miércoles, 22 de septiembre de 2010

LOS HERMANOS CASTRO, PRINCIPALES CULPABLES DE LA DESGRACIA CUBANA


¿A QUE PRECIO LA LIBERTAD?
Por Fernando J. Milanés

Los “cubanólogos” están alborotados. Medios informativos están repletos de opiniones en las que se teoriza si ha empezado la transición de un Castro a otro. Declaraciones luego desmentidas de un Fidel demente, y aperturas económicas, mayormente cosméticas de Raúl, ha convencido a muchos de que un régimen controlado por el menor de los Castro llevará a un sistema capitalista “a lo Chino o a lo Cubano”. El tema está concentrado en una apertura económica, pero me pregunto; ¿qué precio tiene la libertad?

En el exilio de los años 60 se abandonaron privilegios y ventajas económicas a cambio de vivir libremente. Una minoría tiránica se afianzó al poder asesinando y robando. Un puñado de valientes renunció al escape y sufrieron muerte o prisión a cambio. Una gran mayoría se quedó, sacrificando sus derechos, a cambio de pequeños privilegios. Cincuenta años después, una gran cantidad de cubanos, nacidos en la tiranía, desconocen lo que significa una verdadera democracia. Muchos jóvenes se escaparon de sus miserias para obtener oportunidades nuevas, y otros emigran principalmente al ver que sus prebendas habían disminuido, o al sentir peligro sobre sus pocas libertades, o sea, los mismos sufrimientos que siempre habían aceptado para los demás.

¿Por qué no se discute una apertura política como más importante que la económica? La triste realidad es que la mayoría del País se conformaría con un poco más de bienes materiales y están dispuestos a ceder sus voluntades a cambio. Muchos, alejados físicamente de Cuba, mantenemos el concepto de la responsabilidad individual con sus consabidas oportunidades de éxito, al igual que de fracasos.

Libertad, en su concepto más amplio, se define brillantemente en la Declaración de Independencia de los EE.UU. Todos estamos dotados por nuestro Creador de ciertos derechos inalienables, la vida, libertad y búsqueda de felicidad. No estoy dispuesto a vender esta creencia por ningún tipo de beneficios. Respeto el derecho de los que deseen vivir en la Cuba futura que se vislumbra. Acá me enterrarán, aunque mi espíritu haya fallecido en la Patria en que nací.

Miami, FL., USA
09/22/2010

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