EL NOMBRAMIENTO DEL DR. BERTWICK
Fernando J. Milanés MD
Julio 11 del 2010
Aprovechando la excusa de un receso congresional y días festivos, nuestro Presidente Obama nombró al conocido académico Donald Bertwick MD al puesto que manejara un sexto de nuestra economía. Ambos partidos han utilizado esta maniobra que se originó para que posiciones trascendentales no quedaran vacantes en caso de meses de ausencia de los legisladores.
La protesta Demócrata en contra de la frecuente utilización de esta táctica por el Presidente George W. Bush, que incluyó al entonces Senador Obama, y subsecuente acusación de su ilegalidad, fue imitada en este caso por los Republicanos minoritarios. Esta hipocresía política no sorprende. Lo asombroso es que los que evitaron que este nombramiento fuera a votación fueron los mismos Demócratas. ¿Y por qué? Simplemente para evitar que declaraciones altamente controversiales se hicieran públicas en detrimento de la ya impopular ley de reforma medica.
El Dr. Bertwick, que no ha practicado su carrera en los últimos quince años, es un conocido académico y humanista. En sus escritos ha expresado su “adoración” por el sistema médico en Inglaterra, su aprobación del racionamiento de los cuidados a los pacientes y su observación de que como los “pobres” se enferman más, es justa y necesaria una distribución de la riqueza por bien a la humanidad. Estos conceptos populistas y románticos, desgraciadamente son totalmente irreales en una humanidad que nunca ha podido evitar la diferencia de clases y la pobreza.
Si bien es que más pobres mueren por enfermedades, también sufren por vivir en lugares de más crimen, en accidentes por conducir peores autos, entre muchas más circunstancias. El repartir igualitariamente riquezas está demostrado históricamente, que aunque satisfaga al espíritu, no disminuye, sino aumenta los males y los sufrimientos.
Hay que reconocer la buena voluntad del ilustre galeno y de nuestro Presidente, que obviamente piensan que implementando sus ideas progresistas, mejorarán las condiciones de los muchos necesitados y eliminarán los excesos del sistema capitalista.
Desgraciadamente está probado que, “es peor el remedio que la enfermedad”.
Miami, FL., USA
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