viernes, 14 de enero de 2011

LA ESCRITORA Y FILOLOGA CUBANA AMELIA M. DOVAL


ODISEA CONSULAR
Lic. Amelia M. Doval

Cuando en el año 1988, preparaba mi tesis de grado sobre el análisis de Cien Años de Soledad, en la Universidad de la Habana, jamás imaginé que Macondo me seguiría aún en la lejanía. Haber nacido en un archipiélago que ha perdido todo hasta su condición de serlo, para simplificar su existencia como isla únicamente, es un estigma de malicia que mancilla el decoro de ser cubano.

Años después, la emigración que nos marca desde que nacemos, me transformó en una exiliada, con ansias de cambiar el mundo a mi alrededor. Las consecuencias no se hicieron esperar. En el año 2009, se venció mi pasaporte español y para renovarlo se necesita un certificado literal de nacimiento que deben expedir en el Consulado Español de la Habana. Un pueblo olvidado por el progreso, olvidado por el mundo, prostituido por todos. Un pueblo acostumbrado a ser comprado, comenzó su tarea de negación para provocar la negociación.

No bastaron 365 días de correos, reconocimiento de errores, vuelta de correos, negaciones, sino que aún andamos por el primer mes del 2011 y todavía no han tenido el tiempo de mandar el certificado literal de nacimiento, alegan poco personal y muchos pedidos. No ha importado que se exija un derecho o que se suplique un deseo de madre de encontrarse con su hija en un viaje.

De nada ha valido reclamar como cubana, reclamar bajo un poder. La inercia, el desespero, la rabia, la no respuesta y la centralización de una firma en un nombre, hacen imposible pasar las barreras. Un nombre poderoso que miente, reconoce que se equivoca pero no rectifica. Un nombre que es eco de poder y nada, ni nadie puede acceder o saltar la muralla.

Nacer en Cuba, es morir de dolor, un dolor que se ramifica en cada cubano dentro o fuera. No importa si quieres un pedazo de pan, un par de zapatos nuevos, viajar o simplemente legalizar un pasaporte caducado. La burocracia, la avaricia, la no necesidad de cumplir con el trabajo no importa las consecuencias o quien afecten, son evidentes.

Macondo se desploma y a su paso arrasa con todos, destruye a todos. Me pregunto cada mañana cuánto tiempo debo esperar por la incompetencia de alguien que con su firma me pondría tan cerca de mi hija como necesito estar. Cada amanecer me cuestiono por qué habré nacido en un país donde el dolor ajeno no interesa, se han acostumbrado tanto a lastimarse que una herida más no importa.

Roguemos para que en medio de este suplicio, se reduzca la pena de estos Cien años de Soledad a que hemos sido condenados o se nos conmute por exceso de dolor innecesario. Tener en cuenta que los pasados 51 años han hundido al país en tanta miseria material y humana, debería ser un paliativo a cualquier decisión.

Hemos recibido una condena que ha robado la condición humana, y el más pequeño síntoma de humildad visible. Cualquier cambio será más resistente en la estructura poblacional que en la infraestructura arquitectónica. Cómo es posible que un país tan pequeño se tome tanto interés en dañar a sus ciudadanos. Al menos me tomo el derecho a protestar aunque las consecuencias sean peores, ¿alguien lo duda?

Miami, FL., USA
01/14/2011

4 comentarios:

  1. Excelente artículo, Amelia, sólo los que han pasado por algo similar pueden entenderlo en su totalidad...Gracias por exponerlo a la luz pública...

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  2. Gracias por sus análisis,nos dan una visión más amplia de lo que está pasando en el mundo

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  3. esta senora es quizas el elemento mas peligroso de los conspiranoicos de habla hispana , una mentirosa compulsiva , alguien con una ambision sin limites , alguien que no pudo ni tan siquiera lograr ser eso para lo que tanto estudio .QUIZAS EN LOS ANOS POR VENIR VEAMOS A UNA ESPECIE DE QANON HISPANA , SER FAMOSA POR SUS MENTIRAS , PERO NO NOS DEJEMOS ENGANAR ... ES UNA ESPERIMENTADORA SOCIAL ,UNA ASESINA DE MENTES . CUIDADO

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  4. Dice haber estudiado en la universidad de la Habana, en esa epoca el presidente de Cuba era Fidel Castro, sin embargo habla pestes de Fidel,por otro lado dice que nacer en Cuba es morir de dolor, osea, se averguenza del pais que la vio nacer, y por otro lado la pobre no sabe que el que presume de ser profesor de mucho, resulta ser maestro de nada. En fin, el tiempo dira.

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