viernes, 4 de marzo de 2011

ANTES DE HABLAR HAY QUE ESTUDIAR: ALEXIA ECHEVARRIA "METIO LA PATA" HASTA LA RODILLA


DOS FORMAS DE “INSULTAR LA INTELIGENCIA” DEL CUBANO
Por Andrés Pascual

Alexia Echevarría es una de las “amas de casa” seleccionadas para hacer el “reality show” del canal que, alguna vez, discordó con la diarrea comercial del resto, porque le abría espacios a “pinceladas” de la cultura universal de vez en cuando: Bravo Network.

Ama de casa, “a lo cubano”, eran mis abuelas, que se dedicaban a los quehaceres domésticos: cocinar, atender hijos y nietos, lavar, conocerlo todo en el hogar como una editora de revista conoce su función en la oficina.

A lo mejor por aquí no es igual el significado, porque, Alexia, posiblemente, no haya enjuagado ni un tenedor nunca, basta mirarle las manos…

El problema es que esta señorona, la Echevarria, porque edita la pésima revista “social” Venue, tan frívola y frágil en intención como ha de ser la propia inteligencia que tiene, hizo unas declaraciones, como le gusta decir a la prensa después que soltaron la bomba, “desafortunadas”, con respecto a los residentes en la tercera ciudad con más cubanos después de La Habana y Santiago de Cuba, Hialeah.

Tal vez ella quería decir algo en contra del crecimiento de cubanos de última hora: los balseros, ilegales documentados que, viéndolo bien, muchos son repudiables como compatriotas y rechazables como ciudadanos; sin embargo, el yerro fue mayúsculo, porque afectó a medio mundo, balseros o no, que ni son delincuentes, ni vagos, ni infiltrados, además de a las otras nacionalidades decentes y trabajadoras que componen la acuarela de la ciudad.

Dicen que Newsweek consideró de modo crítico a la ciudad de Hialeah por ser una de las de más altas tasas de ejecución hipotecaria, sin embargo, lo que no dice es que, para ejecutar, hay que ser propietario y, a fin de cuentas, quien creó la burbuja y todo ese robo en espiral, no fueron los residentes de la ciudad. Peor que todo, no tener en cuenta los conceptos clase trabajadora, humildad y decencia por ese magazine que, como Times, no propone, sino que pretende imponer sin misericordia.

Hialeah es una ciudad americana (sí, americana, ni Marianao ni La Lisa) como otra cualquiera del sur de la Florida, con pros y con contras de acuerdo a los tiempos: ya no hay factorías, porque los “tipos bien”, como el esposo de la “real housewife de mentiras” y muchos otros de la “cámara de comercio”, no las traen de vuelta, desde los lugares a donde se las llevaron, para proteger sus rentas abultadas con el bajo costo de la mano de obra fuera de este país; en Hialeah, el flagelo de los negros es el de todo Miami: el 95 % del crimen tiene ese color, lo mismo entre ellos, que contra otras razas; pululan las agencias de viajes a Cuba, las botánicas de santería, “el vestido blanco del “santo” del culto satánico africano, encubierto en el nombre “babalú ayé” a San Lázaro…

Vuelvo a repetir algo, posiblemente, Alexia Echevarría quiso referirse a la nueva oleada de invasores desde Cuba con intención económica, a los que ampara el designio fatal del Ajuste Cubano, acápite pro castrista que, sospechosamente, permanece “viva y en juego” cuando flexibilizan las políticas de ayuda a la tiranía con los viajes, las remesas y los intercambios.

Porque todo el cubano de la Isla no es delincuente ni vago ni chivato; que tampoco son así todos los que llegan desde 1994 en balsas o por donde sea, ni todos son de la “contrainteligencia”, es que la editora de Venue debió hacer un esfuerzo mejor por entender el significado de “clase baja”, porque, dicho así, es una ofensa a la nacionalidad a la que, posiblemente, deba agradecerle más que a los propios Estados Unidos.

En noticia reciente, el Nuevo Herald volvió a ofender al exilio cubano y a la porción de pueblo que queda en Cuba, de conducta anticastrista, al desplegar, en primera y con fotografía: “E.U alaba la eficacia de Cuba en la lucha contra las drogas”.

Vistos desde ángulos diferentes, han sido dos agresiones contra lo cubano: la primera, por parte de alguien tan bruta que, posiblemente y después de pedir disculpas, todavía no sea capaz de entender lo que significan las estaturas en “las clases” sociales; la segunda, no, esa es otra proposición abierta de esta administración a la tiranía, a fin de que reconozcan, los de allá y los de aquí, que lo que interesa no es, precisamente, lo políticamente correcto como lo entienden los luchadores por la libertad de Cuba.

Miami, FL., USA
03/04/2011

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