viernes, 12 de marzo de 2010


MORIR POR LA PATRIA ES VIVIR
Autor: Juan Carlos León

No todas las personas están dispuestas a morir por un ideal. Es por ello que admiro tanto a los que tienen el valor necesario para hacerlo, especialmente cuando es por una causa justa. La mayoría de los cubanos que vivimos en el exilio hemos preferido vivir a morir, aunque haya tenido que ser en tierras extrañas y lejanas a nuestra querida patria. Ha sido la vía más fácil y conveniente, sin embargo, no dejo de reconocerlo. Es muy común escuchar en Cuba el siguiente dicho: “el muerto que lo ponga otro”.

Orlando Zapata Tamayo nos ha dado una lección a todos, tanto a los que residen en la isla, como a los que vivimos en la diáspora. De la noche a la mañana este disidente de la raza negra se ha convertido, no sólo en un héroe, sino también en un mártir para todos los cubanos. Su madre, Reyna Luisa Tamayo, no se ha quedado detrás, denunciando ante el mundo entero las torturas, maltratos y abusos a los que fue sometido su hijo. Esperamos que este asesinato premeditado no quede impune.

Orlando no es el único que ha sacado la cara por los presos políticos, que sí hay en Cuba, aunque el gobierno cubano trate a capa y espada de desmentirlo. El periodista independiente, Guillermo Fariñas, también ha decidido inmolarse por la causa cubana. Su condición física se ha debilitado grandemente después de varios días en huelga de hambre. No es la primera vez que lo hace. Félix Bonne Carcassés, otro opositor cubano, estaría dispuesto a seguir los pasos de Guillermo, si este perece en la lucha.

Hay otros que no han muerto, pero sí cumplen largas condenas en prisiones cubanas. Son dignos de admirar Oscar Elías Viscet, Darsi Ferrer, entre otros. La bloguera Yoani Sánchez y su esposo no están presos en la actualidad, pero han sufrido en carne propia los atropellos, persecución y acosos de los esbirros castristas, pero nada de esto los ha detenido para seguir luchando para que en nuestro país se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión.

Quiero agradecerles a todos estos hombres y mujeres lo que hacen día a día por devolverle a Cuba lo que nos fue arrebatado en 1959. Aquellos que hemos sacrificado muy poco, o casi nada, nos quitamos el sombrero ante tanta valentía. Disculpen nuestra flaqueza y debilidad por haber preferido huir, antes de luchar por nuestra libertad y democracia. Estamos orgullosos de ustedes por darle el honor que merece nuestro Himno Nacional cuando dice: “morir por la patria, es vivir”.

Miami, Fl., USA
03/12/2010