domingo, 20 de marzo de 2011

PARA GANARLE A UNO DE ESOS UCRANIANOS PUEDE FALTARLE CUALQUIER COSA, PERO EL CORAZON NO


EN EL RING HAY QUE MORIRSE
Por Andrés Pascual

En los 40’s, ningún boxeador llenaba el Garden como Beau Jack, ni Joe Louis, ni WilliePep…nadie, absolutamente nadie, lo que se debía a las muestras de coraje en el ring que brindaba este gladiador. Jack cayó una noche contra Bob Montgomery y, mientras se ajustaba la rodilla destrozada, empujaba al referí a la vez que intentaba agredir a un contrario que, azorado, le pedía al tercero del ring que no le permitiera continuar. Este fue un caso, hay muchísimos otros en los anales de Fistiana.

En mayo del año pasado escribí una crónica sobre una lesión que se hizo Odlanier Solís en un menisco jugando baloncesto en Miami; la traté como preocupante para sus aspiraciones y nunca pensé que rebotaría como justificación en el tiempo. Después del problema, el cubano ha subido a boxear con más de 265 libras, quedando demostrado que la esquina del boxeador es pésima, porque, quien tiene algún problema en las rodillas, tiene que estar, como peso completo, en el orden de las 225-230.

No otro destacable, si no se tiene la pegada homicida que asuste ni a un flyweight, pues no se puede sacrificar la velocidad en pro de un poder de golpeo que nunca se alcanza con más libras. Con eso solo se logra un boxeador lento o, por lo menos, manejable por un contrario como Vitali Klitschko.

Cuando Odlanier Solís cayó en el primer round ante el temible ucraniano por una derecha con cierta efectividad en riposta, quizás el dolor en la rodilla fuera espantoso, quizás en el efecto de la caída se combinaron el golpe y la lesión, quizás…

Ahora, de lo que sí no tengo dudas, por las muestras de coraje que han dado muchos boxeadores cubanos, de la era castrista, incluso, como José Gómez, Bautista Hernández o Douglas Rodríguez, quienes, con lesiones tan o más graves que la de Solís, o en las manos o en las rodillas, no solo siguieron sin chistar, sino que ganaron bajo la metralla, es de que el peso completo que perdió en Alemania no quería seguir, porque ni intentos hizo.

Un bout por el campeonato mundial pesado representando a una comunidad que pretende borrar la infección castrocomunista en el deporte nacional, en el que, además, se llevaría un millón de dólares a casa, merecía más respeto que caer por un golpe poco efectivo y pedirle al referí que parara la pelea y, después, como si nada, lamentarse por “el mal momento”, que fue, sencillamente, falta de coraje.

Miami, FL., USA
03/20/2011

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