, cuando crezcan, si lo desean, que regresen al lugar en que nacieron accidentalmente; pero, desde ya, que cualquier mujer ilegal que alumbre aquí tenga que inscribir a su hijo en la embajada de su país, con carácter obligatorio y sin posibilidad de reclamo a la ley.

Miami, FL., USA
07/21/2010