martes, 23 de febrero de 2010


EL ARTE DE PEDIR PERDON
Autor: Juan Carlos León

En Estados Unidos es muy común escuchar la expresión “I’m sorry”. Muchas personas cometen errores o hacen cosas para posteriormente pedir disculpas. Eso no tiene nada de malo, lo más importante es que se haga de corazón y tratar de no repetirlo. Si queremos ser perdonados, debemos perdonar. Después de todo, los seres humanos somos imperfectos y se nos debe dar una segunda oportunidad.

Muchos han sido los escándalos que ha habido en este país. Presidentes, deportistas, celebridades, en fin, todo tipo de personas han cometido errores, para después tener que pedir perdón en público y delante de las cámaras. Uno de los casos más recordados fue cuando el ex mandatario, Bill Clinton, se vio envuelto en un romance con Mónica Lewinsky, una interna de la Casa Blanca de solo 22 años de edad. Supuestamente esta joven le practicaba sexo oral a Clinton en su oficina, lo cual casi le provocó su divorcio y le dañó en gran medida su carrera política. Bill tuvo que disculparse, no sólo ante su esposa e hijas, sino también ante el pueblo norteamericano.

En el deporte son muchos los casos que vemos a diario donde los deportistas fallan. El más reciente fue el de Tiger Woods. El golfista le estaba siendo infiel a su bella esposa, no con una ni con dos, sino con más de diez, según se pudo comprobar. Al parecer el dinero y la fama son un imán para conquistar mujeres pero, al final del día, hay que pagar las consecuencias de los errores cometidos. El matrimonio del señor Woods está en un hilo, muchas compañías auspiciadoras del atleta le han cancelado sus contratos y tuvo que pasar un gran bochorno cuando se disculpó hace unos días delante de la prensa.

Otros deportistas han sido centro de las noticias por el uso de sustancias prohibidas. Mark Mc. Gwire, Sammy Sosa, David Ortíz, Manny Ramírez, Alex Rodríguez, Roger Clemens, entre otros. Todos ellos han tenido que admitir su culpabilidad en público y prometer que se alejarían del uso de estas drogas. Lo más importante en todo esto es saber cómo ofrecer las disculpas, ya que pedir perdón es un arte, pero a veces abusamos del mismo. De ahora en adelante cuando le digamos a alguien “I’m sorry”, estemos seguro que lo decimos de veras, aunque es preferible pensar bien las cosas antes de actuar, y así podemos evitar hacer el ridículo en muchas ocasiones.

Miami, Fl., USA
02/23/2010

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