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domingo, 30 de mayo de 2010
ALEJANDRO OMS, MARTIN DIHIGO Y LAZARO SALAZAR
SIGLO Y MEDIO DE ACERBO CULTURAL NEGRO EN BEISBOL
Por Andrés Pascual
Según David A. Denny, un redactor del servicio noticioso de Washington, la rica historia de los afroamericanos en beisbol data de casi 150 anos, “como la mayoría de los estadounidenses, los negros fueron expuestos al beisbol por primera vez durante la Contienda Civil (1861-1865), para miles de soldados, apunta, el juego era una forma entretenida de pasar el tiempo libre en los campamentos…”
“Al terminar la guerra, los ex soldados llevaron el juego a sus pueblos y ciudades en todo el país, donde se arraigo y creció”, concluye Denny.
Fue en 1867 que se registra la primera participación de equipos negros cuando los Uniques de Brooklin enfrentaron a los Excelsiors de Filadelfia. Ese ano recibieron los negros el primer rechazo de los blancos a su participación en el juego, preludio de lo que vendría después con forma de Barrera imaginaria a través de un más imaginario aun por sucio “pacto de caballeros”, cuando la Asociación Nacional de Jugadores de Beisbol, primera liga organizada en este país, desecho inmediatamente la solicitud del club sepia Pythians de Filadelfia a formar parte del circuito.
Para los 1880’s algunos jugadores negros lograron jugar en equipos de blancos y la Liga Internacional acepto por poco tiempo jugadores “afros” en sus clubes, según los historiadores, “como política de la liga”. El caso es que en 1887 decidieron mantener a aquellos jugadores negros que ya tenían contrato prohibiendo la admisión de más atletas de raza negra.
Según negroleaguebaseball.com, desde 1880 se formaron en el país mas de 200 equipos independientes de negros que actuaban en toda la nación.
Para todas las fuentes, Andrew “Rube” Foster, un pitcher que actuó varias veces en Cuba entre 1905 y 1915, ya ex lanzador en 1920, gerente y propietario de los Gigantes Americanos de Chicago, fundo la Liga Nacional Negra ese año.
Desde Washington para el servicio noticioso, Raymond Doswell, conservador y director de educación del Museo de Ligas Negras de Beisbol en Kansas City, le dijo a Denny que el beisbol profesional negro significaba empleos y, utilizando a los Monarcas de Kansas City como ejemplo, afirmo: “en los vecindarios afronorteamericanos y especialmente cerca de los estadios de beisbol, los negocios florecían a través tiendas de ropa, restaurantes o clubes de jazz…todas esas cosas florecían cuando los Monarcas estaban en la ciudad”.
Si algo de importancia logro el beisbol entre los negros fue erigirse en vehiculo soberbio de fusión cultural, según Doswell, los viajes le ofrecían a los jugadores negros la posibilidad de conocer Estados Unidos, Canadá, el Caribe hispano, Méjico y, en algún momento, Japón; además de “ejercer liderazgo y propiedad en el deporte”.
Para Doswell, incluso para muchos negros de la época, el beisbol sepia se describe como algo que “contrabalanceaba muchos aspectos negativos de la era de la segregación del momento”.
Cuando en 1945 Branch Rickey, gerente general de los Dodgers de Brooklin, convenció a Jackie Robinson para que abandonara a los Monarcas e iniciara en los Reales de Montreal el camino que conducía al derrumbe del Muro Racial, se iniciaba también el desplome de las Ligas Negras, porque, para evitar desventajas competitivas, otros equipos del Beisbol Organizado contrataron a jugadores negros como Willard Brown, Talua Dandridge, Roy Campanella, Luke Easter, Monte Irving, Don Newcombe, Orestes Minoso… política que continuaría después con la contratación de Willie Mays, Ernie Banks, Hank Aaron, Canena Márquez, Clemente, Amorós, Rubén Gómez, Rafael Noble y con cuanta estrella negra en embrión, americana o caribeña, apareciera en el firmamento. No obstante, la desorganización de las Ligas Negras y la explotación a que sometían a aquellos jugadores los dueños, no le dejaron dudas a los negros en cuanto a que hacer y, como “alma que llevaba al diablo”, abandonaron en estampida el beisbol independiente sin detenerse a pensar en banalidades como mantener la herencia negra ante la mejora en todos los aspectos.
Al incorporarse a los clubes de grandes ligas lo mejor de los circuitos sepias, pues también se llevaban con ellos al fanático de su raza que comenzaron a seguirlos en el Gran Circo, dejando huérfanas del inquilino de las gradas a la Liga Nacional Negra, desaparecida después de 1949.
Fue en 1960 que se desbando el último equipo profesional negro sin ningún tipo de reminiscencia o añoranza por el mismo.
El paso del tiempo ha arreglado cosas en la relación negro-blanco con respecto al beisbol: a principios de los 70’s, la creación de un Comité Especial de atención a las Ligas Negras decreto la elección anual al Salón de la Fama de aquellos jugadores a los que no se les permitió exhibir su clase en grandes ligas y ganarse la inmortalidad en el terreno de juego de los blancos.
Pero la mayor influencia en el reconocimiento al pelotero negro que condujo a la aceptación de este por Cooperstown, esta contenida en el discurso de agradecimiento por su exaltación en 1966 de Ted Williams, cuando dijo: “Espero que algún día Satchel Paige y Josh Gibson sean incorporados al Salón de la Fama como símbolos de aquellos jugadores que no están aquí simplemente porque no se les dio la oportunidad…”.
Las palabras del extraordinario artillero del Boston surtieron efecto y ya en 1970 se creaba el Comité que, ese propio ano, eligió a Paige y en 1971 a Gibson, y de ahí en adelante, durante 9 anos, a unos peloteros sepia por elección con un 1976 especialísimo cuando eligieron a uno que, además, era cubano: Martin Dihigo. En el 2003 se eligió el mas amplio grupo de jugadores y personalidades relacionadas con el juego de todos los tiempos con 17 de los circuitos negros, entre ellos, los cubanos Méndez y Torriente y como propietario a Alex Pompez, americano de padres cubanos.
Según dijo Jim Gates, director de la biblioteca de Cooperstown en el 2001, “nuestro objetivo es asegurarnos de que cada estadounidense sepa que, cuando la sociedad estuvo segregada, también lo estuvo el beisbol y todos estos pasos se dan para celebrar una parte olvidada de la historia de este país”.
Miami, FL., USA
05/30/2010
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Todo me parece bien solo que Lázaro Salazar, inicialista del Club Almendares, manager después de varios equipos y miembro del Salón de la Fama del Beisbol de Méjico no era negro, un mulato que vestía tan bien que le llamaban en La Habana, "El Dandy de Belén" ya que vivió por mucho tiempo en ese famoso barrio de Belén.
ResponderEliminarno jodas que "todo te parece bien" ¿qué autoridad tienes? ¿cuántos años jugó lázaro en el beisbol organizado? inventaste un color
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