miércoles, 5 de mayo de 2010

BASILIO "EL BRUJO" ROSELL


LOS INDESCIFRABLES LANZAMIENTOS DEL BRUJO ROSELL
Por Angel Torres

El 29 de abril de 2007, cuando fui galardonado con el premio “José María Heredia” por el Instituto Nacional de Periodismo Latinoamericano, recibió el mismo honor el cronista deportivo Francisco X. Rivera, quien se encontraba acompañado entre otros familiares por su padre Sergio, quien vio jugar en su natal México, a muchas de las grandes figuras de la pelota cubana como Roberto Ortiz, Santos Amaro, Martín Dihigo, Andrés Fleitas, Agustín Bejerano, Agapito Mayor, Ramón Bragaña y El Brujo Rosell.

De inmediato me preguntó si el ex lanzador Basilio Rosell ya había fallecido y la razón por la cual le decían “El Brujo”. Además de explicarle le prometí un artículo al respecto y hoy cumplo aunque hayan pasado más de tres años.

El béisbol cubano y mexicano se vistió de luto el martes 15 de noviembre de 1994, al dejar de existir Rosell a los 92 años de edad en la capital de México, quien era natural de Los Arabos en la provincia de Matanzas, donde nació el 14 de marzo de 1902

Rosell comenzó a escalar notoriedad a los 15 años de edad, después de blanquear 9-0 al Araguas, uno de los equipos tradicionales amateurs en aquel entonces en Cuba. Esto provocó que los Azules del Almendares se interesaran por él, pero nunca le dieron la oportunidad debido a su juventud. Entonces el inolvidable Adolfo Luque, lo recomendó al Santiago de Cuba, un conjunto semiprofesional.

En 1925, defendiendo los colores de las Estrellas de Matanzas, se enfrentó por primera vez al inmortal Martín Dihigo, que actuaba para la novena de Recreo, cerca de Colón en la misma provincia. El partido se celebró en Cárdenas, provincia de Matanzas y finalizó empatado a seis carreras en 10 entradas por oscuridad. Curiosamente, la mayoría de las anotaciones fueron producidas por los serpentineros rivales, porque Dihigo conectó doble, triple y cuadrangular, mientras que Rosell se anotó un par de hits, incluyendo una película de cuatro esquinas.

En 1926-27 ya Rosell, estaba lanzando para el Cienfuegos en la Liga Cubana bajo la dirección de Agustín Molina y compartiendo el montículo con Heliodoro “Yoyo” Díaz y Bob McClure, algo que superó en el campeonato de 1929-30 con el Santa Clara, donde figuraban figuras monticulares de la talla de Satchel Paige, Ramón Bragaña, Lamon Yokeley y Juan Eckerson.

Rosell es recordado por los fanáticos de la vieja guardia, porque en tres oportunidades distintas derrotó a equipos de Grandes Ligas. En 1936 se impuso en dos ocasiones a los Cardenales de San Luis, en el segundo de los encuentros en misión de relevo por el zurdo Luis Tiant (Sr) y en 1937 a los Gigantes de Nueva York 9-1, dirigidos por Bill Terry, en un desafío que inició Carl Hubbell y terminó Slick Castleman que fue el perdedOR.

Pero fue en el partido celebrado el 7 de marzo de 1936 en el estadio La Tropical, donde Rosell demostró su calibre, al lanzar durante 11 episodios para imponerse a los Pájaros Rojos 2-1, teniendo como rivales en el montículo a Roy Parmelle, Bill McGee y Ed Heusser que cargó con el descalabro.

En el octavo los visitantes hicieron contacto con el plato, cuando con un par de outs, Pepper Martin recibió la única base por bolas concedida por Rosell y Joe “Ducky” Medwick lo impulsó con un doble entre los jardines central y derecho.

El largo historial de Rosell, incluye seis temporadas en la extinta Liga Cubana con el Cienfuegos, Cuba, Almendares, Santa Clara, Habana y Mariano con marca de 28-36 en 98 salidas.

En las Ligas Negras vistió los colores de los Cuban Stars (West) en 1926-28 y Cuban Stars (East) en 1929 y aunque jugó en México desde 1930 con Fabriles y Aztecas, su debut en la Liga Mexicana de Verano no se produjo hasta 1937 con el Agrario, tirando la última pelota el 18 de septiembre de 1947 en el entonces estadio 20 de Noviembre de San Luis de Potosí con los Diablos Rojos de México contra el Tuneros.

En la Liga Mexicana acumuló récord de 19-4, utilizando los uniformes de Agrario, Anahuac, Torreón y México, los que adoptaron el nombre de Diablos Rojos cuando los dirigió en 1950.

Pero fue con los Aztecas de Homobono Márquez en México, cuando se produjo el acontecimiento que lo marcó para siempre y que constituye una de las anécdotas inolvidables para el béisbol. Todo sucedió así:

En esa ocasión el Chattanooga de las Ligas Menores de visita en México, se enfrentó en una serie de tres partidos a los Aztecas, que anunciaron al estelar Ramón Bragaña para que lanzara los bultos postales en el desafío final, pero al enfermarse, el dueño del equipo le indicó a Rosell que le daría buen dinero si lanzaba en el desafío, a pesar de haberlo hecho el día anterior, donde venció a los visitantes 2-1. En aquella época los “pitchers” subían a la lomita todos los días de ser necesario y lanzaban juegos completos.

Rosell no lo pensó mucho para ganar unos pesos extras, a pesar que la noche anterior se había tomado un par de tragos para celebrar la victoria y se había acostado de madrugada.

Los Aztecas estaban ganando 1- 0 en el noveno, cuando los estadounidenses llenaron las bases sin out. Entonces el manager Marcos Valdez Bugarini se acercó a Rosell y le dijo:

“Si sales de ésta, es que eres un “BRUJO” y así es como te llamaré para siempre, porque solamente un “brujo” podría salir de este problema”.

En medio de la presión reinante y de su brazo extenuado por haber lanzado dos días seguidos, Rosell procedió a ponchar a los siguientes tres bateadores para blanquear a sus contrarios y de paso se ganó con creces el sobrenombre de “BRUJO”, que lo acompañó por el resto de su vida dentro y fuera del campo deportivo.

Después de su retiro como jugador, entrenador y manager en 1947, fungió como policía de tránsito, empleado de la compañía de electricidad y administrador por 30 años del Mercado de San Juan, ubicado en las calles de Ayuntamiento y Pugibet en el distrito Federal.

Con el tiempo incrementó su pasión por el dominó y mantuvo su elegancia en el vestir, que lo hacía competir en su época con Terris McDuffie y Lázaro Salazar, que incluía sombrero de ala y zapatos de dos tonos.

Fue exaltado al Salón de la Fama Mexicano en 1979 y al de Cuba en el exilio en 1985.

3 comentarios:

  1. MAURO CACHUCHAS REYES11/26/2012 3:11 a. m.

    EFECTIVAMENTE ASI ERA BASILIO(RIP).YO FUI EL BAT BOY DE EL EQUIPO LA FAMA DEL TIGRE, QUE EL MANEJO A NIVEL AMATEUR EN EL PLAN SEXENAL Y DESPUES EN EL DESAPARECIDO PARQUE DEL SEGURO SOCIAL A MIS 13 AÑOS. LO ACOMPAÑE A VERACRUZ A UN JUEGO EN BENEFICIO DE LA CRUZ ROJA Y LANZO 3 ENTRADAS EN DUELO CON NADA MENOS QUE CON EL SR. RAMON BRAGAÑA(RIP. EL BRUJO LANZABA UNA BOLA POR ABAJO DEL BRAZO CON ALTA VELOCIDAD Y CERTERO EN EL HOME.....QUE TIEMPOS TENGO 55 AÑOS Y PARECE QUE LO VI TIRAR AYER.

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  2. no se acuerda usted de Arturo Olivas ´´el chihuahua´´ estuvo en la Fama del Tigre

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  3. Martin Flores Avila4/06/2015 7:40 p. m.

    Es un gusto con añoranza escuchar la historia del Brujo Rosel y también me remonto a mi infancia en donde mi papá me llevaba a ver los juegos al Plan Sexenal efectivamente, en donde eran clasicos los equipos de Fama del Tigre, Cuprum y Rayo Vac en donde un primo de mi papá jugaba ( Paco Ortiz Miuler). Ahí inició en mi esa afición que ahora se a transmitido a mis hijos, quienes también practican el beisbol como una digna herencia. Saludos Mauro Cachuchas Reyes, yo tengo 52 casi 53 años y veo que somos contemporaneos.

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