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domingo, 3 de octubre de 2010
125 MIL CUBANOS LLEGARON A MIAMI DURANTE EL EXODO DEL MARIEL
MARIEL: EL EXODO QUE SORPRENDIO A WASHINGTON
Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
Merle Frank, vecina de Miami, nunca imaginó lo que pasaría después de que ella preguntó al presidente Jimmy Carter en 1980 cómo podría él ayudar a la ciudad con la muchedumbre de cubanos que estaban llegando en el éxodo del Mariel.
"Seguiremos teniendo el corazón y los brazos abiertos'', afirmó Carter a Frank, entonces directora de la Liga de Mujeres Votantes de Miami, durante una conferencia de la Liga en Washington.
Fidel Castro le tomó la palabra a Carter: una palabra reportada en todo el mundo. Seis días después, el 11 de mayo, Mariel estableció el récord de llegada de personas en un solo día, y criminales recién liberados comenzaron a abordar los barcos.
Ningún presidente de Estados Unidos, antes o después, se ha esforzado tanto como Carter para establecer relaciones normales con Castro. Y ninguno ha sufrido consecuencias tan terribles.
El éxodo terminó oficialmente el 26 de septiembre de 1980, cuando soldados cubanos ordenaron a los últimos 150 barcos en el Mariel que abandonaran el puerto, situado al oeste de La Habana, sin pasajeros.
Para entonces, 125,000 cubanos habían llegado a Cayo Hueso, Carter había conseguido cristalizar su imagen como indeciso, y Castro se jactaba de haber asestado otro golpe al ‘‘imperio''.
"Desgraciadamente, una democracia siempre está en desventaja cuando un régimen totalitario decide hacer algo como esto'', afirmó Robert Pastor, el hombre de avanzada para los asuntos cubanos en la administración de Carter.
Carter ya estaba enfrentando otras crisis cuando estalló el éxodo del Mariel en abril de 1980: las repercusiones del fallido rescate de los rehenes en Irán y la invasión de Afganistán por la Unión Soviética.
Había colas para comprar gasolina en todo Estados Unidos, el senador Ted Kennedy estaba compitiendo con Carter en las primarias del Partido Demócrata y el candidato presidencial republicano Ronald Reagan ganaba terreno.
El factor clave en la crisis del Mariel, declaró Pastor, fue la decisión tomada al principio de que Washington no podía detener el éxodo sin tomar medidas duras que podrían poner en peligro vidas humanas en alta mar.
"Lo cierto es que, una vez que se decidió que la única manera en que podíamos detener el flujo del éxodo era arriesgarnos a sacrificar vidas humanas --y ese era un precio demasiado alto-- nunca pudimos controlar los sucesos, y después de eso lo único que pudimos hacer fue reaccionar a lo que iba sucediendo'', explicó Pastor.
Pero los problemas fueron mucho más allá de esa decisión, escribió David W. Engstrom en su libro de 1997 sobre el Mariel Presidential Decision Making Adrift (Decisiones presidenciales a la deriva).
La administración de Carter consideró inicialmente la crisis un problema entre Cuba y Perú, cuya embajada en La Habana estaba atestada de 10,000 personas en busca de asilo, escribió Engstrom.
Más tarde, vaciló entre tratar de asegurar la seguridad de los inmigrantes cubanos y evitar darle alas a una mayor inmigración, subrayó.
Mientras el Departamento de Estado advertía que el éxodo equivalía a un contrabando de inmigrantes y decía a los exiliados que sólo estaban ayudando a Castro, el Servicio Guardacostas urgía a los exiliados que iban en barco a Cuba a que llevaran consigo suficientes chalecos salvavidas y que entregaran planes de navegación.
Miami, FL., USA
10/03/2010
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