jueves, 14 de octubre de 2010

MARTIN PEREZ, THE FIGHTING COOK


BOXEO CUBANO DE ANTAÑO
MELCHOR RODRIGUZ GARCIA

No es esta sección una historia completa del boxeo cubano. Ya hay publicadas varias historias por muy buenos escritores. Aquí les serán mostradas las grandes peleas realizadas en el pasado, extraídas todas de nuestro archivo y refrendadas por los cronistas de la época que señalaron todos los pormenores ocurridos en las mismas

El 26 de Septiembre de 1925 hizo su debut en el Anfiteatro Santos y Artigas, el Moro Abd El Kabir, dando una fiera oposición al criollo Martín Pérez, quién golpeó bárbaramente durante cinco rounds al Moro sin lograr derribarlo. Cinco rounds pelearon y los cinco fueron ganados por Martín Pérez- Fue al terminar el quinto round que viéndose perdido el Moro, pegó a Martín bajo la faja por dos veces, lo que provocó que el referee lo descalificar

EN EL 5TO. ROUND EL MORO PERDIO LA PELEA POR FOULS

El Moro, debutó anoche en nuestra Arena Colón demostrando sus condiciones de toro, de un verdadero toro de las ganaderías de Abd El Krim, por su manera sin paralelo de soportar los más terribles golpes, y después por las fieras embestidas de su cabeza, dura como aquellas chinas pelonas que pavimentaban las calles habaneras en la época colonial, de las que brotaban chispas de continuo al contacto de los herrajes de los jamelgos.

Lo que puedo decir sin temor a cometer una equivocación, ni un lapsus de memoria, es que en ningún tiempo, he visto a un hombre soportar los golpes que anoche recibió el Moro de las manos fuertes de Martín Pérez. Siete uppercuts le aplicó con la derecha, siete puñetazos de abajo hacia arriba, capaces de llevarse en cada uno la cúpula de la Lonja del Comercio, de desjarretar a un miura, de lanzar a tierra las ruinas del Capitolio.

Y no fueron solamente los siete uppercuts, que también le dio de lleno, con la misma derecha, dos golpes rectos a la punta de la barba. Pero el Moro como si no tuviera quijada ni barba, siempre acometiendo con la misma bravura y tranquilidad, es decir sin demostrar cansancio alguno, tan fresco como una lechuga.

Cinco rounds fueron los que boxearon, y los cinco resultaron del terrible Cocinero que así le dicen a Martín Pérez, por acumulación de puntos hasta recibir éste en ese quinto round, dos golpes seguidos bajo la faja, dos fouls que hicieron doblarse a Martín Pérez como un gancho, y caer sobre la lona donde sufrió fuertes dolores hasta quedar sin sentido.

Se le llevó a su esquina y se le roció con agua fría en espera que pudiera volver por las mochilas y seguir combatiendo, pero todo fue inútil, Martín estaba convertido en un trapo de secar cubiertos, desmadejado y caido sin fuerzas ni voluntad para nada.

El público chifló y protestó al principio en la creencia de
que Martín podía continuar en la pelea, y la evadía por un acto de comicidad. Pero pronto se convenció de que el caso era serio, y así lo señaló Pepe el Americano, el popular y querido anunciador, además que Fernando Ríos que actuaba de referee, se convenció también de ello.

Bueno es Ríos para permitir que al público se le burle en lo más mínimo, es la quinta esencia del deber ocupando su puesto- Una vez convencido el público las cortinas cayeron en espera de la próxima pelea. Pero es bueno decir que si el Cocinero no recibe los golpes fouls, el Moro hubiera
terminado por acabarlo.

Con dos rounds más de intenso pelear como los que llevaron, el Cocinero hubiera sido agotado irremisiblemente, pues ya no le quedaban fuerzas para seguir pegando sobre el Moro, que lo confieso, me hizo la impresión de estar hecho de piedra Berroqueña.

Miami, FL., USA
10/14/2010

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