viernes, 5 de noviembre de 2010

RUBIO Y RIVERA, DOS CUBANO-AMERICANOS ORGULLOS DEL EXILIO


Noticias sobre las elecciones del 2 de noviembre de 2010 en EE.UU.
Recopilación de María Argelia Vizcaíno

La hora de los conservadores y moderados.

Rivera se suma a la delegación del exilio cubano en Washington

Publica muy objetivamente Antonio María Delgado para El Nuevo Herald bajo un título similar que después de una agresiva contienda electoral, el republicano David Rivera ganó la noche del martes 2 de noviembre de 2010, las elecciones del Distrito 25 de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, tras derrotar en las urnas a su rival, el demócrata Joe García, que — agregamos nosotros — de nada le sirvió sus sucias estrategias.

“Esta noche ganó el pueblo. Ganaron aquellos votantes que querían cambios positivos, cambios reales, basados en temas de la economía”, dijo Rivera, quien se desempeñó por ocho años como representante republicano de la Legislatura estatal de Florida, con mucha más experiencia que Joe García en temas que afectan a la comunidad y mayor credibilidad por mostrar pruebas de su trayectoria.

García aceptó su derrota después de que se enteró que Rivera lo estaba venciendo por un 52 por ciento de los votos y una ventaja de 10 puntos, que llegó a ser de más 15 puntos, mucho mayor que cuando Joe García se enfrentó hace dos años, en el mismo distrito contra Mario Díaz-Balart (la coletilla es nuestra).

De esta manera, Rivera se convierte en el nuevo representante para el Congreso por el distrito que abarca los condados de Miami-Dade y Collier.

Agrega el artículo en el diario que desde un inicio, Rivera, de 45 años, centró sus esperanzas de ganar la contienda por sus credenciales conservadoras, con un historial político que muestra una posición de línea dura contra la tiranía de los Castro y una reputación de ser un político enérgico, y ampliamos nosotros que está en contra de los impuestos, que tanto les gusta recurrir a los políticos liberales.

“Llevo 20 años en la vida pública trabajando por los intereses de la comunidad que represento”, declaraba Rivera consecuentemente, demostrando su diferencia con su oponente sin un historial ni parecido.

Muchos de los simpatizantes de García fueron abiertos colaboradores del gobierno dictatorial de Cuba, y cuando supieron que tenía grandes posibilidades de que perdiera hasta solicitaron a la Comisión Federal de Elecciones (FEC) que investigara a Rivera, acusándole de “coordinar’’ ataques contra García por medio de un comité político y presentaron una demanda a mediados de octubre para sacar a Rivera de la boleta electoral, acusándole de llenar formularios de información financiera personal de manera engañosa como legislador estatal.

La demanda, que fue desestimada posteriormente, alegaba que Rivera declaró en los formularios que trabajaba como asesor para la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), aún cuando ese organismo no tiene documento alguno que muestre que haya contratado en algún momento a Rivera o a su compañía, lo que no existía ninguna prueba.

Rivera dijo que se trataba de un plan para hacerlo impopular con el electorado y acusó, sin dar nombres, a los temerosos demócratas, que al no poder dar pruebas de la experiencia de su candidato se la pasaban criticando a Rivera infructuosamente, como si el electorado fuera tonto o desinformado.

Para Rivera fue más fácil mostrar la clara relación de García, un ex funcionario de la administración del presidente Barack Obama, con la frecuentemente criticada presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tan impopular e inepta como de la extrema izquierda, y el endorso de los aliados castristas.

Finalmente el electorado habló con su voto, y nuevamente le demostraron a Joe García que no es aceptado como representante de ese distrito y mucho menos de los exiliados cubanos.

Condado Palm Beach fue parte clave en la elección del nuevo gobernador de la Florida

En lo que parece ser una tradición que tiene lugar una vez cada 10 años, el Condado Palm Beach —tan lleno de demócratas— se ha convertido en pieza clave para determinar las elecciones.

Reporta la agencia AP que el condado terminó de contar sus boletas en algún momento de las primeras horas del miércoles, y las cifras siempre favorecían ampliamente al republicano Rick Scott, candidato para ocupar el cargo de gobernador del estado.

Luego que los 789 colegios electorales reportaron sus conteos de votos, Palm Beach informó que la demócrata Alex Sink había obtenido 216,438 votos, 12,687 más que los totales que reportó el portal de la División de Elecciones de la Florida, que le había otorgado a Scott una ventaja de 72,000 votos.

Se trata de una cifra suficiente para hacer más estrecho el margen, hasta llegar a 59,320, pero no lo suficiente para ganar.

Y, aunque los votos de ausentes son una importante discrepancia en las elecciones, no resultan suficientes para que se solicite un segundo recuento de los votos. El número se estima en unos 27,000.

Al cierre de esta edición reportaba la agencia de noticias que la campaña de Sink todavía estaba interesada en esperar por los resultados de las 32,000 personas que votaron de forma adelantada en el Condado Hillsborough, el condado donde vive Sink. Pero nadie tomó en cuenta los votos de las Fuerzas Armadas, que casi en su totalidad siempre votan con el partido Republicano.

Marco Rubio consolida la fortaleza política de los exiliados cubanos en EE.UU.

La elección como senador federal de Marco Rubio, el político hispano y republicano que ha tenido la carrera más descollante en Estados Unidos, solidifica la presencia de los exiliados cubanos en la política estadounidense.

El candidato de 39 años, apadrinado por Jeb Bush, quien fue un prestigioso gobernador de la Florida, logró retener para los republicanos uno de los dos escaños de senadores federales por Florida, que ya estaba en su poder. El otro pertenece a los demócratas.

Los cubanos ocupan ya dos asientos en el Senado y tienen cuatro representantes federales en Washington.

Marco Rubio superó por una amplia ventaja al independiente Charlie Crist. En la tercera posición se ubica el demócrata Kendrick Meek.

“Voy al Senado con los ojos bien abiertos, un lugar donde todos suelen cambiar. Recen por mí para que no cambie y represente siempre a todos, incluyendo a todos los que no votaron por mí”, dijo tras alzarse ganador.

Rubio, antiguo líder de la Cámara de Representantes de Florida, sustituye a Mel Martínez, un abogado nacido en Cuba que llegó a Estados Unidos a inicio de los años 1960, fue alcalde de la ciudad de Orlando y secretario de Vivienda de la Administración de George W. Bush. Después de ser electo senador por Florida el año 2004, Martínez ocupó la Presidencia del partido republicano durante 11 meses, dejando la presidencia del partido y el Senado.

Rubio, nacido en 1971, en Miami, hijo de exiliados cubanos, quienes fueron muy humildes. En su paso por la legislatura estatal no ha cosechado un fracaso. Todo han sido éxitos políticos, que hasta sus contrarios han tenido que reconocer.

“La elección de Marco es muy importante para Estados Unidos. Es un joven competente, entrenado en el arte de la política, que entiende muy bien la realidad del país en conjunto”, dijo el vicedirector del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami, Andy Gómez.

Según el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani declaró que “Aunque esto pueda parecer muy prematuro para algunos, creo que si Marco Rubio gana un sillón en el Senado en noviembre, debe comenzar de inmediato a pensar en postularse a la presidencia, posiblemente ya en el 2012”, comentó Giuliani.

El martes, tras la confirmación de que Rubio aseguró su escaño, sus seguidores comenzaron a hacer campaña para sentarle en el sillón presidencial.-

María Argelia Vizcaíno
Consultora Independiente
www.mariaargeliavizcaino.com
mariaargelia@hotmail.com

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