lunes, 7 de junio de 2010

CIEN AÑOS DE LA GRAN VIA DE MADRID


CRISIS
Por Elsa M. Rodríguez

Acabo de regresar de Madrid. Hay crisis, se nota, tanto allí como en todas partes. Lo triste de esta crisis no está en el mero hecho de la pérdida de trabajos, de la pérdida de hogares que no pudieron sobrevivir a la burbuja inmobiliaria. La crisis va más allá, se nota en las fachadas de los edificios, en las esquinas de las calles, en las calles mismas. No solamente la gente está triste y preocupada. La infraestructura también está triste. Donde quiera se ven comercios que una vez fueron famosos y llenos de clientes, y hoy están cerrados y sin esperanzas de volver a abrir sus puertas.

Las paredes de edificios emblemáticos están llenas de mensajes escritos por las muchas bandas juveniles que salen en la noche a cambiarle el rostro a la ciudad. Tienes que andar por esas calles mirando hacia todas partes porque no sabes de dónde te va a salir alguien que pueda asaltarte o cuando menos robarte sin que te des cuenta.

Pero lo que más me ha deprimido de esta visita a Madrid es ver el estado en que se encuentra hoy día una calle tan famosa como La Gran Vía, objeto de admiración de muchos poetas y músicos. Una calle que es el emblema y el corazón de esa ciudad, una calle que celebra este año su Centenario y que lo hace con la cara sucia y los edificios rasgados. Un Centenario triste para una calle que vio pasearse por ella a personajes ilustres y a la que el músico mexicano Agustín Lara pensaba alfombrar con claveles.

Sé que para muchos cubanos quienes como yo salieron al exilio vía Madrid, la Gran Vía(o Avenida José Antonio como se le llamó en época de Franco) tiene un significado especial. Ver morir poco a poco esta gran arteria de la capital española, es como ver morir poco a poco nuestros recuerdos de juventud.

Hialeah, FL., USA
lapupasmiami@att.net

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