martes, 11 de mayo de 2010

FRAUDE ELECTORAL EN VENEZUELA


26 DE SEPTIEMBRE: TRES PUNTOS DE QUIEBRE
Por Roberto Carlo Olivares

En la oposición venezolana existen actualmente dos corrientes encontradas: la electoral y la rebelde. Las dos corrientes son incompatibles y su único punto de encuentro es desplazar a Chávez del poder. La corriente electoral cree en las elecciones y por enésima vez dice estar blindada contra el fraude y/o la trampa. La corriente rebelde, cree en la rebelión cívico-militar para derrocar al tirano y dar paso a una junta provisional de gobierno.

¿Qué tienen a favor los integrantes de la corriente electoral? Un pueblo mayoritariamente pacífico que intenta agotar todas las vías democráticas habidas y por haber, antes de radicalizarse y pasarle por encima a la dictadura y a los líderes opositores que los han engañado elección tras elección. Para ellos, el 26 de septiembre representa la última esperanza carnal y espiritual de su precario proceder terrenal. O cumplen lo prometido, o serán arrasados posteriormente por la Rebelión.

¿Qué tienen a favor los Radicales Rebeldes? Un pueblo hastiado de la misma dirigencia malsana que en público les da esperanza, pero en privado aceptan que han habido fraudes y que como ahora el dictador se encuentra débil en las encuestas, sin duda alguna recibirán su cuota de poder. Los que creen en la tesis cívico-militar, también tienen a favor que son muchos pero andan de bajo perfil. Ellos están en todos lados, rodean al propio dictador y esperan el momento oportuno para actuar. El factor sorpresa es determinante.

¿Ante este escenario que opciones tiene el dictador y cómo esa decisión repercutirá en el pueblo y en su propia humanidad atormentada y esquizofrénica? Desde mi punto de vista las opciones son solamente tres: Dejar que la Oposición gane limpiamente, cometer un Fraude Masivo, o dejar el juego en Empate Técnico.

Punto de Quiebre # 1: Se le permite a la oposición ganar limpiamente. Este escenario lo veo verdaderamente lejano pero como variable electoral debe ser analizada. Si así ocurriese, el dictador sería destituido limpiamente por la vía constitucional. De igual manera, si intenta desconocer el poder soberano del nuevo parlamento, se habría declarado dictador abiertamente y sus días estarían contados. Ni el país ni la comunidad internacional se lo permitirían. Para él es primordial seguir manteniendo su careta semidemocrática.

Punto de Quiebre # 2: Se comete un fraude masivo que contraría la voluntad popular y todas las encuestas de opinión. El dictador obliga al CNE a darle los 2/3 de la Asamblea Nacional como ya lo ha venido predicando públicamente desde hace meses sin estupor alguno, y los líderes de la oposición no tienen forma ni manera de demostrar el fraude. Tal vez tendrían las pruebas pero no se atreverían a llamar al pueblo a una Rebelión por miedo y carencia de estrategias. Chávez se consolida nuevamente como el inmortal de la política venezolana y aguarda por la reacción popular espontánea.

Ante este escenario fraudulento, la gente se lanza a la calle y los militares patriotas e institucionales actúan en consecuencia. También podría ocurrir que los militares actuasen primero y llamarán al pueblo a la calle como soporte moral e institucional, no sólo ante el país, sino también ante la comunidad internacional. Los que creen que en la institución armada y/o en el país no existen personas patriotas dispuesta a dar la vida por honor y convicciones, se llevarían una grata sorpresa.

Sobre todo, aquellos que no pierden tiempo en descalificar al sector castrense y creen que en Venezuela todo está perdido.

Punto de Quiebre # 3: El dictador trata de ganar tiempo y ante la inminente acción cívico-militar, decide dejar el nuevo parlamento prácticamente parejo. En este caso, ganaría legitimidad nacional e internacional, pero perdería poder y el discurso castro-chavista de su revolución de 100 años se agotaría. Asimismo, demostraría debilidad y sus pretensiones de poder infinito se pulverizarían en cuestión de días.

Otra variable que debería ser abordada sería la suspensión de las elecciones o el postergamiento de las mismas. A estas alturas de la película no creo que el dictador se atreva, ya que la reacción popular sería contundente y su derrocamiento inminente. Actualmente Chávez y su entorno más cercano, incluido Raúl Castro y el G2 cubano, monitorean con atención el sector militar y sus contactos civiles.

El 26 de septiembre se decidirá si el dictador es derrocado este año o si su debilidad socio-política, permitiéndole a las fuerzas democráticas un parlamento parejo, le oxigena en el poder algunos meses más. Lo que sí es evidente, es que Chávez las tiene todas en contra y su final es previsible: No se podrá eternizar en el poder y su derrocamiento ha sido decretado.

“Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”
Simón Bolívar

¡Patria, Democracia y Libertad!
robertocarlo14@hotmail.com

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