viernes, 17 de septiembre de 2010

EL PAPA BENEDICTO XVI VISITA GRAN BRETAÑA


EL PAPA BENEDICTO XVI ADMITE ERRORES EN CASOS DE ABUSOS SEXUALES
Por NICOLE WINFIELD
AP / EDIMBURGO, Escocia

El papa Benedicto XVI inició el jueves una controversial visita a Gran Bretaña, donde admitió que la Iglesia Católica no había actuado de manera decisiva ni expedita para lidiar con el abuso sexual de menores por parte de sacerdotes, y agregó que ahora la prioridad consiste en ayudar a las víctimas.

El comentario del pontífice a los reporteros que lo acompañaron desde Roma fue la admisión más clara hasta ahora de las fallas de la Iglesia en el manejo de los abusos. La cuestión se ha reavivado con las recientes revelaciones en Bélgica sobre cientos de nuevas víctimas, de las cuales por lo menos 13 se suicidaron.

La visita de cuatro días del pontífice católico se ha visto empañada por la indignación causada por los abusos y la indiferencia general en este país mayormente secular, en que los católicos son una minoría del 10 por ciento que durante siglos ha padecido persecuciones.

Muchos en gran Bretaña se oponen a la posición papal contra la homosexualidad, el aborto y el uso de condones para prevenir la difusión del sida. Algunos grupos planearon protestas.

De todos modos, 125,000 personas en Edimburgo le dieron una calurosa bienvenida al paso del papamóvil por las calles de la ciudad escocesa. Los vivas al pontífice a su paso por la Calle Princes se oían desde una distancia de milla y media y los feligreses hacían ondear la bandera blanquiamarilla del Vaticano.

"Traje a mi hijita Laura a ver al Papa'', dijo James Hegarty, un residente de Edimburgo, desempleado. "Sólo tiene cuatro años, pero es una oportunidad única en la vida''.

Más tarde, decenas de miles aplaudieron la llegada de Benedicto para celebrar la misa vespertina en el Parque Bellahouston en Glasgow. En un momento bajó la ventanilla del vehículo para besar a una bebé vestida de rosa.

La primera reunión de Benedicto XVI el jueves fue con la reina Isabel II, tanto jefa de Estado como titular de la Iglesia de Inglaterra, en el Palacio de Holyroodhouse, en la ciudad escocesa de Edimburgo.

Benedicto recibió una cálida bienvenida de la reina, que vistió un tapado, sombrero de color claro y guantes, mientras una banda de gaiteros entonaba sones tradicionales y millares de personas presenciaban el encuentro.

La reina le dijo al Papa que su visita recordaba a todos los británicos su herencia cristiana común y agregó que profundizaría las relaciones entre ambas denominaciones religiosas.

También elogió la "contribución especial'' de la Iglesia Católica para ayudar a los más pobres y vulnerables en el mundo.

"Sabemos por experiencia que por medio del compromiso al diálogo pueden trascenderse las viejas suspicacias y estimularse una mayor confianza mutua'', agregó la monarca. "Sostenemos que la libertad de culto está en la esencia de nuestra sociedad tolerante y democrática''.

El Papa también reafirmó la tradición cristiana compartida por católicos y anglicanos y dijo que deseaba tender "una mano de amistad'' al pueblo británico.

Agregó que el "respeto por la verdad y justicia, la compasión y la caridad'' de los antepasados de la Reina "proceden de una fe que sigue siendo una fuerza poderosa del bien en vuestro reino''.

Benedicto aludió a sus propias raíces alemanas al recordar cómo Gran Bretaña combatió la "tiranía nazi'' durante la II Guerra Mundial, "que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra humanidad común a muchos, especialmente a los judíos''.

La prensa británica ha sido particularmente hostil hacia la visita papal e hizo hincapié en su costo de 12 millones de libras ($19 millones) para el erario, en momentos de medidas de austeridad y pérdida de empleos.

En sus comentarios a la prensa durante el viaje, Benedicto se manifestó asombrado y dolorido por la magnitud del abuso sexual, en parte porque los sacerdotes juran fidelidad a Cristo durante su ordenación.

"Es difícil comprender cómo un hombre que ha dicho esto puede caer después en la perversión'', dijo el Papa en italiano. "También es triste que la autoridad de la Iglesia no haya sido suficientemente vigilante, ni rápida ni decisiva para tomar las medidas necesarias''.

Agregó que la atención de las víctimas debía ser la principal prioridad e insistió en que nunca debe permitirse a los sacerdotes abusivos el acceso a los menores.

La visita de Benedicto es de Estado, porque fue invitado por la monarca. La anterior visita papal a Gran Bretaña había sido de Juan Pablo II en 1982.

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