miércoles, 24 de febrero de 2010


CUBA, UN GRITO DE DOLOR
Por: Amelia M. Doval

Otro cubano ha muerto, no estaba pidiendo imposibles, estaba reclamando sus derechos, murió en una batalla desigual, puso su cuerpo como instrumento, entregó su alma, su esencia, su vida, le habían robado la integridad, el derecho a decir, a expresarse, le mutilaron la palabra, cerraron su camino con muros de incomprensión, no porque intentara expresar los imposibles, sino porque reclamaba el derecho universal de tener un país al servicio de su pueblo.

Orlando Zapata no estaba exigiendo, estaba casi rogando con la cercanía de su muerte a un costado de su cuerpo, el único derecho que le quedaba en pie, ser tratado con la categoría que su batallar le confería. Zapata, no robó, no engañó, no lastimó al prójimo, era representante de la ley cívica de un pueblo y el cínico tirano lo dejó morir. Ojalá los gobiernos no se den la vuelta esta vez como acostumbran a hacer con el caso de Cuba . Este hombre, este cubano, el preso político, el huelguista, son un ejemplo de la crueldad de un gobierno que se esconde con falsas imágenes y palabras de zarzuela, sin menospreciar el género que hablan patanes y de chulos.

Cuba de adentro y de afuera se enluta en un día como hoy, uno de sus hijos, de sus soldados, ha muerto, en el inmenso campo de batalla que es la isla toda y empuñando la única arma que no le han podido arrebatar , la conciencia. Los hijos verdaderos de la patria, los que sienten a Cuba en las entrañas lloran la pérdida de un patriota y el nacimiento de un héroe, porque heroes son los que se levantan del piso como ángeles humanos para no medir las consecuencias de sus actos si el objetivo es en bien de su patria.

Orlando se suma al resto de esas almas que velan porque su pueblo tenga la dignidad necesaria para luchar sin tregua por liberar al mar de la horrible tarea que le han impuesto, ser barrote de cárcel para una isla, obligado campo santo para los hombres y mujeres que buscan un mundo mejor , camino que delimita el mundo oscuro y malvado, dominado por asesinos a conciencia de un universo que mudo se ha quedado permitiendo tanta crueldad.

Orlando, tu muerte no ha sido en vano, tu nombre retumba porque en vida fuiste palabra y acción. Nos sumamos al dolor de tu familia que aunque será mayor que el nuestro podemos agradecerle haber dado a la humanidad un ser humano con la valentía de no temer a la muerte pues la consideró necesaria, para quien su mayor acción fue la inacción a que fue sometido su cuerpo por la debilidad de la guerra que estaba librando, demostremos nuestro mayor respeto no permitiendo que se calle su nombre que se esconda su lucha.

Una vez más necesita el pueblo cubano de afuera y de adentro un gobierno representativo que enarbole la palabra a niveles más altos y haga suyo, como himno, el pensamiento martiano¨´la patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capitanía de nadie¨´. Honremos a nuestros mártires de la única manera que nos han enseñado, no dejando de luchar con cualquiera de las armas que estén a nuestro alcance. En paz descanse Orlando Zapata, porque su pueblo no le pertubará mas que para mostrarle que su sacrificio no ha sido en vano.

Miami, Fl., USA
02-24-10

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