domingo, 20 de junio de 2010

MUERE JOSE SARAMAGO, DESTACADO ESCRITOR PORTUGUES, PREMIO NOBEL DE LITERATURA Y GRAN AMIGO DEL TIRANO FIDEL CASTRO


¡SARAMAGO, LLEVATELO, AL FIN Y AL CABO TU LO QUIERES Y YO NO…!
Por Andrés Pascual

Falleció el lusitano José Saramago, escritor dicen que insigne a quien lo premiaron con uno de esos desprestigiados premios que otorga la Academia Sueca, tan manipulada, tan vendible y tan ciega muchas veces ante el virtuosismo literario quién sabe por qué.

El Nobel ha sido tan racista, tan injusto y de tan poca credibilidad en su historia que al camagüeyano Carlos J. Finlay lo eludieron y, en su lugar, premiaron a un americano impostor por el descubrimiento del vector de la fiebre amarilla, lo que corrigió todo el mundo con el paso del tiempo, menos la Academia, que no ha desmontado el altar al falso Dios para colocar en su lugar el del cubano.

En España se ha sentido la muerte del escritor tanto como en su natal Portugal, casi se puede decir que existe un culto de seguidores de la obra del amigo del alma de Ernesto Sabato.

Sin embargo, como en casi todo lo que se maneja bajo cañones de influencia espiritual, tal el caso de la literatura, a veces se pasa de lo lógico razonable al mito que, en algunos casos, pudiera resultar agresivo, como considerar a José Saramago la pieza mas elevada de la sensibilidad portuguesa en las letras, conociéndose que la épica de ese país tiene bien definida su historia a través de su epopeya en la figura de Luis de Camoens y su trascendental Os Lusiadas.

El irrespeto de los tiempos modernos por todo lo que fecundó la obra antigua y perecedera es un estrago a la memoria histórica del arte irrepetible de tiempos pasados heredado de la ofensa amoral de Tristan Tzara a través del “dadaísmo” de principios del siglo pasado.

Saramago, luego de una espectacular carrera como militante del castrocomunismo, detuvo el carro, se bajó, miró y declaró: “hasta aquí llegue contigo Fidel”, porque la barbarie imperante en La Habana había cometido otro hecho asolador contra la más elemental expresión de dignidad humana al fusilar a tres infelices de raza negra. Sin embargo, de inmediato reaccionó y volvió a colocarse en su posición anterior, porque algo que nunca se debe hacer entre buenos “liberales” es dejar solo al aliado en la lucha contra “el imperialismo” y a La Habana regresó para dejar constancia de que Castro, para él, valía más que una posición de principios ante la violación del derecho a la vida de “tres negros que ya no querían al tirano”

Yo no sé si Saramago merecía el Nobel o no, allá por los 60’s, en la antigua Escuela de Letras y Arte de la Universidad de La Habana, era común que Adelaida de Juan o Mirtha o Vicentina se refirieran a Jorge Luis Borges como el más recalcitrante y archirreaccionario enemigo, oigan eso, del proletariado mundial, al que presentaban también como pro-nazi. El valor filosófico-literario del argentino se evitaba por todos los medios posibles.

A mí no me gustó nunca Saramago, tal vez influido por la posición pro fidelocomunista que se le convirtió en evangelio que hay que entenderlo como de total apoyo a su política represiva y criminal en Cuba.

En este siglo que pasó se quedaron sin su premio, primero, el irlandés James Joyce, autor de Ulises; Marcel Proust, francés, de En busca del tiempo perdido; Jorge Luis Borges, con una obra variada en poesía, narrativa y ensayo que, cualquiera, incluso sus estudios sobre las grandes culturas del mundo antiguo, le validaban 100 veces el recibimiento de lo que hoy, a pesar de la fanfarria casi olímpica es, mas que un galardón, una vergüenza.

El cubano Guillermo Cabrera Infante ya no podrá obtenerlo y Mario Vargas Llosa va por el mismo camino.

En una oportunidad en que le encontré en Miami, le pregunté a Cabrera Infante que cuál podría ser la razón de la injusticia de la Academia con Vargas Llosa y con él, y el brillante autor cubano me dijo: “A veces le temen al discurso…” en esa suposición también cabría Borges.

De cualquier forma, para no quedar mal ni con religiosos ni con humanistas, “murió un ser humano; entonces la raza está de luto”, pero ni por eso me va a llenar la avidez de lectura interesante Saramago, a quien rechazo de plano por su virtual apoyo a una tiranía que nunca ha cesado de oprimir y matar.

Sí le agradecería, en el mejor sentido de la sensación filosófica sincrética del culto afrocubano que, si puede, por su acercamiento extraordinario al chacal de Biran, por su condición de incondicional de la injusticia, del hambre y del crimen, le parquee el Carretón de Olla al dictador y se lo lleve justamente al Infierno.

Miami, FL., USA
06/20/2010

3 comentarios:

  1. He dicho abiertamente en mi blog "un perro menos, me alegro de su muerte" y de inmediato alguien me llamó imbécil y otro basura humana. Pero desaparecieron del debate en cuanto respondí que seróa imbécil y basura si apoyara a quien apoyó al tirano de mi pueblo.
    Reliosidad aparte ¿qué decir de quien alababa a Fidel y a Chávez y a Caín, y condenaba a Dios?
    Que lo lloren otros, yo no.

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  2. Estimado Pedro:

    Envíame el link de tu blog para ponerlo como enlace del mío. Gracias por participar en BP.

    Saludos,
    J.C. León (Creador y Editor del blog BP)

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  3. Saramago murió y desde mi punto de vista murió otro comunista. Portugal llorará su pérdida no porque él fuese un gran patriota sino por el mérito y el prestigio que dió a ese país el que le otorgaran el Premio Nóbel de Literatura. El Nóbel está desprestigiándose bastante en los últimos tiempos. Para confirmarlo, no hay más que ver el Nóbel de la Paz a Al Gore (por predecir que moriremos por calentamiento global, mientras él no hace nada por evitarlo), y a Obama (por prometer un millón de cosas, de las cuales no ha cumplido ninguna).

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