domingo, 4 de julio de 2010

CASTRO, NIKITA Y BREZNEV


UNA EXTRAÑA SENSACION DE ORFANDAD Y NOSTALGIA
Por Andrés Pascual

Puede resultar increíble; pero, Cuántas veces alguien, en el transcurso 1962-88 no escuchó en Cuba, hasta por individuos que no eran completamente, quiero decir militantes decididos o rabiosos, castrocomunistas, frases como “aquí lo único que hace falta es un poco de más comida”? Yo sé lo oí decir a más de 20…durante muchos añs.

Y eso era cuando la mayoría de la población, que había vivido parte del capitalismo-o de la República-, tenía un antecedente digno y sólido para establecer patrones de diferencia entre dos Cubas: una con niveles decentes de progreso y desarrollo crecientes y, la otra, experimento de conversión al esclavismo brutal en medio de la miseria mas espantosa a que se puede llegar, porque incluye las dos miserias de interés, la material y la moral.

Pero ya la población cubana mayoritaria de la Isla posiblemente no vivió en la Cuba precastrista, o no la recuerda; entonces no saben quien era Bertha Dupuy o Luis Echegoyen. O el “jingle” de otro desconocido, Rosendo Rosell, “Hay ambiente mi gente si Cristal está presente”, les suene tan extraño y ajeno como el nombre del compositor.

Recientemente, en La Mirada Indiscreta, Alejandro Ríos dedicó un programa a un documental que, a muchos por aquí les asustó por lo controversial; o por inverosímil que parezca. En el material, rodado en Cuba, por medio de entrevistas, muchos cubanos añoran el periodo “soviético” que, si bien no fue una ocupación al estilo de las de los países del Pacto de Varsovia, lo fue en significación…

Castro invito a la Unión Soviética a ocupar Cuba con una condición previa: el país es mío, la Revolución es mía y todo, incluyendo al pueblo, me pertenece…cualquier desliz que mostrara que los soviéticos se habían tomado en serio la ocupación, generaba la salida del “hermano’ a patadas por el trasero y la prisión de quienes les ayudaran en el objetivo. A fin de cuentas, “Cuba no había sido liberada por los tanques soviéticos” y la Revolución era una pertenencia mas del tirano-dictador. El proceso “microfracción” fue una causa ejemplarizante para cualquier confundido.

Los soviéticos entendieron las reglas del compromiso y entendieron mas: que el éxito, del expansionismo comunista durante los sesentas y setentas, no era posible sin el tirano de Cuba; porque, si bien ellos ponían el apoyo militar y logístico, Castro colocaba los hombres como carne de canon mercenaria; a fin de cuentas, los grupos guerrilleros y reaccionarios, conectados todos por el cordón umbilical que resulto la Conferencia Tricontinental celebrada en La Habana en 1966, respondían a Castro, creían en Castro y, hoy, es Castro mas que nunca su icono en la revolución de “nuevo tipo”, sobre todo en América, herencia de la gestión de durante los sesentas y que colofón con una nueva dimensión a partir de la Reunión sobre la Deuda Externa celebrada en la capital cubana a mediados de la década de los ochentas, casi coincidente con el movimiento de “nueva mentalidad” soviética que le dio al dictador la posibilidad de avizorar la crisis política en que se sumergiera la Unión Soviética y que llevo a la desaparición de esa federación y del bloque comunista de países del Este europeo.

Uno de los grandes problemas de la URSS durante su existencia fue que tuvo que privar a su propio pueblo del abastecimiento necesario, lo que, tal vez, le hubiera causado menos problemas si los dirigía hacia aquel; porque el pueblo soviético salto del esclavismo zarista al esclavismo comunista y, como el cubano de hoy, desconocia toda significación relativa a consumo, a libertades civiles y a democracia, en vez de desviarlo a los países controlados bajo el Pacto de Varsovia y hacia Cuba; es decir, sacrificaban a su población en pro de mantener sometidas esas neocolonias esclavas y reprimidas en el nombre del comunismo como sociedad inmensamente mejor que aquella en la que “el hombre es el lobo del hombre”; pero mejor alimentadas, vestidas y libres.

Por esa razón se produjo el financiamiento del castrocomunismo, para que semejante y bochornosa maquina de odio y represion se mantuviera en el corazón del Occidente libre…entonces llego a Cuba la carne rusa, no es verdad que fuera tanta, mas bien a cuenta gotas y racionada; llego la harina para un pan malo desde los 60’s y también racionado; llego el aceite y varias cosas mas que, a los que no conocieron el capitalismo nacional, les parece un pasado sin penurias comparado con el presente de hoy y no llego, en ninguna cantidad, la moral y la vergüenza que Castro arrancaba cada día con su fatal gestión; ni el espíritu de sacrificio necesario para mover la sociedad y al país hacia metas verdaderamente supremas; pero ayer tampoco había “comunidad” , ni viajes a Cuba, ni envío de dinero…un pantalón jean o pitusa era producto de uno de mecánico conseguido en las prisiones y virados al revés…unos zapatos para un joven, de vinyl o de lo que se robara el zapatero…hubo quien tenia 100000 pesos en su casa y en un mes los gastaba, porque la libra de frijoles costaba veinticinco pesos cubanos; no dólares, el dólar, mas que una moneda para poder comprar, significaba una causa judicial entre 1-8 anos de prisión por tenencia ilegal de “divisas” que no se podía convertir y, así…

Bien, en el documental presentado por Alejandro Ríos se observa y escucha a muchos cubanos que sufren de nostalgia del periodo soviético: “antes no era así, había de todo… ¡Ay la carne rusa…!” y cosas por el estilo…

A muchos exiliados los indignan esos lamentos; pero son comprensibles: el pasado de quien nació o se crio en medio de esa dictadura ya no puede contemplar una idea justa comparativa con el pasado previo a 1959, que fue el único de disfrute poblacional, porque no lo conocen; entonces su pasado esta dentro de su propio presente-futuro de miseria existencial; así, escuche a un fanático de pelota decir: “fulano, jugador de pelota de la era castrista, es el mejor de todos tiempos en Cuba”, ¿Por que? Porque para ellos Cuba como que se descubrió en 1959 y, cualquier otra cosa, realmente, no es Cuba y eso es un apartheid voluntario, autoimpuesto que lo provoca la apatía y el desgano ante compromisos que deben desembocar en la insurrección que conduzca a la libertad de la patria.

Creen que el fin del mundo fue el Periodo Especial o el presente estático que, a fin de cuentas, también es pasado y futuro combinados. El problema es que por no hacer uso de la investigación que demuestre que todo lo malo de Cuba ha sido sostenido en el periodo 1959-presente; que también les ensene de la gloria nacional alcanzada, acaso única, antes del castrocomunismo y que coloca a este medio siglo de esclavismo como una caricatura mala del verdadero pasado; mientras no decreten duelo nacional por ellos mismos en el reclamo de la libertad que les usurpan, entonces vivirán sin posibilidades de recuperar el principal elemento de la identidad nacional: la historia patria.

Miami, FL., USA
07/04/2010

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