miércoles, 30 de junio de 2010

EDISON ARANTES DO NASCIMENTO "PELE" EN 1962


EL 10 NO ES UN NUMERO; ES UN SIMBOLO
Por Andrés Pascual

Una vez fue el número que identificaba al mediocampo izquierdo ofensivo; después, pocos lo explican razonablemente, señala al jugador magistral o al goleador por excelencia… Es el 10, magia e inspiración del balompié desde hace casi 60 años.

La primera camiseta con el 10 en nivel de leyenda la vistió el húngaro Ferenc Puskas, el superestrella del once magyar de mediados de los 50’s, que le arrancaron el orgullo a Inglaterra en Helsinki en los Juegos Olímpicos de 1952 con un marcador humillante (6-2) que les colocó en plano de favoritos para la Jules Rimet de 1954 en Suiza.

Y en la Copa aplastaron a Alemania 8-3 iniciando; sin embargo, después de los primeros 8 minutos de la final contra los propios teutones y estar al frente 2-0, Puskas y su equipo se derrumbaron y cedieron el partido y el premio a los alemanes que terminaron con un increíble 3-2 a su favor. Fue la primera decepción del primer 10 legendario.

Después apareció Pele, acaso la expresión culminante de la magia futbolística…la Perla Negra que pertenece al firmamento y es el 10 con más títulos mundiales, factor imprescindible por la que la Jules Rimet descansa para siempre en alguna vitrina de la instancia balompédica mayor de la tierra de Ari Barroso.

La impresión de Pelé ni se iguala ni se supera y la camiseta con el 10 lleva su nombre, “es la de Edison”.

Según Richard Williams en su libro “El 10 perfecto”, a causa de la evolución del juego este número es una especie rara en vías de extinción y cita a Sócrates, armador carioca del periodo 1982-86 quien dice: “Hasta 1970 un jugador recorría una media de 4 kilómetros por juego, en la actualidad, el triple…”. “Esto significa que los espacios entre jugadores se acortan con mayor contacto físico y la improvisación se hace más difícil. El que no juegue a un solo toque en el fútbol de hoy tiene pocas posibilidades de éxito y el deporte se afea”, advierte Williams en su libro.

Después de la gran actuación de Maradona en 1986, Argentina pretendió eliminar el número de la selección; en la edición de 1978 el 10 albiceleste lo vistió el centrodelantero Mario Kempes. Hoy, el nuevo fenómeno del balompié, Lionel Messi.

Michael Platini condujo a Francia a la Eurocopa de 1984 con 9 goles en 5 partidos; pero no pudo ganar en Copas del Mundo: en 1982 iban ganándole a Alemania 3-1 y los teutones empataron y se llevaron la victoria en tiros de penalti. Fue el gran momento de Kart Heins Rumenidge, jugador de clase y personalidad histórica. Fue también el encuentro en el cual el portero Schumacher lesionó gravemente a Patrick Battiston en una de las jugadas más sucias y salvajes de la historia del evento.

En 1986 Platini se lesionó contra la RFA y los galos perdieron 0-2. Otro # 10 decepcionante; porque, por encima de su clase real, si el 10 no puede ganar en Copa Mundial podrá ser un fenómeno; pero no un Dios del juego, que es otra condición.

Con respecto a la semifinal de 1982, Michael Platini dijo que, “en dos horas tuve un extraño encuentro de sensaciones: la cólera, la alegría, la esperanza, el miedo, el odio y la frustración…”

El brasileño Ronaldinho jugó un fútbol ajeno a la personalidad de su país por su juego apático y ausente. Un 10 que “ni FI ni Fa”.

Por su historia grandiosa, no es igual ganar o perder con Barcelona o Napoli que con Brasil, la presión del jugador carioca es el triple de la normal en la selección y el fanático brasileño es el extremismo absoluto con pespuntes de inanidad, condimentado con la perspectiva única que fueron los dueños del 10 perfecto. El nombre de Pelé es un demonio contra el que tienen que lidiar, quiéranlo o no, los grandes jugadores del país suramericano que aceptan el guarismo en su espalda.

El 10 más brillante después de Maradona ha sido el francoargelino Zinadine Zidane, de personalidad, de clase y de liderazgo que proyectó su juego sobre los fundamentos del fútbol de antes, abriendo y cerrando las líneas defensa-ataque a la manera de Pelé y Maradona. Es el último de los grandes 10 que se hayan visto y es dueño del calificativo leyenda para los anales del deporte.

Ahora trata de iniciar su historia con el número peligroso el que está considerado lo mejor del balompié actual, el argentino Lionel Messi, que debe tener por delante por lo menos esta y dos copas más por su juventud, que lo ha hecho bien creando jugadas; pero que no ha tenido suerte a la hora de marcar el gol, porque eso también es un ingrediente de los dioses, la suerte a favor que ayude a convertir la leyenda en mito viviente con el acumulado de anotaciones decisivas e históricas. Si Argentina es uno de los favoritos de este mundial, no es sólo por su equipo, que ya está en cuartos de final, sino porque tienen a este pequeño superestrella como ayer vendieron bien aquella mercancía con rotulo de “manéjese con cuidado” llamada Diego A. Maradona.

Cristiano Ronaldo no viste el 10, sino el 7 y ha hecho bien en no elegir el número, porque, por ejemplo, se fue del mundial en octavos con una cuenta pendiente superior a la del pobre que pierde su casa por falta de fondos con el banco. La clase del lusitano del Real está embargada, de momento, por el que todo lo decide a la hora de entregar reconocimientos de inmortal, el respetable público. Definitivamente, Cristiano Ronaldo no es del nivel que tuvo el mozambicano Eusebio durante los 60’s y, en especial, durante Inglaterra-66.

Diez más o diez menos y en capítulo aparte, nunca hubo un mundial de tan baja clase individual y colectiva ni un grupo tan bochornoso de árbitros de terreno que, por tener al lado a la FIFA, parece que están preparando la victoria de España este año, lo que no es descabellado pensar ante tanta corrupción como la que identifica este deporte al que, además de nombrarlo como el más universal, se le debería añadir también “el más sucio, indecente y corrupto del mundo, con una verdadera mafia en cada una de sus oficinas de importancia en la decante, vieja y también corrupta Europa”, que es donde “se corta el bacalao” de este deporte.

Miami, FL., USA
06/30/2010

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