¿POR QUÉ POLITICOS ETERNOS EN TIEMPOS MODERNOS?
Por José (Pepe) Martel.
Esto que voy a decirme de seguro disgustaría a esos elegidos periodos tras periodo en sus cargos representativos de gobierno a distintos niveles. Me apoyo en la columna publicada en El Nuevo Herald (domingo, ago. 29) escrita por el periodista Daniel Shoer Roth (dshoer@elnuevoherald.com) que tituló “La locura de los votantes”. Que les llamaría “dementes desenfrenados a la hora de emitir el voto” aunque sabemos que en democracia el voto es libre y soberano. Un voto tan ansiado por cada uno de los candidatos y sobre todos de aquellos que son representativos de intereses especiales ajenos a las necesidad básicas del ciudadano de a pie. Se sabe que muchos de ellos, y en específico no todos se mueven tras el billete de los poderosos consorcios a través de sus representativos cabilderos. El pueblo desgraciadamente no tiene cabilderos a sueldos.
El periodista explica como resultan victoriosos los que nombres de políticos legendarios que tienen
Siempre he manifestado que sería conveniente ajustar esos mandatos a términos y periódicos de gobierno como les exige la constitución a los presidentes.
Un periodo de cuatro años y posibilidad a un a reelección de igual periodo, pero no esas posibilidades de congresistas (senadores y representantes) como a que los comisionados distritales se eternicen por años de años hasta languidecer en el poder. Muchas de esas largas permanencias promueven las relaciones turbias y las manipulaciones ilegales que se promueven y tarde o temprano se convierten en corrupciones personales. Existe un dicharacho popular que dice: “Cuando el ser humano se acostumbra a mandar mucho se cree dueño de sus actos personales y deja de ser representante de sus ciudadanos”.
No es saludable estar mucho tiempo en el poder y es saludable remover gobiernos para de ese modo provocar un trabajo transparente en un tiempo prudencial, si el elegido resulta positivo volverlo a elegir una vez mas y ¡Ya! que espere dos mandatos mas y aspire de nuevo. En ese tiempo veríamos una cara nueva con nuevas aspiraciones y ganas de demostrar si sirve o no resulta el indicado para el futuro. Rotar, cambiar y probar nuevos ejes para esa maquinaria que debe ser beneficio de todos.
Cuánto años se mantuvo el senador demócrata, Ted Kennedy, casi más de 40 años ejerciendo sus funciones en el Congreso federal. Creo que es demasiado mantener a un político ejerciendo ya que el tiempo pasa y los cambios demográficos y genéticos son evolutivos en toda esencia. Nuevas caras son necesarias para seguir transformando la económica y vida social de cualquier nación. Y éste si es conocido por todos: “El que no cambia se estanca” y si ellos continúan entonces repetimos esa frase del joven comediante cubano de Miami, Alexis Valdés, que “la cosa está de Odinga”-
Miami, Florida, USA
joselmartel@yahoo.com
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