domingo, 4 de julio de 2010

OSCAR PEÑA, COLUMNISTA DE EL NUEVO HERALD


NOTA DEL DIRECTOR DEL COMITE CUBANO PRO DERECHOS HUMANOS

AL PUEBLO CUBANO,

A LA ONU Y LA OEA,

A TODOS LOS PUEBLOS Y GOBIERNOS DEL MUNDO,

A TODA LA OPINION PÚBLICA INTERNACIONAL:

Después de muchas semanas que el nuevo jefe de Cuba el general Raúl Castro, sucesor de su hermano Fidel, vendiera esperanzas al pueblo de Cuba y a la opinión internacional fabricando la innecesaria utilización de la iglesia católica cubana para la liberación de los presos políticos cubanos nada de solución especial ha sucedido, con excepción de la media liberación de un solo preso para que muriera –según el grave estado en que esta- en su casa y no en la prisión.

¿Por qué expresamos que estamos ante una obra de teatro del régimen cubano? Un país de mando totalitario que controla toda la sociedad cubana y que no existe la más mínima división de poderes y de un Estado de Derechos no tiene que dilatar ningún proceso o paso si tuviera buena voluntad. Si en 24 horas los encerró y los enjuicio a modo de un relámpago, hoy para soltarlos tampoco necesita mediación de algún gobierno extranjero o de la iglesia católica. El mundo esta ante un moderno coliseo romano donde sus ciudadanos mas dignos como Orlando Zapata, Guillermo Fariñas y los inocentes presos políticos ofrecen su vida para lograr la salvación de sus compañeros enfermos y el respeto de los derechos civiles universales del pueblo cubano.

Hoy estamos ante un nuevo crimen del estado cubano que habíamos avisado... Se venia venir la sucia jugada de doble play político: no soltar los presos políticos hasta que muera el valiente e inteligente activista Guillermo Fariñas; y al salir el régimen del complejo y difícil caso de Fariñas que tanto dignos y cívicos dolores de cabeza les ha dado, soltar después a todos los presos políticos para vender la confusión de que el fallecido fue un radical que no creyó en la buenas intenciones de las autoridades de Cuba y en la ininteligible mediación de la iglesia católica cubana y del gobierno de España.

Para asegurarnos la afirmación anterior nos apoya el propio periódico Granma en su edición del sábado 3 de Julio 2010 http://www.granma.cubasi.cu/2010/07/04/nacional/artic10.html donde anuncian la premeditada por ellos muerte de Guillermo Fariñas (contrario a la despiadado crimen que ejecutaron con Orlando Zapata Tamayo al cual golpearon y no dieron agua) ¿Por qué esta esmerada atención que han dado a Fariñas? Para tapar el crimen de Zapata y limpiar su imagen dando a entender que Fariñas muere por su capricho y decisión personal. Preguntémonos: ¿Desean de verdad que no muera un ciudadano cubano de manera innecesaria? Miren que simple es: a los que van a soltar mañana, libérenlos hoy sin complejos, falsas mediaciones, ni soberbias criminales.

El inusual articulo del Granma es para preparar (léase engañar) al pueblo cubano y a la opinión internacional para la muerte de Guillermo Fariñas y tratar el gobierno de Raúl y Fidel Castro de limpiar su muy empañada imagen con el crimen de Zapata Tamayo. ¿Cree el director del periódico estatal Granma, la periodista Deisy Francis Mexidor y el Dr. Armando Caballero que a estas alturas alguien se cree que ellos en Cuba pudieran orientar abordar esa noticia, escribirla y dar esas opiniones si no fueran autorizadas y teledirigidas desde el despacho de los hermanos Castro?

Estamos ante la innoble justificación de otro crimen.

Lic. Oscar Peña

Miami, FL., USA
07/04/2010

1 comentario:

  1. De acuerdísimo con Oscar Peña. Estamos perdiendo héroes mientras que la tiranía, en su estira y encoge, quiere frenar la ola de descontento que existe en el país.

    Que el mundo entero sepa lo que ocurre en Cuba, la verdad de los hechos, lo que se habla en la calle y lo que ya no se puede ocultar.

    El cambio es necesario para que la tiranía de Castro se caiga como un castillo de naipes. Desgraciadamente, si no hay cambio, por la propia evolución de la historia tardará decenas de años que nuestra patria regrese a la libertad.
    Un abrazo, Oscarito, como te dice Orestes.

    Martha Pardiño

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