sábado, 27 de noviembre de 2010

JUAN FORMELL Y OTRO LACAYO DEFENSOR DE LOS INTERCAMBIOS CULTURALES, EDMUNDO GARCIA


DEMOCRACIA ES UNA COSA Y BORRACHERA OTRA…
Por Andrés Pascual

Bien, llegan los Van-Van a Miami, el punto neurálgico de la población cubana por los desmanes castrocomunistas y no se les hace saber que no son bienvenidos por voceros y representantes del gobierno más represor y criminal del continente y, en poco tiempo, ningún periodista tiene que intentar sacarles alguna confesión sobre las razones por las que apoyan decididamente en la Isla al régimen; sino que, por el espacio que se les abra con el silencio permitido, que es aceptación en nombre aún de los más afectados por la tiranía, contubernio extraño hacia el régimen, en un momento colocará a los músicos en plano de ideólogos con tribuna gratuita para sus exposiciones sobre los “logros de la Revolución” en todas las emisoras de radio y televisión de la ciudad amén los periódicos.

¿Es justo proponerle eso a la población exiliada? Está bien, en Miami existe un sector poblacional de castro comunistas bastante grande por el interés de los gobiernos americanos interesados en perforar al exilio al no eliminar el Ajuste Cubano y la visa de refugiado o, en cualquier otro caso, ajustarlas al obligado compromiso de lucha por la libertad de Cuba, bien documentada y analizada para que no se pueda violar de ninguna forma desde Cuba ni por la propia dictadura ni por particulares que compren, como está ocurriendo, causas de la UMAP y del Presidio Político por 5,000 dólares en La Habana. Pero por grande que sea esa población de infiltrados, quedaditos o elementos de “callos pisados” esta no es una plaza para acoger enemigos de la libertad de Cuba; la ciudad no puede entregarse como plaza ganada gratuitamente a la reacción castrista; porque este es el último bastión de lucha contra la tiranía y todo el mundo debería entenderlo, sobre todo, quienes han estado presos en Cuba: ante el salvajismo comunista, la borrachera democrática sobra.

En este país se ha protestado contra el ballet Bolshoi; contra los embajadores de la cultura del régimen criminal de China cuando Bush les regaló la condición de nación más favorecida en las relaciones comerciales; a “tuti plem” se ha protestado aquí, que incluye el boicot a Sudáfrica para imponer el CNA; pero intransigentes, casi criminales que buscan chupar la sangre de cada niño de la Isla, solo los cubanos a quienes sí les han corroído los huesos después de chuparles el tuétano.

Yo no sé si tenga razón, pero cada vez que leo a un individuo por aquí, como Alberto Mueller, proponiendo “aceptaciones civilizadas” ante el desmán castrista y su intento por lograr la tribuna abierta de Miami con el objetivo del zapador que colocará la bomba de contacto basado en el reclamo democrático; o porque le absorba la pena ante el ajeno por el “deprimente espectáculo del intransigente mafioso”, tengo por norma no considerarlo un demócrata convencido ni una especie de vitrina del decoro y el respeto ya casi extinguido. Para mí son parte de la 5ta. Columna castrocomunista cuyo objetivo es destruir al exilio, que contempla primero a los Van Van en un teatro o en un antro de Castro y a Bruno Rodríguez, a Abel Prieto, incluso a Raúl Castro después, en un acto multitudinario en un estadio de la ciudad estregándole al mundo “progresista” la caída del último frente en las manos de la horda.

Miami, FL., USA
11/27/2010

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