lunes, 3 de mayo de 2010

JAN BREWER, GOBERNADORA DEL ESTADO DE ARIZONA


Honorable Sra. Jan Brewer, Gobernadora de Arizona:

Me dirijo a usted con todo respeto, utilizando mi derecho constitucional de expresar libremente mi criterio, en este caso, sobre la ley que usted ha firmado hace unos días, otorgándole poderes ilimitados a la policía, persiguiendo indiscriminadamente a toda persona que a juicio de las autoridades pueda ser un indocumentado, arrestarlos, humillarlos y deportarlos a sus países de origen, acciones estas que nos recuerda a la persecución de los judíos por los nazis.

Permítame recordarle que este país fue fundado a partir de la llegada de un grupo de peregrinos que huyendo de las persecuciones políticas y religiosas de sus países en Europa, optaron por aventurarse en el Mayflower y llegaron a nuestras costas, un lugar totalmente desconocido para ellos y habitado por nativos. Verdaderos dueños de estas tierras, quienes, en sentido hipotético, pudieron haberlos considerados como "indocumentados", perseguirlos, encadenarlos y devolverlos a sus países de origen. Si así hubiera sido, la historia de este país no habría sido la misma.

El resto de lo que realmente pasó en el país es bien conocido por usted y por los más de 300 millones de habitantes que actualmente lo habitamos, y que de paso le digo podemos considerarnos descendientes de aquel grupo original, que en definitiva trabajó muy duro, cultivaron la tierra y juntos con los nativos, los verdaderos dueños, escogieron un día para darle gracias a Dios por el éxito en la cosecha. Así que, decididamente, este país fue creado por "peregrinos indocumentados".

Dicho esto, también le digo que tenemos la obligación de cuidar nuestras fronteras. Es como decir que tenemos que cuidar nuestras casas, a donde no dejamos entrar a cualquiera. Pero, hay un hecho o llamémoslo una realidad con características históricas y geopolíticas que ha hecho que tengamos un país, Méjico, al sur de la frontera, cuyos gobernantes no han sido capaces de hacer por su pueblo lo que el otro país, el situado al norte, Canadá, ha logrado hacer por el suyo....y por ende, siendo el nuestro el más desarrollado del planeta y con más posibilidades de triunfar económicamente, pues solo con cruzar la frontera, los mejicanos, así como los centro americanos y de otros países, han tenido la oportunidad de poder cambiar sus vidas.

Señora gobernadora, ¡la tentación es muy grande! Como seres humanos que somos, y supuestamente cristianos, debemos tratarlos con respeto y consideración, pues son igualmente humanos y aspiran con igual fuerza que nosotros a triunfar en la vida.
Estoy de acuerdo, y así lo he señalado muchas veces, que la persecución, con toda su intensidad, debe ser dirigida hacia el delincuente, al criminal, al estúpido que roba y mata, que no ha sabido aprovechar las ventajas que este país puede ofrecerle.
Y distinguir al indocumentado cumplidor de las leyes, trabajador responsable, que paga sus impuestos que tiene una familia, inclusive con niños nacidos aquí, tan americanos como el que nace rubio y con ojos azules....

Estoy muy de acuerdo con los legisladores y las organizaciones humanitarias que quieren echar abajo esa ley. Todos debemos apoyarlos y aplaudir el nuevo esfuerzo por Crear, de una vez y por todas, la nueva ley de inmigración que regule de manera humana e inteligente a los que residen en el país ilegalmente, a la vez que nuestras fronteras sean reforzadas y se establezcan nuevas regulaciones para los que ingresen al país de manera ilegal. Este país tiene la obligación moral así como la capacidad para lograr implementar leyes justas y necesarias que regulen la situación de estos seres tan humanos como nosotros mismos.

Jorge J. Gastón
Miami, FL., USA
05/03/2010

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