miércoles, 30 de junio de 2010

ANNA CHAPMAN, VICKY PELAEZ, RICHARD MURPHY, CYNTHIA MURPHY Y JUAN LAZARO


ACUSAN A PERIODISTA PERUANA DE ESPIAR PARA RUSIA
Por Gerardo Reyes
greyes@elnuevoherald.com

NUEVA YORK -- Vicky Peláez, la periodista peruana acusada de pertenecer a una sofisticada red de espionaje ruso en Estados Unidos, no tenía muchos amigos en la sala de redacción de El Diario-La Prensa, de Nueva York, según cuenta uno de sus compañeros de trabajo.

La razones variaban.

A algunos les incomodó que tuviera en su escritorio fotografías de Abimael Guzmán, el líder del temible grupo guerrillero Sendero Luminoso; otros interpretaron consternados una columna suya como una develada justificación de los ataques a las Torres Gemelas; y a los colegas de Cuba les incomodaba su cerrada defensa a Fidel Castro y las continuas visitas a la embajada de la isla ante Naciones Unidas.

"El día que arrestaron a Guzmán, no ocultó su tristeza'', comentó Miguel Angel Sánchez, un periodista cubano quien trabajó 15 años para El Diario-La Prensa. "Siempre estaba opuesta a los Estados Unidos''.

Peláez, de 55 años, defendía en sus columnas al gobierno venezolano de Hugo Chávez e incluso a Rusia. En una de las columnas, en diciembre del 2006, escribió una carta de Navidad a la hija de uno de los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos en la que afirmó: "Esta noche, mientras todos hablan de paz y amor tú estarás esperando en vano a tu padre, preso en una celda del país más poderoso del planeta y todo por luchar contra el crimen que hoy se persigue más, el terrorismo''.

La columnista agregaba que no es justo que una pequeña "sepa sobre el sufrimiento que los hombres viven tras las rejas''

Hoy, Peláez debe saber de primera mano lo que no quería que la niña entendiera.

La polémica periodista que dirigió durante varios años las páginas de América Latina del diario en español de mayor circulación en Nueva York, está tras las rejas luego de que una treintena de agentes irrumpieron el domingo en su casa en la localidad de Yonkers, al norte de Nueva York, y la arrestaron junto con su marido, Juan Lázaro, de origen uruguayo.

Ambos están acusados de asociación ilícita para actuar como agentes de un gobierno extranjero sin notificarlo al Departamento de Justicia y de asociación ilícita para lavar dinero.

Ocho personas más fueron arrestadas en Estados Unidos y otra en Chipre como parte de una operación que, según explicó el fiscal federal Michael Farbiarz, es sólo "la punta del iceberg'' de una conspiración del servicio de inteligencia ruso, el SVR, para recabar información interna de Estados Unidos.

Según la acusación de una corte federal de Nueva York, Peláez y su esposo trabajaban para una red de espionaje ruso que tenía la misión de infiltrar personalidades e instituciones norteamericanos.

La organización enviaba mensajes invisibles en fotografías digitales o por radiogramas y se comunicaba a través computadores portátiles en sitios públicos de internet.

Esta información causó rechazo al hijo de Peláez, Waldo Mariscal, quien dijo a El Diario-La Prensa que sus padres a veces no sabían ni siquiera como ingresar a sus mensajes en Yahoo.

Waldo describió el martes el arresto de su madre como "ridículo'' y "una farsa'', reportó el diario.

De acuerdo con Waldo, su padrastro, Lázaro, quien está jubilado, solía impartir clases de Ciencias Sociales en la universidad The New School de Nueva York.

Los 11 acusados de espionaje, la mayoría de ellos residenciados al noreste de Estados Unidos, se integraban a la comunidad y llevaban una vida familiar normal, incluso con hijos.

Miami, FL., USA
06/30/2010

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