martes, 23 de febrero de 2010


ROBERTO ORTIZ, UN IDOLO INLVIDABLE.
Por: José L. Martel

Ni el pueblo de la isla ni el exilio cubano podrá borrar las figuras nacionales que tantas glorias dieran a nuestra patria a través de la pelota profesional y amateur. Cientos de grandes peloteros cubanos que deleitaron a sus fanáticos durante distintas épocas. Y uno de esas estrellas del recuerdo fue Roberto Ortíz, cariñosamente conocido con “El Gigante del Central Senado”,oriundo de Camagüey. Nació un 30 de junio de 1917 y falleció en Miami un 15 de septiembre de 1971. Tenía una estatura de 6’4” y un peso de 215 libras, conocido también como “El Guajiro”. Inició su carrera beisbolera jugando para el equipo del Central Senado, más tarde, decidido a triunfar, se trasladó para La Habana donde jugó con el Central Hershey, equipo perteneciente a la Liga Nacional de Amateurs.

Enseguida fue contratado para jugar en Estados Unidos jugando en varios equipos de las Ligas Menores con el Charlotte, Chatanooga y Montreal. En 1941 debutó en las Grandes Ligas vistiendo la franela de los Senadores del Washington (hoy Nacionales) hasta 1944.

Fue contratado por los hermanos Pasquel donde se desempeño en varias temporadas. De regresó a EE.UU. volvió con el Washington y con los Atléticos de Filadelfia (ambos de la Liga Americana) desde 1949 a 1950. En estos dos equipos promedió un bateo de .255, en 659 veces al bate, 168 sencillos, 18 dobles, 10 triples y 8 jonrones. Impulsó 78 carreras y 67 anotadas.

En México (1945-1948), jugó con el equipo de la capital. Regresó en 1952 jugando para el Nuevo Laredo y en (1955-56) jugó con los Leones de Yucatán. En 7 años de actuación su promedio de bateo fue .304 (1,895 veces al bate, 576 hits, 418 impulsadas, 394 anotadas, 123 tubeyes, 32 tripes y 106 cuadrangulares). Dejó establecidos algunos records en el béisbol profesional del país azteca que hasta el presente ninguno ha sido superado.

En Cuba debutó con los Leones de la Habana en 1939-40. Pasó a los Alacranes del Almendares (1940-1941) y (1943-1947). Durante la temporada 1947-48 se fundó la Liga Federativa (también profesional) jugando en el Estadio de La Tropical. De vuelta al Gran Estadio del Cerro regreso al Almendares y la última temporada vistiendo los colores anaranjados de los Tigres del Marianao (1949-1954). Para la temporada (1955-56) Roberto Ortíz fue cambiado a los Leones de la Habana donde terminó su carrera profesional en Cuba en (1960-61) al ser suspendido el profesionalismo en Cuba a la llegada del castrismo.

Sus estadísticas muestran 14 temporadas en Cuba denotan un promedio de bateo de .275 (veces al bate 2,055; incogibles 565, dobles 68, triples 25, cuadrangulares 61 con 321 carreras impulsadas, 270 anotadas y se robó 32 bases. Se le consideró un bateador de poder y oportuno; además de poseer un flamante brazo en sus certeros tiros del jardín derecho al home plate.

Se mantuvo como un pelotero disciplinado, amistoso y noble, pero perdió los estribos en una ocasión cuando le proporcionó el celebre y nunca olvidado “puñetazo” al arbitro de primera, Bernardino Rodríguez, un domingo, 7 de enero de 1945. Ese incidente ocurrido le costó ser despedido de ese juego. Recuerdo que el público presente, ovacionó a Roberto.

Gozaba de tal popularidad dentro de Cuba que fue un tributo a su persona ser protagonista de una película sobre su vida, titulada: “Honor y Gloria”, la cuál fue estrenada el 11 de febrero de 1952, en los cines habaneros de: Reina, Cuatro Caminos, Roxy, Fausto, Olimpia, Gran Teatro y Santos Suárez, donde compartió reparto con Alberto González Rubio y Yadira Jiménez. Aquí en Miami tuve la satisfacción de conocer a su único hijo, Roberto Ortiz Jr., quien tuvo la delicadeza de regalarme un video de esa película.

Roberto Ortiz, el legendario jardinero derecho cubano será una leyenda nunca olvidada dentro del béisbol cubano, mexicano y de Grandes Ligas. Acumuló fama, talento y admiración por todos los que tuvimos la oportunidad de verlo jugar a la pelota dura.

Miami, Florida, USA
joselmartel@hotmail.com

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