¿EN QUE LOS TENDRIAS A TU LADO? HAY DIFERENCIAS
Por Andrés Pascual
La noche del viernes pasado, mientras participaba en el velorio del ex pitcher cubano Vicente López en una funeraria del Suroeste de Miami y meditaba sobre lo que había sufrido el compatriota durante casi 10 años; la forma como había defendido con su valor y resistencia el “montículo de la vida” con tanto o más coraje que con el que lo hiciera para el Hershey o el Almendares, se me acercó alguien, amigo de un familiar del ex lanzador caído creo y, después de pretender una conversación sobre pelota de la que se juega “allá” hoy, me cuestionó sobre “como veía la Ley de Arizona”… ¿Por qué debería responderle eso? No, contra,
es una conversación “entre cubanos”; entonces me ví obligado a asumir el papel de inquisidor: ¿En qué año llegó usted aquí” En el 2002, ¿Qué edad tiene? 34 años, ¿Por dónde entro? Por Méjico, ¿Reclamo status de refugiado político o se acogió al ajuste cubano? No, no ajuste cubano, ¿Por qué? Bueno, creo que es una mejor opción? ¿Por qué razón? No sé…me parece, ¿Ha viajado a Cuba? Si, ¡12 veces! Pero tengo a mi mamá…Sin embargo, la dejaste sola en la boca del león.
En el número de viajes esta la razón del rechazo de la condición de refugiado político, porque en realidad no lo son: poder regresar a Cuba cuántas veces sean posibles no supone una condición de perseguido político del lugar que se proceda.
De Cuba llegan hoy con intención absoluta de emigrante económico que no sería objetable si no existiera Castro allí y si el compromiso moral, individual o de grupo, no estuviera acondicionado a un capítulo especial que le ofrece al cubano privilegios que, aparentemente conocen; pero no les importa respetar y lo pisotean: el ajuste cubano, si logra llegar a tierra firme estadounidense aunque sea a través de la luna el viaje…
En Cuba hay una confusión generalizada con respecto a la emigración hacia acá, creada y mantenida latente después de 1994 y es suponer que “idse pa’d nodte” resulta lo mismo que trasladarse de Párraga para San Miguel del Padrón y como si con ellos no fuera…
Los tiempos han creado una situación que convalida la intuición del cubano de hoy con respecto a que esta en una “extensión” de La Habana: el “asere” sustituyo al “caballero’ en cualquier esquina de forma abrumadora; el incremento del delito de casi todas las categorías, sobre todo robo en tiendas y fraudes a instituciones federales se ha disparado a un porcentaje irreconocible para una comunidad que fue respetada por su honradez, tesón y credibilidad; la ayuda al régimen con visitas a Cuba y remesas que empobrecen la ciudad por la fuga de capital, con total amparo de una administración que buscaba pisotear el nombre de Cuba y la historia rica constructivamente del cubano aquí ya es oficial, protegida y sin ninguna posibilidad de revertirse.
Para colmo de males, si llega aquí hoy, mañana está bailando con Van Van o con la Charanga Habanera en alguno de los clubes de Miami que se manejan por asalariados de los jerarcas de La Habana…. Nadie puede negar que esos si están “navegando por el mar de felicidad” a que se refirió Chávez para Venezuela desde otra orbita..
¿La Patria? ¿La libertad de Cuba? ¡Que va “consocque” lo mío no e’ político, no vo’a ca’e en esa volaita del Pérez Roura y la Ninoska esa…! Lo mío e’d vacilón.
Sin embargo, opinan sobre la Ley de Arizona y se dan el gusto de estar en contra sin reconocerse a sí mismos; o desconociendo que ellos no son “unos ilegales cualquiera”
Ningún cubano, incluso los emigrantes económicos, muchos de ellos dañinos al exilio y a la causa de la libertad de Cuba es un ilegal a “lo mejicano”; pero, como viajan a Cuba y observan las fotos, las consignas y los lemas comunistas en las protestas contra el “bill”; como saben que el exiliado se opone a sus viajes a Cuba, pues apoya la actitud delincuente vía inmigración ajena buscando el apoyo masivo a su miserable actitud ante la tragedia cubana.
Sin embargo, jamás nadie ha logrado tener al mejicano como apoyo en nada, a no ser los castristas, a quienes les une un cordón umbilical bien identificable en el antiamericanismo.
El embajador de Estados Unidos en Méjico declaro que el “bill” de Arizona es un Apartheid; no es posible que un diplomático americano diga eso y siga en su puesto; pero como su Presidente y su Jefa inmediata, la Secretaria de Estado, no se han unido a las protestas contra la pretensión de construir una mezquita musulmana monumental casi encima de las víctimas por los atentados del 9-11 en la Zona Cero; como que nadie del gobierno ni del partido demócrata le ha salido al paso a la bribonada del “concilio negro americano” por acusaciones de racismo al “Tea Party”, nacidas del temor a la forma como se ha disparado la popularidad de Sarah Palin y a la función del grupo como tribuna centinela en defensa de los intereses verdaderos de este país contra la entrega paulatina por la administración Obama de esos mismos intereses y de la Seguridad Nacional, por todo eso, esta permitido el ataque a la gobernadora del estado y el inicio de una guerra legal que, de manera ilegal, legalice a los ilegales, por todos y en cualquier frente.
Los hondureños, por su ejemplar defensa de su soberanía como pueblo; los nicaragüenses no sandinistas; los venezolanos que nunca fueron oficialistas de Chávez en ningún sector y algún que otro digno, previo análisis de sus casos, deben ser tomados en cuenta para la legalización de sus estados migratorios; la ley de Arizona debe apoyarse, incluso habilitarse en la Florida lo antes posible para no despertar con pesadillas ante una realidad que se pretende esconder. Es la única solución para disuadir al mejicano de que continúe transportando hacia acá su antiamericanismo ancestral y su exagerada actividad delincuente de narcotráfico; para bloquear a tiempo la puesta en practica oficializada y apoyada de lo que seria un ¿error? voluntario y preconcebido con mala intención de crearle terreno fértil a los secuestros, los ajustes de cuentas masivos; para terminar con la actividad criminal y abusiva del “coyote”…para evitar que la Unión Americana se convierta en “tierra de nadie” por la actividad pandillera; el que se oponga a esa ley esta a favor de la destrucción de los Estados Unidos sin que medie ninguna justificación.
Mientras, estos emigrados nuestros de nueva o reciente edición, aportando ideas sobre la forma como se soluciona el complejo problema de la inmigración aquí; al amparo del tremendo libertinaje en que se ha convertido el derecho a la libre expresión en Estados Unidos que, veladamente, sugiere el apoyo a quienes se oponen a la ley salvadora en un estado golpeado como ninguno por la delincuencia ilegal, aunque no sean todos.
Anoche pude contactar en una funeraria de Miami que, si bien el ajuste cubano hace diferencias radicales entre un cubano y un hispano de otro país, por la forma grosera como pisotean ese recurso único, convirtiendo en motivo económico lo que nació en carácter de estricta condición de refugio político, el ajuste cubano sobra como beneficio de tal forma que debe ser puesta en el mismo sitio que la ley de Arizona por el gobierno americano y aquí si habría razones para inhabilitarla; porque, si un salvadoreño le dice que vino buscando mejores condiciones de vida para el y para su familia y un cubano de hoy le dice lo mismo; pero defendiendo a la tiranía que lo exprime y manteniéndola con el regreso, muchas veces de falso carácter humanitario, a dejarle los dólares que deberían mover la economía estatal americana, ¿Quién puede, honestamente, establecer diferencias favorables a los cubanos de hoy que permitan mantener ese fraude legalmente?
Si usted leyó palabras en las que se produjeron cambios de consonantes por la “d”, es porque utilice el recurso de “la norma lingüística”, que se establece como elemento intermedio entre la lengua y el habla y permite comprender al cubano cuando nos diga: ‘ta’lla’tra”, “adcánzame la caja de tadco” o, tambien, “dame un poco de adcol”. Aprendido hace más de 40 años en la antigua Escuela de Letras y Artes de la Universidad de La Habana con la directora Vicentina Antuna Tobio en el púlpito docente y con el apoyo de la doctora Cira Soto Palenque.
Miami, FL., USA
07/18/2010
Muy bueno su comentario Andrés y no puedo añadir más que lo siguiente, después de lo que usted ha dicho no queda más que definirse, los cubanos habrémos nacido todos en Cuba, pero esa razón no nos hace iguales. Por cubano, todo el que llega a Estados Unidos tiene el mismo derecho de asilo, pero individualmente cada uno se asila por un motivo diferente, los hay que huyen de la tiranía y los hay que huyen del hambre y la falta de trabajo tal como los mexicanos ilegales que tenemos aquí. ¿Ley como la de Arizona? Pues si, porque el que no la debe no le teme. Le apoyo 100%.
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