sábado, 18 de septiembre de 2010

PEDRO LEONARDO MASCHERONI Y SU ESPOSA MARJORIE ROXBY MASCHERONI


EEUU ACUSA A PAREJA DE CIENTIFICOS DE TRATAR DE VENDER SECRETOS NUCLEARES A AGENTE ENCUBIERTO DEL FBI
Por ANTONIO MARIA DELGADO
adelgado@elnuevoherald.com

El Buró Federal de Investigaciones (FBI) arrestó el viernes a un científico argentino-estadounidense y a su esposa por tratar de entregar información clasificada sobre armas nucleares a un agente encubierto, quien se hizo pasar por un alto funcionario venezolano, informó el Departamento de Justicia.

El argentino nacionalizado en Estados Unidos Pedro Leonardo Mascheroni, de 75 años, y su esposa Marjorie Roxby Mascheroni, de 57 años, fueron detenidos el viernes por el FBI y presentados ante un juez de Albuquerque, Nuevo México, acusados de tratar de pasar información secreta bajo la creencia de que estaban ayudando al país petrolero a fabricar una bomba atómica.

A cambio de su ayuda, Mascheroni, quien había trabajado en el Laboratorio Nacional de Los Alamos, esperaba cobrar $793,000.

El Departamento de Justicia informó que un agente del FBI que se hacía pasar por un funcionario venezolano contactó en el 2008 a Mascheroni. Aunque Mascheroni había dejado de trabajar en el laboratorio nuclear hacía 10 años, aún tenía acceso a información clasificada a través de su esposa, quien sí seguía empleada allí.

Según la acusación, Mascheroni sostuvo una serie de conversaciones con el agente del FBI encubierto en las que dijo que podría ayudar a Venezuela a desarrollar una bomba nuclear en un plazo de 10 años. También aseguró que, bajo su programa, Venezuela usaría un reactor secreto subterráneo para producir energía nuclear.

"La acusación no implica que el gobierno venezolano, o que nadie que actuara en su representación buscara o obtuviera información clasificada'', indicó el Departamento de Estado en un comunicado.

El experto en inteligencia venezolana, Johan Peña, dijo que pese a la disposición de Mascheroni de colaborar con Venezuela en el desarrollo de una bomba atómica, es muy poco probable que ese país esté actualmente involucrado en operaciones de este tipo.

"Venezuela no tiene capacidad de estar haciendo espionaje de alto nivel en Estados Unidos o de controlar fuentes en el exterior como ésta'', afirmó Peña, quien fue un comisario de la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), que ahora se encuentra exiliado en Miami. "Ese tipo de operaciones sí la podría realizar el G2 [el servicio de inteligencia cubano], pero en ningún caso el venezolano''.

La inteligencia cubana actualmente coopera estrechamente con sus homólogos venezolanos, pero cualquier iniciativa de este tipo tendría que recibir aprobación directa de La Habana, y Peña calificó de poco probable que el gobernante Raúl Castro esté dispuesto a participar en este tipo de aventuras.

Pero aunque Venezuela no tiene las herramientas para reclutar agentes en el exterior, esto no quiere decir que potenciales prospectos no estén dispuestos a ir al país.

Durante sus conversaciones con el agente encubierto, Mascheroni presuntamente preguntó sobre la posibilidad de obtener la ciudadanía venezolana, indicó el comunicado del Departamento de Estado.

Mascheroni también describió cómo esperaba que se le pagara por su trabajo y le informó al agente encubierto que establecería una cuenta de correo electrónico específicamente para comunicarse con él.

Posteriormente, Mascheroni usó la cuenta para coordinar la entrega de material en un apartado de correos, que fue usado por el agente para enviarle una lista con 12 preguntas que supuestamente procedían del personal científico y militar venezolano.

Mascheroni suministró las respuesta en un disco que contenía un documento de 132 páginas titulado Un programa de contención para Venezuela que presuntamente contenía ‘‘datos restringidos'' en el que presentaba su plan para desarrollar un programa nuclear.

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