miércoles, 27 de enero de 2010


DOS CAUSAS Y UN CASO “LOS MISERABLES”
Por: José L. Martel

Las Causas de Generales #1- Arnaldo Ochoa fusilado y #2- José Abrantes Fernández, famosas y secretas desde sus orígenes y argumentos. Uno fusilado después de varios días juicio y el otro de igual manera pero condenado a 20 años de prisión (más tarde fallecido en su celda bajo causas dudosas). Los delitos atribuidos: Altos niveles de corrupción, narcotráfico desenfrenado, desviación y comercialización de divisas, malversación, ocultamiento de información a los más altos niveles del gobierno y del partido, deslealtad absoluta a Fidel y Raúl y traición a la revolución, a la patria y a su heroico pueblo. Estas fueron las causas que declaró la “justicia revolucionaria” contra estos implicados.

El procesamiento del Caso Ochoa transmitido por la televisión a todo el pueblo cubano y me imagino al exterior con profunda repercusión dentro de las esferas del ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), ministerio de Defensa cubano y el ministerio del Interior. Durante todo el proceso de investigación y sesiones del juicio se arrestaron cientos y cientos de oficiales y miembros de ambos cuerpos armados del país. El Caso Abrantes traición a la revolución y delito de narcotráfico. Un ministro del Interior corrupto y otro que traiciona los nombres de Fidel y Raúl, los monarcas del régimen. Es bueno señalar que Abrantes ocupó cargos importantes dentro de este proceso: Jefe escolta y ayudante personal de Fidel, viceministro Primero hasta ocupar la primera jerarquía de la seguridad del país. Ambos generales cayeron en eterna desgracia.

La Causa #2 resultó “muy cacareada” y se conoció como Los Miserables y como la Causa #1 estremeció los cimientos del ministerio del Interior. Salió a la luz pública un mundo de corrupción y degradación jamás imaginado mezclado con hechos delictivos de toda naturaleza, utilización indebidamente de los recursos estatales, tráfico de prostitutas hacia la República de Angola. En la primera fusilados un general, un coronel, un mayor, un capitán y condenados a largas penas de cárcel varios complicados y en la dos, un ministro y un gran número de altos oficiales de los ministerios del Interior y las FAR. Se incautaron un sinnúmero de recursos y bienes vinculados a esas actividades ilícitas y delictivas puestas bajo estricta vigilancia, todas bajo la autoridad y absoluto control de Fidel.

Los recursos incautados se contabilizaron unas 150 residencias a lo largo y ancho del país, la mayoría en La Habana y Varadero; mas de 40 embarcaciones de todo tipo, desde impresionantes yates hasta modernas y costosas lanchas rápidas; colecciones de todo tipo de armas incluyendo dos fusiles de caza marca Holland & Holland calculados en $50,000 dólares cada uno; más de 170 relojes Rolex de diferentes modelos; 87 autos nuevos, 18 motocicletas de marcas reconocidas, 200 cuadros de célebres pintores, vajillas y juegos de cubiertos de plata (sin cuantificar); colmillos de elefantes (sin cuantificar), un fusil AK de oro macizo; dos refrigeradores con doble puertas ocultando $500.0 mil dólares cada uno, incontables cajas de bebidas de marcas reconocidas, 50 kilogramos de cocaína pura, equipos electrónicos de tecnología avanzada y 200 pares de zapatos italianos, nuevos. Se informó que este suculento negocio se organizó en la casa situada en Avenida 7ma. y calle 26, Miramar en La Habana (antigua residencia de Héctor “Güiro” Carbonell) quien fuese alto oficial del ministerio del Interior.

Más tarde se celebró una reunión y exposición privada de forma exclusiva para la alta nomenclatura oficialista y altos generales. A esa demostración se le nombró El Museo de la Corrupción y su objetivo una demostración educativa y a la vez preventiva bajo la consigna de “la revolución jamás permitirá actos de corrupción y malversación a ningún nivel de dirección”. Y el orador principal concluyó su alegato diciendo, “la revolución será implacable con los culpables de cualquier acto que vaya contra los principios sagrados de la revolución”. Y como se dijo al principio todos estos recursos incautados fueron debidamente empaquetados, embalados y enviados a una inmensa nave almacén del ministerio del Interior en la calle Castillejo que colinda con el Hospital de Emergencias de la Ave. Carlos III. Y recalco que su único dueño y señor, el compañero Fidel.

Pero el asunto picó y se extendió cuando unos 3 meses más tarde un familiar de uno esos sancionados en la causas # 1 y 2 identificó una motocicleta circulando por las calles muy parecida a la requisiada a su familiar. De acuerdo a investigaciones se comprobó que su nuevo propietario era el hijo del coronel jefe de los servicios médicos del MININT. Ya con otras denuncias de robos “no autorizados” por el comandante en jefe, Fidel colérico encargó una supervisión directa con la sorpresa que encontraron esas cajas cuidadosamente empaquetadas habían sido vaciadas en su totalidad.

Una gravísima burla cruel a la autoridad del máximo dentro de su circulo de confianza. El primer responsable, el capitán Delgado ( jefe del almacén) quien declaró todos esos despachos estuvieron autorizados por tarjetas de presentación de Fidel Castro y al dorso una nota breve: Orden de entregar al portador – este artículo u objeto, firmado con la rúbrica falsificada del comandante dando por consiguiente un escándalo monumental, insultos a Raúl y otros allegados, pero todo se tapó. Fidel acusó de nuevo a la alta dirigencia partidista y de sus respectivos organismos de la defensa y la seguridad. Y una vez más vocifero de abrir otra causa, la #3.

Pero aquellos se quedo en nada. Hasta sus familias estaban involucradas y manchadas con ese bochornoso robo considerado una malversación millonaria que la última decisión resultó un silencio sepulcral y que lo importante era encarar la crisis que se tenía ya a las puertas. El desplome del bloque socialista con la desaparición de la madrina mayor, la URSS y comenzar a crear las bases para implantar los periodos de racionamiento y resistencia nacional. Y de ese modo todo quedo en casa como un secreto de estado y otro caso cerrado de la corrupción de los Castro y sociedad anónima. Aquí e Miami le decimos “un caso cerrado”

Miami, Florida, USA.
joselmartel@hotmail.com

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