martes, 13 de julio de 2010

EL REGRESO DE LA MOMIA, FILM DE HORROR


¡TAPENLE LA BOCA A ESE PERICO…!
Por Andrés Pascual

Parece mentira; pero desde que Tata Güines y sus Tataguinitos estrenaron su numero, casualmente con el mismo título que encabeza este artículo, identificativo del, en 1970, recién estrenado conjunto del “tumbador insigne” para contribuir al entusiasmo revolucionario desbordado hecho baile, cerveza mala y delincuencia en la Piragua del Malecón, ante la noticia que se había dado por el propio tirano a principios de noviembre del año anterior en el acto efectuado en el teatro Blanquita como apertura oficial del mayor fracaso de la época, la zafra de los 10 millones, de que “las Pascuas las celebraremos en julio, el 26, que serán más significativas para la moral combativa del pueblo”, de allá a acá han pasado 40 años y la gente ni le oye ni le cree, ni a Castro ni a nadie de la gerontocracia poderosa y criminal, porque el tiempo de “creer” en el futuro hace rato que se desvaneció entre milicias, presos, periodos especiales, balsas y diario inevitable de escaseces que ya no se la pueden adjudicar a alguien mas que a la subsistencia del castrocomunismo en el torrente sanguíneo de lo que fue la República de Cuba ayer, hoy un putrefacto y maloliente cadáver que infecta y ofende toda la región caribeña por su existencia: Cuba es un ejemplo de cómo se puede suicidar un pueblo de la forma mas indigna posible.

Sin embargo, Castro nunca dejó de hablar, ni de hacerse visible siempre; porque su verborrea degenerada, mentirosa y encendedora de bajas pasiones endrogaba como un halón pasajero de un opio extraño y más peligroso que el alucinante original.

Esa manera de imponerse a cualquiera a través de lo que escriba, hable o componga una figura degenerada esta debidamente estudiada y se aplica a músicos y escritores y se llama “binomio”, que no es más que la forma de hacer coincidir en una persona dos tendencias ante un fenómeno o evento y escoger lo peor porque, como se dice, “arte y política no se pueden mezclar” y Castro ha trabajado con un equipo político que le ha trazado una línea de comportamiento de estrella de burlesco trágica. Por tal razón, en Cuba hasta personas que no eran castristas caían embrujados por el discurso impuesto a través de horas interminables de perorata y, cuando alguien les cuestionaba, podían responderle: “si pero el tipo es un genio…”; o, “¡Qué clase de inteligentsia, si le hubiera dado por lo bueno…” y le seguían oyendo. Esta manipulación grosera de la conciencia del individuo ha sido utilizada con igual éxito en los últimos dos años por los asesores especiales de imagen del partido demócrata con Barack Obama: en radio y televisión siempre, hablando siempre aunque lo que diga sea basura.

Cuando la población cubana creía que se había desprendido del asqueroso lastre de la presencia de Castro y de sus inútiles discursos, regresa como amenaza: la mesa redonda, otro recurso castrocomunista de la fracasada “batalla de ideas”, rechazada por el 70 % de los cubanos por lo agresivo de sus mentiras, de las ofensas sin ton ni son y porque “roba” tiempo para las telenovelas por lo extensa; además de que “sus presentadores” son los individuos más pesa’os posibles en la historia de este tipo de show, “hígados descompuestos el Alonso y el Taladrad”, nadie más ni nadie menos que el propio dictador como conclusión a un periodo difícil que lleva como colofón aquello de “el que no quiere caldo, tres tazas” ¡Alaba’o, en que lío se han metí’o…” El tipo quiere hablar, no puede quedarse callado ante los acontecimientos que ya no puede identificar con claridad y los nuevos administradores a cargo lo necesitan ahí.

Castro lleva varios días reclamando “su guerra atómica” a través de las Reflexiones y ni el periódico ni el pueblo se toman en serio este asunto; es decir no es noticia; pero es el dueño del periódico, de la televisión y de Alí Baba y de la cueva con el botín y tal vez no quiera seguir pidiendo el espacio que nadie le diera de buena forma y se “paró en 5 ½”…

La importancia para Castro de manejar el argumento del sainete del Medio Oriente en la Mesa Redonda es porque nadie le brinda importancia en asuntos de trascendencia, por tanto, eso si lo agrava, porque su subsistencia es a base de imagen diaria en asuntos de noticias comprometidas: fuera de su hábitat protagónico, no tiene sentido su vida.

Sin embargo, el dictador enfrenta un problema histórico y conceptual con el pueblo cubano a pesar del binomio para el que, mayoritariamente, prevalece el criterio de “Estados Unidos barre a Irán cuando quiera y sin que un misil despegue allá” Sin saberlo, sea verdad o no, así piensa el cubano sobre la capacidad militar de este país, por lo que Castro no va a preocupar a nadie por mucho que Alonso, Taladrid o Raúl quieran; porque también será alrededor de las 7 de la noche y Castro y los plumiferos se iran a comer “un purecito de malanga con un filetico molido adentro” el viejo apestoso y un par de steaks de riñonada sin hueso los dos mercaderes de la mentira infame. Mientras, cientos de miles que no saben que le van a poner a la mesa a sus hijos porque no tienen, de tal forma es difícil el problema con estos “desclasados” que, por regla general y en medio de la mayor frustración, piden una “bomba atómica” que barra con todo allá como solución extraña y resignada de perdedor rebelde a su terrible situación.

A la Mesa Redonda podrán llevar a Castro hoy, mañana, pasado mañana…ahora, lo que tienen que saber en los laboratorios de la “inteligencia” que preparan este circo es que Castro, ni en esa mesa ni en ninguna como no sea la fría de medicina legal con el forense abriéndolo como el cochino que es, genera noticias; en su caso, “el perro volvió a morder al hombre y no al revés”, venga con lo que venga como tema de perorata.

Miami, FL., USA
07/13/2010

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