viernes, 5 de noviembre de 2010

FRED RUSSELL, SADAHARU OH Y SPARKY ANDERSON EN 1981


FALLECIO UN TIPO BUENO QUE LOGRO GANAR JUEGOS
Por Andrés Pascual

Tal vez George Lee “Sparky” Anderson sea la negación de la máxima que, con el objetivo de proteger su conducta, quedó como la marca registrada de Leo “Lipidia” Durocher: “los managers buena gente no ganan campeonatos…”

Anderson era del grupo considerable en el rango de excelente como persona y, si cabe la posibilidad de verlo así, genio de la dirección en el juego: primer director en ganar por lo menos una vez en ambos circuitos (Cincinnatti 1975-76 y Detroit 1984); el sexto con mas victorias en todos los tiempos con 2194 y miembro de Cooperstown clase del 2000.

Alguna vez leí que tuvo suerte de dirigir a la Gran Maquinaria Roja y eso puede ser verdad, porque el propio Sparky declaró en el 2006 que: “he tenido tanta suerte que me abochorno”

Sin embargo, habría que añadir también que el Cincinnatti se pudo considerar un club afortunado de tener a este hombre al timón, porque una constelación de 10 estrellas es más difícil de dirigir que un buen equipo y todo el mundo no es el medio sicolólogo necesario para alimentar igual sus egos personales de tal forma que se les haga trabajar en equipo, para el equipo y contentos

Jugó solo un año en Grandes Ligas, 1959, en la segunda base de los Filis de Filadelfia, lo habían firmado los Dodgers de Brooklin de quienes, por la vía de un narrador de Ligas Menores de la Organización, recibió el apodo de “Sparky” por su tendencia a discutirlo todo y a cualquier hora con los árbitros, de esa situación originada en su temperamento, dijo: “Estuve más tiempo protestando por cualquier cosa que embasado” El año que jugó con Filadelfia bateó .218.

Al gran timonel del Cinci y del Detroit le apodaban “Capitán Gancho”, porque estableció como norma personal en el manejo del pitcheo de los clubes que dirigió la sustitución rápida de un monticulista; algo tan rutinario hoy como infectivo la mayoría de las veces.

Dirigió en la liga invernal de Venezuela al Magallanes y en Puerto Rico al San Juan, adonde llegó contratado por el entonces gerente nacional de los capitalinos Gonzalo López Silvero. Con el narrador y periodista cubano mantuvo excelentes relaciones de amistad a través de los años.

Una vez dijo: “Tuve buenas relaciones con los jugadores, no los molestaba y les permití jugar pelota y hacer dinero”.

De los grandes estrategas del juego, se mantuvo dirigiendo en las Mayores 26 anos, detrás de Connie Mack, de los Elefantes Blancos y de John McGraw, de los Gigantes de Nueva York y del primer Baltimore.

Anderson nació el 22 de febrero de 1934 y falleció ayer día 4 del mes en curso en un asilo aquejado de demencia. Tenía 76 años.

Miami, FL., USA
11/05/2010

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