jueves, 24 de diciembre de 2009

CELEBRACIONES PARA TODOS


La vida a veces nos sorprende con regalos que no esperamos, este año en lo personal celebro mis éxitos y mucho más los de mi hija porque mios son también. Mi Gabriela se ha casado y pensando como ´´Elsa la lista´´, ( de la historia de los hermanos Grimm)me adelanto en mis proyectos futuros pues cuando vengan mis nietos tendrán que caminar sobre la fina línea de dos culturas, la musulmana y la católica que el amor ha sabido unir con el mayor de los respetos hasta el día de hoy. Sin fanatismos por ambas partes que desvalorizan cualquier sentimiento humano, compartimos todos en la misma mesa con un solo fin, nuestros hijos sean felices.

El espíritu de Navidad inunda las calles, quizás menos que otros años pues los tiempos son difíciles pero, los sentimientos como los turrones sabemos que son dulces que exiten que están al alcance mas solo los comemos en diciembre.Desde hace 20 años mi mejor regalo navideño me lo dio la vida después de escuchar el primer llanto de mi hija, hoy quiero agradecerle dando un poco de luz desde mis ojos a estas celebraciones. Muchos se cuestionan la esencia de estas fiestas, la esencia de celebrar, la esencia de la Navidad, hasta algunos pretenden sustituir la palabra, eso sería una falta de respeto a una cultura a una religión, a una tradición. Suprimir nombres o ¨colectivizar¨ sentimientos, nosotros los cubanos sabemos que es un mal augurio, sería mucho mejor si trataramos de entendermos y sobre todo respetarnos. El Ramadán para los musulmanes es una celebración comparable con la Navidad, un mes sagrado donde desde que sale el sol hasta que se oculta no se debe comer, ni beber, ni hacer ninguna actividad humana como señal de respeto y solidaridad por los más necesitados, son horas de abstinencia para sentir en carne propia lo que otras almas no pueden disfrutar, es una manera de respetar a los que carecen y valorar lo que uno tiene, este sentimiento no es ajeno para nosotros, los católico

Según se acercan las fiestas los cuestionamientos sobre los regalos se hacen más profundos, en ambas culturas regalar es un símbolo de ofrecer felicidad, lo que se disfruta es la sonrisa, la alegría de recibir y dar, por eso procuramos que cada niño reciba un regalo porque la expression de su rostro es una compensación a tanto batallar diario. Nosotros tenemos Papá Noel y Reyes Magos, que en la imaginación infantil se encargan de la dificil tarea de llegar a cada casa con los obsequios, los musulmanes no los tienen a ellos, pero no faltan los regalos. En la Pascua del Cordero, se sacrifica un animal y hay que dividirlo en tres, un pedazo para la familia, otro para la casa y un tercero para los más necesitados, ¿acaso no es lo mismo que hacemos en estos días con nuestra gente más humilde?.

La espiritualidad es algo intrínseco del ser humano, es intangible, solo podremos palparlas cuando con un acto de humildad acariciemos con la vara del amor a otro ser humano, ese espiritu de celebración y cooperación está en todas partes del mundo, sabemos existe pero no lo tocamos. Dejemos que cada cual lo llame por su nombre, no perdamos tiempo en discutir y buscar diferencias, hablemos de similitudes y de sentimientos. Para ser un verdadero musulmán hay que respetar y reconocer las fiestas y celebraciones de las demás religiones y cada musulmán tiene la obligación de compartir la alegría de los que no lo son. No valoremos al resto de los seres humanos por estereotipos marcados sino por nuestras propias experiencias, ahora que el mundo se abre que perjuicios y prejuicios no nos detengan para en un ambiente de tolerancia convertirnos en instrumento de paz y justicia. En esta Navidad que la confianza nos haga aceptar que nadie es perfecto, reconocer las imperfecciones nos hace mejores seres humanos y eso justamente es lo que nos va permitir amar a otros como a nosostros mismos. El mejor regalo que se le puede hacer al futuro es comenzar desde el presente

para preparar una juventud que sea promotora de una función social, independientemente de sus caminos religiosos, valuarte de valores éticos que implican justicia, respeto, paz, solidaridad y en conjunto se trabaje en favor de los más débiles, los oprimidos, con estos principios fortalecemos a las nuevas generaciones para que no caigan víctimas de radicales y fanáticos. Aboguemos por un mundo mejor, un universo de felicidad y respeto. Feliz Navidad para quienes el 25 de diciembre es un día de alegria y celebración, para el resto de la humanidad que no piense como yo le deseo la dicha por igual porque admiten que mi felicidad pueda ser la suya.

A mis amigos, conocidos, a quienes le ofrecí la palabra amor y la aceptaron o quienes no vieron más allá, les deseo por igual que la dicha los acompañe para que el próximo año sea mejor que este. Gracias a quienes justamente en fechas pasadas me dieron la felicidad y la fuerza para seguir adelante, gracias a quienes me abrieron las puertas y a quienes las cerraron también.
Amelia M. Doval
12/23/09

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