lunes, 25 de abril de 2011

ASI ERAN "LAS GRACIOSAS" HISTORIETAS QUE REFLEJABAN AQUELLA TRAJEDIA


PROGRAMAS PARA “ARREGLAR”CONDUCTAS HOMOSEXUALES
Por Andrés Pascual

Entre 1966 y 1970, la Escuela de Letras y Arte de la Universidad de La Habana era un verdadero “nío” de maricones y tortilleras. Curioso, sin embargo, que también lo era de chivatos del G-2.

Ser hombre o mujer, es decir, hétero, en el recinto que dirigía Vicentina Antuña y para el que trabajaban como docentes la lesbiana Mirta Aguirre y Adelaida de Juan, era un acontecimiento.

Antes de continuar, lo peor de Mirta era lo fea y lo mala que estaba, parecía un macho virado de espaldas, pero sabía, era inteligente e hija de puta por naturaleza. Su amor enfermizo era Juana de Asbaje, a la que nunca se refería como la conoce la historia, Sor Juana Inés de la Cruz, para no contaminarse con lo místico, a pesar de su libro.

En aquella época, Camilo José Cela estuvo en Cuba y, en la Casa de las Américas, dijo lo que José Antonio Portuondo y el Sargento Tamal, Roberto Fernández Retamar, consideraron una expresión más ofensiva que rallar la tumba de Gonzalo Castañón para España: “Para nosotros, Cuba siempre será esa hija que se nos fue de puta”.

Cuando la UMAP echó a andar, lo mismo en el llamado de 1965 que en el de 1966, de la Facultad de Letras y Arte solo fueron concentrados en aquellos campos de abuso y represión los maricones que no eran chivatos o, algunos héteros que escogieron que tampoco lo eran; o sea, el 98 % de los homosexuales, que eran informantes, se quedaron en el centro sin problemas.

¿Por qué fue así? Porque la dictadura no perseguía a los homosexuales, sino a los anticastristas y desafectos. Un maricón “entusiasta y combativo”, no tenía ningún problema, porque no era terreno fértil para “la penetración del enemigo” y hablo en funciones de espionaje, no de sexo y, si el tipo no era de “familia siquitrillada” con una bodega, farmacia o puesto de frutas, menos. Ahora, asistir a la Iglesia o al Culto y, además, ser fanático del mismo sexo, era un pasaporte directo a “Camanyule”, como llamaron los Hermanos Bravo al asunto en la conga famosa y prohibida que casi les cuesta la carrera…

Curioso que nunca hubo un movimiento masivo represor contra las lesbianas, por lo que era muy difícil que perdieran sus trabajos, aunque fuera en el aula y Mirta Aguirre fue un soberano ejemplo, o Consuelito Vidal y Esther Borjas en el ICRT.

Abel Prieto, Ministro de Cultura que perdió la botella política del Buró Político y del Comité Central en el reciente Congreso, adorador de The Beatles, The Rolling Stones y The Cream, primo hermano de Marisela Verena y con su hermana viviendo en Miami, no salió de Letras para la UMAP ni nunca fue castigado por “desviarse” a trabajo en Crusellas, en chocolate La Estrella o sembrando pinos en Guanahacabibes u Oriente: siguió, se graduó y a escribir, que era su pasión, tan fuerte como la de Berenice.

Desde diciembre de 1965, una batería de intelectuales-politólogos, como el padre de Abelito, del mismo nombre y apodado El Cojo por una malformación en una pierna desde su infancia (tal vez poliomielitis, no recuerdo), chupatintas del grupo de Becas en el Ministerio de Educación de la era del liliputiense Armando Hart, como Gaspar Jorge García Galló, como José A. Portuondo, como Blas Roca o el propio tirano a través de los editoriales del Granma, en la revista Verde Olivo o en Alma Máter, iniciaron una campaña contra las conductas desafectas al régimen, utilizando como chivo expiatorio al homosexualismo y basada en el peligro que representaban para la sociedad comunista, porque lo explicaban como conductas desviadas, heredadas o influidas por la sociedad capitalista. El nombre que usaron para definir al joven que debería ser enviado a la UMAP, o que ya lo estaba, era “enfermo” y las caricaturas de Nuez y compañía lo presentaban con cara soñolienta, pantalones estrechos y actitud afeminada. La guerra contra la juventud, por circunstancias de “diversionismo ideológico” alcanzó, en ese momento, su verdadero clímax, continuado hasta hoy sin concesiones de ninguna índole.

Sin embargo, Raúl Roa Kourí, vástago del canciller indigno del mismo nombre y de la doctora Olga, a su vez hija del eminente oncólogo Pedro; así como el músico Felipe Dulzaides, Pablo Milanés y el actor, galán de CMQ, Alberto Insua, entre muchos otros, fueron reconcentrados allí.

Ayer leí que en Malasia, en un estado llamado Terengganu, las autoridades de Educación han enviado a un campamento educativo a un grupo de 60 adolescentes con inclinaciones afeminadas. Dicen que ahí los van a disuadir de ser “gays” y a aconsejarles cómo fomentar la masculinidad.

Yo me juego el cuello que, detrás de esa decisión, se esconde un escarmiento no solo a los homosexuales y me lo vuelvo a jugar si, cuando un familiar tenga posibilidades de ver a uno de esos jóvenes en alguna visita, no se lo encuentra mutilado, si es que se lo encuentra. A Luis Martínez Vázquez, homosexual y a Benjamín Millán Quintana, católico practicante, les sucedió en Cuba, eso me consta, como todo lo que dije aquí.

Miami, FL., USA
04/25/2011

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