TRAS LAS SOMBRAS DEL FASCISMO
Por Dorian García G.
El martes 13, dio paso a la reunión armada de un grupo paramilitar legalizado por quien dice ser “la voz del pueblo” y que solo ha dado pruebas inobjetables de desvarío y aplicación del método de la gran bufa insensatez del siglo XXI. La emoción del discurso se ha perdido en el ensimismamiento. Hoy el mensaje es vacío, aburrido, maquillado de poder represivo y amenazante. El “arañero de Sabaneta”, vislumbra el panorama de la derrota electoral del venidero septiembre.
Un convite de tropa de asalto lastimera, una distracción a los verdaderos problemas, fue una evidencia de poder, aderezada de consignas y anuncios de heroísmo, el alarde propagandístico agresivo y desafiante necesario a quienes no interpretamos ni aceptamos el contenido de su verdad. El comandante y dueño de la escena, gesticulaba y garabateaba su discurso, perdido en un grito al vacío de oferta al país, era solo el delirio personal de un perturbado envuelto en sus propios demonios; una perorata insubstancial en la que nadie cree y algunos pocos aprovechan.
El orgullo que convocaba ya no existe. Es hambre y necesidad sujetadas a la esperanza, lo que ofrece quien miente sin pudor ni respeto; para solo tal vez dar migajas y seguir alimentando la ilusión burlada.
Hoy Chávez invita a los venezolanos a continuar con una “dieta eléctrica por obligación”. Mientras, realiza maratónicas cadenas de televisión, sin limite de tiempo ni descalificación pues son eternas. La pregunta obligada es cuanta electricidad consume su charlatanería, cuantas desentonadas canciones dedicará a sus lerdos seguidores, cuantas pendejadas capaz de inventarse cada día que nos somete a la tortura de seguir el bodrio inagotable en farsas e improvisada patanería.
Hoy es un momento insufrible.
BLABLA…. BLA… BLABA-BLA
Hoy los rusos dictaran cátedra en construcción de viviendas "gélidas" y entonces me pregunto qué será de la vida de las “Petrocasas”. Un gobierno que solo construyó 30 mil viviendas en un año, habiendo absorbido el manejo de las cementeras, de las empresas que otrora exportaban cabillas. Un gobierno que con ojos desorbitados, hablaba insistente y convencido de la tecnología venezolana que desde el aparato gubernamental proponía que cada familia, de las sopotocientasmil necesitadas, tendría su bienestar asegurado y que hoy solo producen tristeza y desesperanza. La desvergüenza no tenía un rostro identificable, hasta llegar la herejía del siglo XXI.
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE... ¡hip!
La tristeza vive instalada en Venezuela. Su fuerza es simbolizada en el choque de un puño contra una palma tendida, en lemas repetidos por ancianos y niños utilizados en espectáculo denigrante. La consigna revolucionaria, es un guión improvisado que nadie interioriza ni quiere para si, una mentira repetida donde las expectativas no se ven cumplidas.
Señor, el orgullo que convocaba ya no existe. Hambre y necesidad disfrazan la esperanza. Dónde esconde lo que ofrece, quién miente sin pudor ni respeto, quién puede continuar mintiendo luego de arrancar sus aplausos. Y tal vez, solo tal vez, darle migajas a la mano extendida. Hay quien llora y golpea su mano abierta con la rabia de su puño y luego lo lleva a su pecho para atrapar la ilusión perdida.
El espectáculo, triste y forzado, no asustó a nadie; dio vergüenza. Pero claro; usted de eso... ni idea.
Este ultraje tendrá que tener responsables. No nos pruebe más señor, no juegue con el destino. Algo es seguro, no nos quedaremos mirando al cielo; vamos a septiembre como ciudadanos, como los demócratas que somos, como los seres humanos que merece una nación para ser integrada. No será un sueño perturbado por los demonios de un insensato, esta será nuestra decisión soberana. Respeto señor... ¡respeto!
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