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jueves, 6 de enero de 2011
!AY DIOS MIO, SI PARECE UNA NOVIA ENAMORADA ANTE LA PROPOSICION DE BODA!
¿CUÁNTO MÁS VAN A AGUANTAR ESTA GENTE?
Por Andrés Pascual
Un profesor de inglés de la Universidad de Auburn, Alan Gribben, de 69 años, acaba de reeditar, por New South Books, el clásico de Mark Twain “Las Aventuras de Huckleberry Finn”, cuyo tema es “un niño que huye de su padre acompañado de un esclavo que busca la libertad navegando en balsa por el Mississippi”.
Lo interesante no es que vuelvan a publicar el libro, una obra maestra de la literatura mundial junto a “Las Aventuras de Tom Sawyer”; sino que una palabra repetida 216 veces en la novela se haya cambiado porque el autor la entiende “ofensiva y racista”, 126 años después de presentada al público por primera vez en Londres: “nigger” que es negro o negrón en español, se suprimió en el texto por “esclavo”. Según Gribben, no hay nada de malo porque se mantienen intactos todos los valores filosóficos como por ejemplo, el humor…
Dice este nuevo “bárbaro” irrespetuoso de la preceptiva literaria sin ningún valor ni lingüístico ni de redacción y composición, que decidió hacerlo porque “el libro ya no lo lee la juventud” y porque “la mejor amiga de su hija es una afroamericana y odia al libro, precisamente, por la palabra”.
“Políticamente correcto”, aunque haya intervenido, con sus garras liberales y con su cerebro enano para acontecimiento tan grande, una obra que es patrimonio de la humanidad…
Lo políticamente correcto hace rato que es el más acérrimo enemigo de lo americano; instrumento de diversión y destrucción que emplean liberales, izquierdistas o cualquier fuerza quintacolumnista que tenga como objetivo liquidar la moral y la fuerza que debe exhibir e imponer este país ante el mundo.
Cuando Chávez protestó y rechazó el nombramiento por la Secretaría de Estado de Larry Palmer como embajador de Estados Unidos en Caracas, todo el mundo creyó que se perfilaba una crisis que tendría resultados catastróficos para el dictador de Miraflores, cuando la realidad es que hoy, de acuerdo al desarrollo posterior, aparenta haber sido provocada para desembocar en un promisorio “mar de felicidad” en las relaciones entre ambos países.
Palmer, diplomático de carrera, dijo algunas verdades sobre Chávez y su Socialismo del XXI que al Orangután del Arauca no le gustaron, porque lo retrataban.
Y hay un problema con estos comunistas y terroristas a cargo de varios países de América Latina, en el poder desde 1959: producen golpes de estado y no quieren que les llamen golpistas; se lo roban todo y no desean que les llamen ladrones; matan de mil formas y no admiten que los llamen criminales y se quedan como dueños absolutos por siempre jamás de sus países bajo imposición y en coordinación con el populacho piso de tierra, porción marginal de cada pueblo que sojuzgan, y no se les puede decir tiranos-dictadores… ¡Le zumba la berenjena!
Nadie sabe hasta dónde llegará la Administración Obama concediendo y presentando la cara fea de la debilidad americana ante cada enemigo de Estados Unidos que encuentren. Como Carter, este individuo es un reflejo de la cobardía y la pusilanimidad, que esconde bajo su piel una política peligrosamente entreguista de los valores americanos de todo tipo.
El último gesto traicionero a la libertad y a la soberanía de los pueblos pisoteados por el comunismo en América Latina, lo produjo Hillary Clinton en Brasil, cuando se encontró con Chávez en lo que parece haber sido concertado con anterioridad y se saludaron como viejos amantes que reencendieron llamas de pasión, en el mejor estilo de la radio y la telenovela hispanoamericana.
Según Chávez, fue una casualidad protocolar; de Hillary no hay reacciones personales; sin embargo, al dejar sin efecto el nombramiento de Palmer como embajador en Caracas, no tiene algo más que agregar.
El payaso #1 del circo castrista dejó entrever que quisiera al borracho y drogadicto Oliver Stone como representante de la Casa Blanca. En Venezuela no debe ser un peligro la existencia escandalosa y delictiva del cineasta; sin embargo, Chávez debió haber hecho mención también, para un cargo consular de salud o algo así, del simpático lechón que habla, Michael Moore.
Estas son las actitudes “políticamente correctas” de los gobiernos demócratas, tan defendidas en The View por Whoppy, Jon, Bárbara y compañía, que no solo tienen al borde de la guillotina el antiguo papel de Estados Unidos como defensor de las libertades y los derechos civiles en el mundo; sino el concepto de “amigo” y de esperanza que, alguna vez, depositaron en ellos los pueblos necesitados de liberarse del yugo comunista y los que están en peligro de ser uncidos en este continente.
A estos americanos liberales, izquierdistas, comunistas y pro terroristas, hay que ir entendiéndolos como lo que son: un aliado de los esclavistas y represores, llámese Castro, Chávez, Correa, Ortega, Evo Morales o “Juan Bimba” si llega mañana…con la ayuda de ellos, claro.
Miami, FL., USA
01/06/2011
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