EGOISMO Y AVARICIA, LOS MAGNATES DEL DESASTRE
Lic. Amelia M. Doval
´´ Es necesario poner de moda la virtud´´,
José Martí
Entre la egolatría y el egoísmo que se expanden como crudas epidemias, está la avaricia. El sustrato educativo que habilita las funciones para un correcto funcionamiento social deja abierta la puerta al fracaso aún sin haber demostrado sus habilidades.
No importa el mundo intelectual en que se desarrolle la vida, ni las aspiraciones, ni los alcances mentales. El deseo de sobresalir está innato mas, las vías por las cuales se logren son las que hacen dudar de la correcta actitud de los seres humanos que se dejan llevar por sus instintos marcados por un egocentrismo único.
El silencio y hasta la duda ante ayudar a los demás se ve reflejada en el rostro y el alma de los que han sufrido con el más hábil manejo de lo injusto y lo bochornoso: el robo de ideas.
En la carrera por alcanzar el éxito, con el menor esfuerzo, muchos se lanzan ante el acto de adueñarse de los méritos ajenos. Un escrito, una idea, un pensamiento, una batalla, una lucha son autoadjudicadas sin concederle mérito al creador. Es un hurto elegantemente brutal porque lo que usted no pensó, jamás le corresponderá.
Métodos para demostrar el verdadero origen de un pensamiento existen. Plagiar, es apoderarse de lo ajeno y merece ser desenmascarado quien cometa el delito. Lo cruel es que quienes pierden no son ni el creador, ni el ladrón de ideas, los dañados son los que pudieran ser beneficiados con la creación.
Entre los cubanos se ha establecido el total irrespeto a lo ajeno, el menosprecio a la interrelación entre promotores y creadores. Un pueblo que no aprende a comportarse valorando, con cortesía, a sus propios intelectuales, es un pueblo destinado al menosprecio. Es imprescindible desarrollar la honestidad, como cualidad para sostener un pensamiento libre, honrado e íntegro, siendo esta la única manera de abrirse el camino a la libertad.
Miami, FL., USA
Columnista de Ciudadano-Cuba
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