INSUBORDINACION EN EL FRENTE DE BATALLA
Por Andrés Pascual
A través de la historia de Estados Unidos los enfrentamientos entre generales a cargo de tropas en eventos bélicos no han sido abundantes; pero si sonados: durante la guerra de Corea, el Cdte. en J’ del Comando Supremo de las fuerzas de Naciones Unidas, famoso por una respuesta oral (I’ll be back) ante una retirada en el Pacífico, Douglas McArthur, fue sustituido por diferencias irreconciliables con el presidente Harry Truman por la forma de manejar el conflicto. Algunos han dicho que el General McArthur era partidario de usar el arma atómica y de no parar hasta que terminara la gasolina.
Entre Norman Schwarzkopf y George Bush Sr. ocurrieron también diferencias en cuanto a formas tácticas complejas que condujeron al reemplazo del General durante la primera Guerra del Golfo.
El General de 4 estrellas a cargo del Comando Aliado en Afganistán, Stanley McChristal, tiene su trabajo en el pico de la piragua, porque llegó más lejos que sus antecesores en “guerra contra el mando civil”: este alto militar, sugerentemente pundonoroso que hace valer los principios de obligado cumplimiento aprendidos en la Academia, explotó su frustración sobre la manera como ven el conflicto los civiles de la Casa Blanca, con Obama en primera fila; a través de unas declaraciones a la revista de entretenimiento Rolling Stone… ¿Mal hecho? Claro, asuntos tan delicados no proceden al lavado de trapos sucios en pleno parque municipal; sin embargo, de la forma como cada día el presidente de Estados Unidos contribuye a que se le desconozca la capacidad de liderazgo y al irrespeto por su persona por poca fiabilidad; pues, si no era este militar, alguien sería el que pondría en tela de juicio el objetivo que realmente se busca en Afganistán por esta administración que, de paso, colocaría al primer mandatario en plan de “come tusas” en asuntos de los que, como todo lo que tiene que dirigir, ni ideas tiene.
Según el general y citado por Robert Gibbs, “Obama le entregó una posición indefendible”.
Particularmente peligrosa la acusación de McChrystal acerca de que fue traicionado por Kart Eikenberry; según el militar, dedicado a circular dudas sobre la capacidad y lealtad del presidente Karzai.
El General dio a entender que estos elementos solo protegen su puesto para, si los contratiempos acaso creados por ellos mismos a los militares como traspiés voluntarios fructifican en una derrota, quedar en posesión del recurso bajo, canalla, vil y traidor de “se los dije”.
Tal vez este duelo, que concluirá con una bala por la espalda al eminente militar, sea el principio del destape de cosas más interesantes y serias que conduzcan a algunos en la Casa Blanca a despidos, a juicios por “alta traición”; o, por qué no, hasta un “impeachment”. El tiempo dirá.
Miami, FL., USA
06/22/2010
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