domingo, 3 de abril de 2011

COLLERA VENTO, ESE TIPO DE PILTRAFA HUMANA QUE LA TIRANA MASTICA Y SE LO ECHA A LOS PERROS


ALBAÑILES TRAIDORES EN LA CONSTRUCCION DEL UNIVERSO DE LA LOGIA CUBANA
Por Andrés Pascual

La masonería cubana siempre fue una institución de respeto; en mi caso, mi abuelo paterno lo fue de corazón, con esa pasión que les hace sentir el compromiso con la más absoluta entrega y el mayor y más efectivo amor. Sin embargo, mi padre lo fue nadie sabe por qué y la abandonó antes de cumplir 25; un tío político paterno, ya fallecido, en el colmo de la aberración, la desfachatez y la falta de respeto, se introdujo en la Institución para “caerle bien a mi abuelo” y no ser rechazado por mi tía, que era su objetivo; tanto es así que, mientras velaban el cadáver del patriarca de mi familia en la ceremonia ritual, en el pueblo de San Cristóbal en 1948, ya elucubraba “pasar a dormir”, según la masonería, menos de un año después. Este tipo de oportunistas también se les ha escapado al riguroso filtro de admisión, peor aún, hasta traidores y enemigos han cruzado la calle y, por lo que se ha comprobado históricamente, son muy difíciles de identificar, lo que hace a la logia indefensa ante casos como estos.

Sin embargo, en la familia de mi esposa, los masones lo han sido con todo el respeto y la responsabilidad que merece abrazarse a la grandiosa Casa, desde su abuelo paterno, su padre y el menor de sus tíos. Aquí no hay alternativas, o lo tomas y vas como es; o lo dejas y ni de juego…

Lo que el tirano entendió rápido fue que en el país existía un bastión difícil para su gestión vandálica y criminal, en la cual le iba a resultar imposible ganar adeptos, por lo que no podría apoderarse del control de la logia ni del hálito masónico nacional, por lo menos, con la voluntad de los miembros o hermanos, e intentarlo por la fuerza nunca ha sido aconsejable.

Castro apostó a la necesidad de la Logia masónica, como cualquier otra institución, de renovarse, porque, a fin de cuentas, el tiempo no perdona. Entonces jugó con la carta de la penetración, unas veces por el resentimiento inconforme de algunos “viejos masones”, por la envidia y las bajas pasiones y, posiblemente, como ha hecho con la iglesia, hasta con el chantaje por quién sabe qué.

En estos días a José Manuel Collera Vento, ex Gran Maestro de la Logia Masónica Cubana, que recibió una placa en Miami alguna vez como muestra del trabajo por la causa fraternal que traicionaba; que fue expulsado de la Solano Ramos de Pinar del Río (a la que pretendió imponerle la DSE la readmisión del tipo como revancha ante una medida política), porque quiso dividir la institución en el mejor estilo castro-reformista, tal vez con pretensiones de convertirse en el José Miguel de Céspedes de la masonería, lo condecoraron por su actividad anti-cubana como infiltrado por el G-2, incluso por sus delaciones contra miembros de los derechos humanos.

¿Por qué descubrió la tiranía a su supuesto agente? Porque no sienten el menor respeto por el tipejo y porque le dará pie al comentario de “la logia está llena de chivatos e infiltrados”, lo que no es verdad, pero les será muy útil para que, quien pretendía iniciarse, a la luz de los comentarios y con una supuesta alta figura como referencia, lo piense dos veces y no lo haga.

Esa fue la mejor forma que encontraron esos anti-cubanos y traidores para intentar acabar con la casa de Martí: minando, desgastando, impidiendo por imposición cautelosa personal o auto-censura, el ingreso de los pinos nuevos. Definitivamente, el miedo lo tienen la dictadura y los suyos, comenzando por Collera Vento.

Miami, FL., USA
04/03/2011

1 comentario: